Michigan, Detroit, 1915. La industria automotriz en expansión invadía
calles que antes eran dominadas por carruajes y personas. Era menester
instalar carteles, avisos de precaución que advirtieron inéditos
peligros para la coyuntura de las calles. "Stop" o su traducción "Pare"
es la madre de todas las señales de tráfico: la más crucial, la más
medular. En sus principios, en Michigan, en 1915, era pequeña, blanca y cuadrada. Para que se convirtiera en roja, octogonal y universal debió pasar medio siglo.
Y un caudal de evolución de la industria, las ciudades y la conciencia
de la necesidad de regular el comportamiento vial. El nacimiento de
nuevas señales y de nuevas sugerencias a la señal Stop requerían un
cauce común, globalizarlas, hacerlas más intuitivas y accesibles al
entendimiento cultural en cada región del mundo. La Convención de Viena sobre Señalización Vial de 1968 estableció el consenso.
Clasificó las señales en ocho categorías: indicación de peligro,
prioridad, prohibición, obligación, información, indicación y tableros
adicionales. En el orden de la prioridad se incluyó la señal de Stop con
dos variables aceptadas: la octogonal y la compuesta por un triángulo
invertido en el interior de un círculo rojo siempre con la palabra Stop
en el centro.
Gran cantidad de países adoptaron la primera versión de la señal que
indica detención. Las razones son varias. Su perímetro de ocho lados es
inédito. Ninguna otra señal recibe esta fisonomía. Ergo, su figura única
es de fácil distinción aún en condiciones adversas, climáticas o
geográficas. La forma octogonal puede distinguirse de noche, en climas
desfavorables o por detrás, con facultades para interpretar el momento
de atención a los conductores que vienen por ambas vías.
Una visión complementaria de la practicidad de la señal Stop obedece a
un patrón más intangible. La teoría reza que la cantidad de lados de los
polígonos están relacionados al grado de peligrosidad
que supone la intersección. La razón más sólida y la teoría más aceptada
de por qué Stop está encerrada en un octógono refuerza la noción de que
la señal debe interpretarse desde antes de que pueda leerse.
Permite ver las noticias en menos de un segundo.
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