La OTAN, en alerta ante los ejercicios militares rusos Zapad 2017
La
OTAN se mantiene en alerta ante las maniobras militares
ruso-bielorrusas Zapad 2017, previstas junto a las fronteras de países
miembros de la Alianza.
En una visita a una base militar estonia
donde se entrenan tropas de la Alianza, el secretario general de la
Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), Jens Stoltenberg,
advirtió ayer miércoles de que la alianza vigilará “muy de cerca” las
grandes maniobras militares, que tendrán lugar junto a las fronteras de
los países bálticos.A pesar de Stoltenberg rechazó que el ejercicio suponga alguna “amenaza inmediata” a los aliados de la OTAN, aseveró que el bloque militar occidental “está alerta”.
Moscú ha anunciado la participación de unos 12.700 militares bielorrusos y rusos en los ejercicios entre el 14 y el 20 de septiembre, pero Lituania y Estonia dicen que la cifra podría alcanzar incluso los 100.000 efectivos. Según cálculos de medios occidentales, participarán 500.000 militares rusos y bielorrusos.
Ante este panorama, Stoltenberg acusó a Rusia de impedir a la alianza observar debidamente las maniobras, aseverando que una oferta de Rusia y Bielorrusia para que asistan a algunos aspectos del enorme ejercicio tres de sus expertos no cumple las obligaciones internacionales del Kremlin.
“Estamos preocupados por la naturaleza y la falta de transparencia de este ejercicio”, dijo, por su parte, el primer ministro estonio, Jüri Ratas, al recibir a Stoltenberg en la base militar de Tapa, donde hay estacionadas desde marzo tropas británicas.
Estamos preocupados por la naturaleza y la falta de transparencia de este ejercicio”, afirmó el primer ministro estonio, Jüri Ratas.
La Alianza Atlántica manifestó desde un principio su inquietud por Zapad 2017, a lo que Rusia contestó que las maniobras son de carácter defensivo y negó que traten de una invasión de Lituania, Polonia ni Ucrania.
Según el viceministro de Defensa de Rusia, el teniente general Alexandr Fomin, el objetivo de la maniobra Zapad 2017 es evitar que grupos extremistas se infiltren con apoyo militar exterior marítimo y aéreo en el territorio de Bielorrusia y en la región rusa de Kaliningrado —enclave situado a orillas del mar Báltico, entre Polonia y Lituania— para perpetrar atentados y desestabilizar la región.
El embajador de la Unión Europea (UE) en Moscú (capital rusa), Vigaudas Usackas, descartó recientemente que Rusia se esté preparando para atacar a países de la OTAN con estas maniobras.
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