El habitante más joven de la Casa Blanca, tiene 11 años, y está en la
primera línea del interés mediático desde que hizo las maletas hace
unos meses para mudarse a Washington. Hasta ese momento, Barron Trump
permanecía en Nueva York con su madre para acabar el curso escolar. Y
una vez pisó la capital estadounidense, todo lo que hace el hijo del
presidente interesa.
Barron ha protagonizado esta semana dos actos oficiales y muy tradicionales en la Casa Blanca: la recepción del árbol de Navidad y el indulto del pavo en las horas
previo a la celebración del Día de Acción de Gracias. En el primero
estuvo acompañado solo de su madre. Melania alabó la calidad del abeto:
"Es bueno y bonito". A su lado, el joven asintió sin perder la gravedad
en su rostro. El martes, Barron acompañó esta vez a sus padres en el
momento del indulto al pavo. Lo hizo vestido con solemnidad: traje gris y
corbata oscura. No se le escapó ni una sonrisa, ni un comentario pese
al ambiente relajado que se vivió en los jardines de la Casa Blanca.
Melania Trump, con su hijo Barron, el pasado martes.CARLOS BARRIAREUTERS
Los medios de comunicación de EE UU comentan la actitud huraña del
menor de los Trump y también el cambio físico que ha experimentado. En
altura supera ya a su madre, que mide 1,80. Los especialistas, percentil
en mano, vaticinan que cuando tenga 18 años será el más alto de la
familia, título que ahora tiene Erik, que alcanza los 1,96.
Hay medios que también apuntan a que Barron está sometido a mayor exposición pública que sus predecesoras en el cargo,Malia y Sasha Obama,
que solo acompañaban a sus padres en contadas ocasiones a su edad. Las
hijas del expresidente Barack Obama tenían nueve y seis años,
respectivamente, cuando su padre llegó a la presidencia. En cambio, el
hijo del presidente Donald Trump ha sido exhibido en innumerables
conferencias de prensa, mítines, sesiones fotográficas y discursos.
Donald, Barron y Melania Trump, en el momento del indulto del pavo.ANDREW CABALLERO-REYNOLDSAFP
Barron Trump
es físicamente un calco de su padre. "Es un chico mentalmente muy
fuerte, muy especial e inteligente. Es independiente y obstinado y sabe
exactamente lo que quiere. Es una mezcla de nosotros en apariencia, pero
su personalidad es idéntica a la de su padre, por eso lo llamo Little
Donald", explicó su madre en una entrevista a la prensa norteamericana.
Barron Trump comparte con su padre su afición por el golf, deporte que
los fines de semana practican juntos. También le apasionan los
videojuegos, aunque le dijo a su madre que quería ser un "hombre de negocios". Barron estudia sexto curso de Primaria
en la escuela privada St. Andrew’s Episcopal School, situada en el
acomodado barrio de Potomac (Maryland) a las afueras de la capital y
cuyo coste anual es de 40.000 dólares. Es el primer hijo presidencial en
optar por este colegio, que educa a cerca de 600 alumnos, desde
preescolar hasta el final de la educación secundaria.
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Barron Trump y su madre Melania, el lunes posan ante los medios tras recibir el árbol de Navidad en la Casa Blanca.CARLOS BARRIAREUTERS
Convertirse en hijo del presidente de Estados Unidos y acaparar la atención de los medios de comunicación no es nada fácil. Y Chelsea Clinton
lo sabe bien, pues pasó su adolescencia siendo hija de un presidente y
lo sufrió de 1993 a 2001 mientras vivió en la Casa Blanca. En enero
pasado, la hija de Bill Clinton hizo una defensa pública de Barron Trump: “Barron Trump se merece la oportunidad que todo niño se merece de tener una infancia”.
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