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Censura, vejaciones y sometimiento: la difícil tarea de ser escritor en Cuba, según Wendy Guerra
Por Lucas Goyret 14 de noviembre de 2017 lgoyret@infobae.com
En Cuba hay dos tipos de escritores: los que crean su literatura desde la isla, y los que lo hacen desde el exilio.
Los primeros deben transitar el empedrado camino de la censura que les
impone el régimen castrista. Los segundos, en tanto, se dedican a
mostrar al mundo las vejaciones que sufren sus colegas y, al mismo
tiempo, a exhibir la riqueza cultural del cubano.
La reconocida poeta y novelista Wendy Guerra forma parte del primer lote.
Ese que día a día debe encontrar la manera de que su voz sea escuchada.
Pero esos obstáculos no son sinónimo de barreras para la escritora de
46 años, quien tiene una mirada más romántica para explicar por qué
decide permanecer en la isla.
"Lo
que yo hago quedándome en Cuba es construyendo mi espacio, ayudando a
formar escritores (…) Es un trabajo de retroalimentación. Todo el mundo
no puede tirar la puerta, porque hay que estar ahí. Además, mi
literatura, en mi caso, siento que envejecería mucho si yo me fuera
porque empezaría a hablar en pasado desde otra ciudad o país", manifestó, en diálogo con Infobae.
Wendy no le tiene miedo a Raúl Castro o a las fuerzas castristas: "Yo tengo miedo a pasar de moda en mi propia voz".
“Tengo miedo a pasar de moda en mi propia voz”
Reconocida
internacionalmente, valorada y destacada por sus colegas, portadora
incluso del pasaporte francés, le sobran las oportunidades para llevar
su literatura a un lugar donde la cultura no se encuentre afectada por
los vicios ideológicos de un régimen militar. Pero aunque "no exista" en
su propio país, ella elige aportar desde adentro.
"Yo
tengo la misión de cambiar las cosas desde la literatura, y quedarse es
un buen modo de participar en pequeñas reestructuraciones", consideró.
"No puedo publicar en Cuba; estoy prohibida. No figuro en los medios, y
tampoco puedo impartir talleres… no existo. Es una nueva manera de
desaparecer", sentenció, contundente.
Con su obra Wendy también reivindica el rol de la mujer en la sociedad
cubana: "En el siglo XXI una mujer que no pueda tener voz en su país es
una vejación. Yo no estoy presa ni me están buscando, yo solamente estoy
desaparecida".
"Te desaparecen de los medios, te quitan tu capacidad de trabajar en un lugar. Es muy villano, y machista también", repudió.
En
febrero de 2018 Castro dejará el poder. Desde que anunció que no
seguirá al frente del régimen, y tras la muerte de Fidel, surgieron
algunos interrogantes: ¿se termina el castrismo?; ¿qué hay después de
Fidel y Raúl?.
La novelista no esquivó el tema y opinó sobre el futuro inmediato de Cuba: "Espero que haya una transición, pero no está preparada. No veo en el panorama ninguna figura interesante".
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