¿Qué pasó con la ciudad sumergida en Cuba?
El descubrimiento se hizo en 2001, frente la Península Guanahacabibes, pero la investigación no trascendió.
Hace más de una década, un equipo de investigadores estuvo trabajando en una misión de exploración y estudio en la costa occidental de Cuba. De ponto su equipo de sonar detectó una desconcertante serie de estructuras de piedra, situadas a unos 650 metros bajo la superficie.
Las estructuras parecían completamente similares a un árido ‘desierto’ en el fondo oceánico, y las piedras simétricamente organizadas parecen ser restos de algún desarrollo urbano. De pronto se produjo una ráfaga de medios en sitios de noticias deportivos con títulos como ‘Descubrimiento de la Atlántida en Cuba’ y, “Fue encontrada la ciudad perdida del Caribe”.
De todos modos, el hallazgo también atrajo la atención del gobierno, del Museo Nacional, y de National Geographic; todos hicieron promesas para investigar las extrañas imágenes del sonar. Ahora, 15 años más tarde, la historia se perdió en la oscuridad. ¿Qué pasó con las ‘ruinas’ hundidas de Cuba? ¿Fueron alguna vez plenamente investigadas?, y ¿por qué los medios de comunicación se quedaron en silencio ante este inusual descubrimiento?
El descubrimiento se hizo en 2001, cuando Pauline Zalitzki, ingeniera naval, y su esposo Paul Weinzweig, propietarios de una empresa canadiense llamada Advanced Digital Communications (ADC), trabajaban en una misión de estudio en conjunto con el gobierno cubano frente a la punta de la Península Guanahacabibes en la provincia de Pinar del Río en Cuba.
ADC fue una de las cuatro empresas que trabajaron en conjunto para una empresa del gobierno del (entonces) presidente Fidel Castro con el fin de explorar aguas cubanas que contienen cientos de barcos cargados con tesoros de la época colonial española. El grupo usaba un equipo de sonar avanzado para escanear un área de 2 kilómetros cuadrados de fondo marino, cuando se dieron cuenta de una serie de estructuras de piedra simétricas y geométricas, similares al de un complejo urbano.
Al estudiar las imágenes de sonar, Zalitzki observó lo que parecían ser formaciones inusuales de bloques lisos, crestas, y formas geométricas. Algunos de los bloques parecían estar construidos con formas piramidales, otros eran circulares.
En julio de 2001, volvieron al sitio con el geólogo Manuel Iturralde, principal investigador del Museo de Historia Natural de Cuba; esta vez estuvieron equipados con un vehículo operado a control remoto para examinar y filmar las estructuras.
Las imágenes revelaron grandes bloques labrados en piedra semejantes al granito, que miden cerca de 2,44 a 3,05 metros. Algunos bloques deliberadamente parecían estar apilados uno encima de otro, otros parecían aislados del resto. Zalitzki dijo que las imágenes parecen reflejar ruinas de una ciudad sumergida, pero era absurdo sacar conclusiones sin tener más pruebas.
“Se trata de estructuras muy peculiares, y que han captado nuestra imaginación” dijo Iturralde, que ha estudiado innumerables formaciones submarinas. “Pero si a ésta tuviera que explicarla geológicamente, me sería un problema difícil”.
Estimando que si hubiera tomado 50.000 años para el hundimiento de este tipo de estructuras, a la profundidad que dicen encontrarse, Iturralde añadió, “hace 50.000 años no había la capacidad arquitectónica para construir edificios complejos en ninguna de las culturas que conocemos”. Un especialista en arqueología subacuática de la Universidad Estatal de Florida añadió: “Sería genial si estuvieran en lo cierto, pero no sería verídico en lo que concierne a ver eso en el Nuevo Mundo. Para ese periodo, las estructuras están fuera del tiempo y de lugar”.
En la tormenta mediática que siguió al anuncio del descubrimiento, los sitios de noticias se apresuraron en establecer paralelismos con la legendaria ciudad perdida de la Atlántida. Sin embargo, Zelitsky y Weinzweig, no estuvieron dispuestos hacer este tipo de comparaciones. La historia es un mito, dijo Zelitsky. “Lo que hemos encontrado son restos más probables de una cultura local”, que una vez fue el “puente de tierra” de 100 millas que unió a la península de Yucatán de México con Cuba.
Iturralde agregó que hay leyendas locales de nativos mayas y yucatecos que hablan de una isla habitada por sus ancestros que desapareció bajo las olas. Sin embargo, Iturralde no descarta la posibilidad de que las formaciones rocosas son simplemente el maravilloso resultado de la madre naturaleza. “La naturaleza es capaz de crear estructuras realmente inimaginables”, dijo él.
A pesar de los cientos de medios de comunicación que informan sobre ciudades sumergidas con civilizaciones avanzadas, la ciudad perdida de la Atlántida, y ruinas sumergidas, hay quienes no están tan dispuestos aceptar este punto de vista.
Keith Fitzpatrick-Matthews, del sitio web Bad Archaeology (Mala Arqueología), afirmó que la profundidad de los supuestos restos es el mayor problema para los defensores de la ciudad hundida. Durante el Pleistoceno, se caracterizó por una serie de edades de hielo, los niveles del mar se redujeron significativamente, pero la máxima caída fue de alrededor de 100 metros.
“En ningún momento durante la edad de hielo habría estado sobre el nivel del mar, a menos que, por supuesto, los terrenos en los que se destacan se hubieran hundido”. Esta es la afirmación hecha por Atlantis, según el relato de Platón, que fue destruido “por terremotos e inundaciones violentas”.
Sin embargo, si tomamos la palabra de Platón, como deberíamos, si asumimos a Atlantis haber sido un lugar histórico, la violencia de su hundimiento hace improbable que una ciudad entera podría haber sobrevivido el hundimiento a más de 600 metros en el abismo”, escribe Fitzpatrick-Matthews.
Si asumimos que él tiene razón, y que estas estructuras de piedra no reflejan una ciudad antigua sumergida, sino que simplemente son productos de la naturaleza, entonces seguramente los geólogos y otros científicos estarían apresurados para saltar en el hallazgo e investigar cuál es el evento extravagante de la naturaleza que causó tan peculiares formaciones.
Extrañamente, sin embargo, no han existido reportes de investigaciones, ni han tenido comunicados de agencias de noticias que se apartaron con un silencio sepulcral sobre el asunto. ¿Qué pasó con todas las promesas del gobierno, Museo Nacional, National Geographic, y otros científicos para llevar a cabo nuevas investigaciones?
El despido rápido de la historia ha llevado a algunos a preguntarse si se ha producido una supresión de información sobre el hallazgo. Sin embargo, Fitzpatrick-Matthews afirma que la historia simplemente quedó congelada y finalmente los expertos no estuvieron convencidos que Zelitsky realmente había descubierto una ciudad sumergida.
Artículo republicado de la página Ancient Origins (Orígenes Antiguos).
Visto en : La Gran Época
No hay comentarios.:
Publicar un comentario