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Los pilotos revelan los secretos que las aerolíneas prefieren esconder
1 de agosto de 2017
Cabinas cerradas, puertas en armado y un avión que despega. Los
cinturones de seguridad permanecen ajustados hasta que la señal lo
disponga. Las luces se apagan, la tripulación de cabina sirve la cena,
la película ya empieza. Todo lo que sucede dentro de un avión no le
escapa a la normalidad. El despegue, las rutinas y las horas de vuelo.
El aterrizaje. Allí, en el aire, suceden innumerables situaciones en las
que todo queda en manos de los pilotos.
Son los mismos pilotos quienes revelaron algunos secretos que las
aerolíneas prefieren mantener ocultos. Son ellos quienes mantienen menos
contacto con los pasajeros, aun cuando sus decisiones deben ser
acatadas por cientos de personas.
No se puede volar si el avión no está en buenas condiciones. El clima,
amigo y enemigo en el aire, no es el único factor que provoca un vuelo
defectuoso. Los comandantes de las aeronaves son tan responsables como
la naturaleza de que todo suceda favorablemente en el aire.
Problemas con los tiempos
Un vuelo sale a tiempo si se desengancha de la puerta de embarque a la
hora oficial, con 14 minutos posteriores de tolerancia. Para las
llegadas, se estima que está "en horario" si aterriza a la hora
estipulada (o 14 minutos más tarde).
Según Karlene Petitt, piloto estadounidense y autora del blog Flight to Success,
al igual que los viajeros, los pilotos y personal de cabina se verán,
igualmente, obligados a modificar sus planes y sus horarios en caso de
que se presenten retrasos, por lo que es también para ellos un tanto
tedioso tener que lidiar con la demora de la que muchas veces no tienen
la culpa.
¿Un vuelo sin turbulencias?
No se puede garantizar un vuelo sin turbulencias. Pettit pide a los
pasajeros que sean más comprensivos con estas incidencias: "Los pilotos
se sirven de su experiencia y su criterio para tomar la difícil decisión
de permanecer en tierra y cancelar un vuelo. Es una resolución que no
se toma a menudo y siempre tiene como base la seguridad". Según ella,
una cancelación puede, literalmente, salvarle la vida a muchas personas.
La comandante Laura Einsetler, autora del blog Capitan Laura,
ofrece un pequeño truco a aquellos que sientan particular aprensión por
este inevitable fenómeno: "Les recomiendo que vuelen, siempre que
puedan, por la mañana, que es cuando más tranquila está la atmósfera".
La verdad sobre las turbulencias
"Les decimos a los pasajeros solo lo que necesitan saber. Jamás les
develaremos algo que les asuste innecesariamente", explicó Einsetler.
Los pilotos poseen algunas herramientas para poder sortearlas, pero es
imposible asegurar al 100% que un vuelo vaya a ser completamente
tranquilo: "La atmósfera es un fluido que cambia constantemente en el
que se pueden producir turbulencias de manera casi instantánea. Así que
siempre hay que llevar el cinturón puesto mientras se esté sentado",
cuenta el piloto de American Airlines Chris Manno, autor del blog JetHead.
Los errores de los comandantes
Los pilotos, humanos como los pasajeros, también cometen errores. Uno
de ellos -molesto para los viajeros- es el de olvidarse de apagar la luz
que señala la obligatoriedad de llevar el cinturón puesto.
En caso de necesitar ir al baño apenas el avión ganó una altura
suficiente como para poder desabrocharse el cinturón, lo mejor es
preguntarle al personal de cabina si ya está permitido levantarse del
asiento.
Los pasatiempos están prohibidos
Eric Auxier,
un comandante con más de tres décadas de experiencia, señala que muchas
compañías aéreas prohíben meter en la cabina cualquier material que
pueda convertirse en una distracción: revistas, libros, música, entre
otros.
Para ellos, el único entretenimiento está, en muchos casos, en hablar
con el compañero de cabina. Las compañías evitan, a través de diferentes
trabajos de grupo, que en un mismo vuelo coincidan personas que no se
llevan bien.
Los problemas graves no se cuentan
El pánico en una aeronave no tiene ninguna utilidad. No es más que un
obstáculo que añade más contrariedades a una situación crítica. Para
calmar a los pasajeros, las habilidades comunicativas juegan un papel
fundamental. Si un desperfecto obliga a volver al aeropuerto de origen,
la noticia será siempre dada en forma mesurada. Por ejemplo, se le
comentará a los pasajeros que "el avión regresará al punto de partida
por razones técnicas".
"Jamás les desvelaremos algo que les asuste innecesariamente", sostuvo Jim Tilmon, piloto de American Airlines retirado.
Sus habilidades, a pesar de todo
Los aviones llevan cada vez más sistemas para automatizar el trabajo de
los pilotos. Por eso mismo, los momentos que estos trabajadores
disfrutan más son, precisamente, los de despegue y aterrizaje. En una
encuesta llevada a cabo por The Telegraph, los pilotos
reconocieron que los aeropuertos más complicados y que más les ponían a
prueba eran también los que más les gustaban: Nápoles, Madeira,
Innsbruck o Gibraltar se encontraban entre ellos.
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