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Bloqueo a Catar | Al Jazeera, la cadena de televisión catarí que revolucionó a la opinión pública en Oriente Medio
PALOMA DE SALAS
Bloqueo a Catar
Desde su nacimiento en 1996, las oficinas de Al Jazeera han
sido bombardeadas en Irak, Afganistán y Gaza y las emisiones han sido
bloqueadas en Arabia Saudí, Emiratos Árabes Unidos, Jordania y,
recientemente, en Israel, que anunció el pasado domingo su intención de cerrar la cadena por la cobertura del conflicto en la Explanada de las Mezquitas.
La decisión se produjo dos meses después del bloqueo a Catar liderado por cuatro países árabes, Arabia Saudí, Emiratos Árabes Unidos, Egipto y Bárein. Acusan a la cadena de "incitar a la violencia" y de "apoyar el terrorismo".
De estos cinco países, todos ocupan los puestos más bajos en el listado de libertad de prensa en 180 países elaborado por Reporteros sin Fronteras (RSF) en 2017.
Así, Arabia Saudí (168), Israel (91), Yemen (166), Jordania (138), Emiratos Árabes Unidos (119), Baréin (164), Egipto (161), son superados por países como China (171) o Corea del Norte, el más restrictivo del mundo con respecto a la prensa.
"Acusan a Al Jazeera de incitar a la violencia pero no les dan pruebas ni la oportunidad de defenderse. Es una amenaza a la independencia de los medios y la diversidad mediática en Israel. Es un poco irónico porque sabemos que Al Jazeera es uno de los dos medios árabes que invitan regularmente a oficiales israelíes", explican a RTVE.es desde Reporteros Sin Fronteras.
Desde la organización destacan que Israel "está siguiendo el ejemplo liderado por una monarquía absoluta, donde además se ejerce la mayor censura hacia periodistas en Oriente Medio".
La responsable del análisis de la libertad de prensa en Oriente Próximo de Reporteros sin Fronteras, Alexandra El Khazen, destaca que las dos funcionan como "cadenas independientes" que "cubren los eventos de manera diferente".
El investigador Taner Dogan ha analizado el papel de Al Jazeera en Catar y Egipto. Según Dogan, "Doha ha usado Al Jazeera árabe como una herramienta de poder para influir en la opinión pública", mientras que el servicio en inglés "se adhiere a las normas de objetividad occidentales".
En cuanto a la visión internacional que se tiene del canal, Reporteros sin Fronteras considera que "los europeos y los americanos recuerdan que la cadena emitió vídeos de Osama bin Laden", que, según Dohan convirtió la cadena en distintiva.
"Cerrar la cadena no resolvería la disputa política y, en cualquier caso, abriría la puerta al chantaje en la región", afirma El Khazen.
Alexandra destaca además que en los cuatro países que mantienen el bloqueo a Catar, se ha decretado que expresar apoyo a Catar "en cualquier formato" conlleva "de tres a 15 años de prisión además de la imposición de una multa".
“La idea es invitar a la audiencia a que formen parte de la historia. Por ejemplo, en algunos lugares donde no tenemos acceso, como Venezuela-las cámaras de la cadena estuvieron vetadas hasta recientemente-, podíamos hablar con ciudadanos de Venezuela aunque no tuviéramos reporteros allí. Estamos en contacto con gente de todo el mundo, incluido Arabia Saudí, Catar y Dubái. Y lo que nos han dicho las personas de estos países es que hay un sentimiento de hermandad muy fuerte y que no quieren que esto ocurra. Un aspecto que hay que destacar es que la crisis es sobre gobierno y liderazgo, no es sobre la gente", explica a RTVE.es.
"Tenemos varios retos editoriales, pero nada diferente a lo que la CNN o la BBC tengan. La BBC tiene el reto de ser la televisión británica a cargo del Brexit, la CNN es la cadena liberal responsable de cubrir la era Trump… Y, en el caso de Al Jazeera, el reto es ser una cadena árabe, independiente y, sobre todo, crítica. Crítica porque cuestiona en una región donde la libertad de prensa no es una tradición general", afirma.
Alberti destaca que nunca ha sentido "una censura específica por trabajar en Al Jazeera en Catar" y que jamás ha sido presionada.
"Si hacemos una noticia sobre Arabia Saudí, somos muy cuidadosos y tratamos de ser lo más rigurosos que podamos, especialmente ahora. No es que no lo hiciéramos antes, pero ahora quizá si cometemos un error, podrían acusarnos de propaganda. Nadie nos lo ha pedido, simplemente viene con el trabajo. Si emitimos unas imágenes en las que nuestros reporteros dicen que hay brutalidad policial, es que hay brutalidad policial. No nos lo inventamos, se puede ver en los vídeos", cuenta Alberti.
Preguntada acerca de por qué molesta la cadena, Mia Alberti cree que lo hace "porque representa una opinión pública árabe que cuestiona a los regímenes autoritarios y que quiere saber más. Transmite una opinión que no gusta en estos países. Al Jazeera no es el problema, el problema es lo que representa para el público" sentencia la periodista.
Aunque la demanda del cierre de la cadena no fue cumplida por Catar, la ministra de Exteriores de Emiratos Árabes Unidos se retractó de la petición de cierre y exigió "un cambio fundamental y una restructuración", algo a lo que sus periodistas se oponen.
"No temo por mi trabajo", asegura Alberti.
La cobertura de los dos canales fue considerada crucial para la movilización del movimiento. En este sentido, el investigador Dogan explica a RTVE.es que fue ahí cuando la edición en inglés "se concentró en las implicaciones goblales de las protestas" y se convirtió en una plataforma que retó a las políticas regionales, donde el canal "desarrolló su propia perspectiva".
Sin embargo, uno de los mayores problemas de la cadena para Arabia Saudí y sus aliados es el apoyo de la edición árabe a los Hermanos Musulmanes. A este respecto Dohan destaca que "es importante aclarar qué significa violencia y para quién. Por un lado, Arabia Saudí y sus aliados consideran a los Hermanos Musulmanes como una amenaza, mientras Catar lo ve como el único movimiento democrático islamista que puede reformar las políticas de Oriente Próximo sin usar la violencia", explica.
La doctora en Relaciones Internacionales Amal Abu-Warda resalta que el papel de la cadena en las revueltas árabes "preocupa y crea malestar entre sus vecinos".
Por su parte, Al Jazeera desmiente todas las acusaciones y niega haber cubierto los eventos de forma subjetiva.
Alberti recuerda que en 2014 encarcelaron a tres periodistas de la cadena en Egipto y que también hubo una crisis similar a la actual. Sin embargo, se resolvió con la firma del Tratado de Riyadh, cuyo contenido no llegó a trascender. "El problema es por qué este acuerdo no para el bloqueo ahora y es porque no está regido por la ley. Es como una promesa entre amigos", relata la periodista.
Abu-Warda recuerda que Arabia Saudita "intentó neutralizar el efecto Al Jazeera con el lanzamiento del canal Al Arabya, pero no consiguió ganar la guerra informativa en la región".
Dohan destaca que "de no existir el canal, no seríamos testigos de los eventos en Gaza, Egipto, Libia y otras partes del mundo. Su papel a nivel global es clave, ya que reta dictaduras en la región y ha creado una nueva narrativa".
El Khazen destaca el bloqueo que la web Doha News vivió en 2016 por, entre otras razones, retratar la vida de una persona homosexual en Catar. Reporteros Sin Fronteras sospecha que hubo "presiones del Gobierno para tapar ciertas cuestiones sociales en general", explica.
Además, un grupo de reporteros de Alemania, Dinamarca y BBC, fueron arrestados cuando intentaban grabar e investigar las condiciones de los campos de migrantes que trabajan en la construcción de las instalaciones para el Mundial de fútbol en 2022. "Fueron arrestados porque fueron demasiado lejos. Y es por el ambiente global de periodismo aquí", destaca El Khazer.
Abu-Warda considera que, aunque las motivaciones principales de esta crisis son de naturaleza política y no económica, "no se puede perder de vista que toda cuestión que afecte al mercado energético adquirirá de manera inmediata una dimensión internacional".
Catar tiene la tercera mayor reserva de gas natural del mundo, por detrás de Rusia e Irán, y que exporta a toda Europa, incluida España.
La decisión se produjo dos meses después del bloqueo a Catar liderado por cuatro países árabes, Arabia Saudí, Emiratos Árabes Unidos, Egipto y Bárein. Acusan a la cadena de "incitar a la violencia" y de "apoyar el terrorismo".
De estos cinco países, todos ocupan los puestos más bajos en el listado de libertad de prensa en 180 países elaborado por Reporteros sin Fronteras (RSF) en 2017.
Así, Arabia Saudí (168), Israel (91), Yemen (166), Jordania (138), Emiratos Árabes Unidos (119), Baréin (164), Egipto (161), son superados por países como China (171) o Corea del Norte, el más restrictivo del mundo con respecto a la prensa.
"Acusan a Al Jazeera de incitar a la violencia pero no les dan pruebas ni la oportunidad de defenderse. Es una amenaza a la independencia de los medios y la diversidad mediática en Israel. Es un poco irónico porque sabemos que Al Jazeera es uno de los dos medios árabes que invitan regularmente a oficiales israelíes", explican a RTVE.es desde Reporteros Sin Fronteras.
Desde la organización destacan que Israel "está siguiendo el ejemplo liderado por una monarquía absoluta, donde además se ejerce la mayor censura hacia periodistas en Oriente Medio".
Al Jazeera inglés y Al Jazeera árabe, cadenas independientes
La cadena de noticias Al Jazeera en árabe fue fundada y financiada en 1996 por la monarquía catarí. Desde entonces, se ha convertido en la cadena árabe de referencia y cuenta con millones de espectadores en todo el mundo. Diez años después de su apertura, en 2006, Al Jazeera comenzó sus emisiones en inglés en otro canal bajo el nombre de Al Jazeera International.La responsable del análisis de la libertad de prensa en Oriente Próximo de Reporteros sin Fronteras, Alexandra El Khazen, destaca que las dos funcionan como "cadenas independientes" que "cubren los eventos de manera diferente".
El investigador Taner Dogan ha analizado el papel de Al Jazeera en Catar y Egipto. Según Dogan, "Doha ha usado Al Jazeera árabe como una herramienta de poder para influir en la opinión pública", mientras que el servicio en inglés "se adhiere a las normas de objetividad occidentales".
En cuanto a la visión internacional que se tiene del canal, Reporteros sin Fronteras considera que "los europeos y los americanos recuerdan que la cadena emitió vídeos de Osama bin Laden", que, según Dohan convirtió la cadena en distintiva.
"Cerrar la cadena no resolvería la disputa política y, en cualquier caso, abriría la puerta al chantaje en la región", afirma El Khazen.
Alexandra destaca además que en los cuatro países que mantienen el bloqueo a Catar, se ha decretado que expresar apoyo a Catar "en cualquier formato" conlleva "de tres a 15 años de prisión además de la imposición de una multa".
"Al Jazeera cuestiona los regímenes autoritarios"
Mia Alberti produce el primer programa interactivo de la edición inglesa de Al Jazeera, AJ Newsgrid.“La idea es invitar a la audiencia a que formen parte de la historia. Por ejemplo, en algunos lugares donde no tenemos acceso, como Venezuela-las cámaras de la cadena estuvieron vetadas hasta recientemente-, podíamos hablar con ciudadanos de Venezuela aunque no tuviéramos reporteros allí. Estamos en contacto con gente de todo el mundo, incluido Arabia Saudí, Catar y Dubái. Y lo que nos han dicho las personas de estos países es que hay un sentimiento de hermandad muy fuerte y que no quieren que esto ocurra. Un aspecto que hay que destacar es que la crisis es sobre gobierno y liderazgo, no es sobre la gente", explica a RTVE.es.
"Tenemos varios retos editoriales, pero nada diferente a lo que la CNN o la BBC tengan. La BBC tiene el reto de ser la televisión británica a cargo del Brexit, la CNN es la cadena liberal responsable de cubrir la era Trump… Y, en el caso de Al Jazeera, el reto es ser una cadena árabe, independiente y, sobre todo, crítica. Crítica porque cuestiona en una región donde la libertad de prensa no es una tradición general", afirma.
Alberti destaca que nunca ha sentido "una censura específica por trabajar en Al Jazeera en Catar" y que jamás ha sido presionada.
"Si hacemos una noticia sobre Arabia Saudí, somos muy cuidadosos y tratamos de ser lo más rigurosos que podamos, especialmente ahora. No es que no lo hiciéramos antes, pero ahora quizá si cometemos un error, podrían acusarnos de propaganda. Nadie nos lo ha pedido, simplemente viene con el trabajo. Si emitimos unas imágenes en las que nuestros reporteros dicen que hay brutalidad policial, es que hay brutalidad policial. No nos lo inventamos, se puede ver en los vídeos", cuenta Alberti.
Preguntada acerca de por qué molesta la cadena, Mia Alberti cree que lo hace "porque representa una opinión pública árabe que cuestiona a los regímenes autoritarios y que quiere saber más. Transmite una opinión que no gusta en estos países. Al Jazeera no es el problema, el problema es lo que representa para el público" sentencia la periodista.
Aunque la demanda del cierre de la cadena no fue cumplida por Catar, la ministra de Exteriores de Emiratos Árabes Unidos se retractó de la petición de cierre y exigió "un cambio fundamental y una restructuración", algo a lo que sus periodistas se oponen.
"No temo por mi trabajo", asegura Alberti.
La cadena fue crucial en la Primavera Árabe
En 2011, Egipto y Túnez acogieron las revueltas de los ciudadanos contra sus gobiernos. La Primavera Árabe supuso una revolución en el mundo árabe por el uso de las redes sociales para la movilización ciudadana.La cobertura de los dos canales fue considerada crucial para la movilización del movimiento. En este sentido, el investigador Dogan explica a RTVE.es que fue ahí cuando la edición en inglés "se concentró en las implicaciones goblales de las protestas" y se convirtió en una plataforma que retó a las políticas regionales, donde el canal "desarrolló su propia perspectiva".
Sin embargo, uno de los mayores problemas de la cadena para Arabia Saudí y sus aliados es el apoyo de la edición árabe a los Hermanos Musulmanes. A este respecto Dohan destaca que "es importante aclarar qué significa violencia y para quién. Por un lado, Arabia Saudí y sus aliados consideran a los Hermanos Musulmanes como una amenaza, mientras Catar lo ve como el único movimiento democrático islamista que puede reformar las políticas de Oriente Próximo sin usar la violencia", explica.
La doctora en Relaciones Internacionales Amal Abu-Warda resalta que el papel de la cadena en las revueltas árabes "preocupa y crea malestar entre sus vecinos".
Por su parte, Al Jazeera desmiente todas las acusaciones y niega haber cubierto los eventos de forma subjetiva.
Alberti recuerda que en 2014 encarcelaron a tres periodistas de la cadena en Egipto y que también hubo una crisis similar a la actual. Sin embargo, se resolvió con la firma del Tratado de Riyadh, cuyo contenido no llegó a trascender. "El problema es por qué este acuerdo no para el bloqueo ahora y es porque no está regido por la ley. Es como una promesa entre amigos", relata la periodista.
Abu-Warda recuerda que Arabia Saudita "intentó neutralizar el efecto Al Jazeera con el lanzamiento del canal Al Arabya, pero no consiguió ganar la guerra informativa en la región".
Dohan destaca que "de no existir el canal, no seríamos testigos de los eventos en Gaza, Egipto, Libia y otras partes del mundo. Su papel a nivel global es clave, ya que reta dictaduras en la región y ha creado una nueva narrativa".
Catar ocupa uno de los puestos más bajos del índice de libertad de prensa
Catar ocupa el puesto 123 de 180 países en el informe de Reporteros sin Fronteras de 2017. Así, a pesar del papel de Al Jazeera, que ha cambiado el escenario mediático en Oriente Próximo, "los medios locales tienen muy poco margen de maniobra, no pueden cubrir asuntos como el islam o la monarquía", explican desde RSF.
El Khazen destaca el bloqueo que la web Doha News vivió en 2016 por, entre otras razones, retratar la vida de una persona homosexual en Catar. Reporteros Sin Fronteras sospecha que hubo "presiones del Gobierno para tapar ciertas cuestiones sociales en general", explica.
Además, un grupo de reporteros de Alemania, Dinamarca y BBC, fueron arrestados cuando intentaban grabar e investigar las condiciones de los campos de migrantes que trabajan en la construcción de las instalaciones para el Mundial de fútbol en 2022. "Fueron arrestados porque fueron demasiado lejos. Y es por el ambiente global de periodismo aquí", destaca El Khazer.
Abu-Warda considera que, aunque las motivaciones principales de esta crisis son de naturaleza política y no económica, "no se puede perder de vista que toda cuestión que afecte al mercado energético adquirirá de manera inmediata una dimensión internacional".
Catar tiene la tercera mayor reserva de gas natural del mundo, por detrás de Rusia e Irán, y que exporta a toda Europa, incluida España.
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