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El altavoz del fascismo disfrazado de pluralidad informativa
Por Alfonso Olmo Gutiérrez
Desde hace meses somos testigos de como las principales de cadenas
de televisión dan voz a organizaciones fascistas como la Fundación
Francisco Franco, permitiendo que su discurso revisionista acerca de la
guerra civil y el franquismo se divulgue, contribuyendo al falseamiento
de nuestra historia.
Por Alfonso Olmo Gutiérrez
Desde el inicio del debate acerca de la exhumación de los restos del dictador, la Fundación Francisco Franco ha encontrado una nueva oportunidad para divulgar sus ideas y “su versión” acerca de lo ocurrido en nuestra historia reciente. Desde el primer momento, como era de esperar, han realizado una feroz oposición a dicha exhumación, y no tan solo por motivos religiosos o de respeto a los difuntos, sino por su firme creencia en la figura del dictador como un salvador de la patria y un excelente gobernante.
El portavoz de esta fundación, Jaime Alonso, lleva meses siendo invitado a diversas tertulias en las principales cadenas televisivas de nuestro país. En sus intervenciones, este niega rotundamente hechos históricos documentados, afirmando cosas como que el dictador “no fusiló a gente” ni dictó sentencias de muerte.
Este revisionismo, este intento de falsear la historia es delito en otro países con pasado fascista como Alemania, en el cual el negacionismo hacia los crímenes del nazismo es delito. Sin embargo, esta fundación, cuya propia existencia es un insulto a la democracia y las víctimas del franquismo, goza de total impunidad para seguir enalteciendo la figura del dictador y seguir negando los crímenes cometidos por su dictadura, contradiciendo la historia documentada por los mejores historiadores hispanistas y mientras España es el segundo país del mundo con mayor número de desaparecidos en fosas. Todo esto es fruto de una transición cimentada sobre la ausencia de una condena firme a los crímenes del franquismo, cuya impunidad perdura hasta el día de hoy.
Sin embargo, en esta cuestión el problema no solo reside en la persistencia de la defensa al franquismo o de su impunidad, sino en el papel que están jugando los medios de comunicación, que sirven de altavoz para la difusión de sus mensajes. Bajo una máscara de “pluralidad informativa” se ofrecen numerosos espacios televisivos a este sujeto, permitiendo que falsee la historia en pleno horario de máxima audiencia. Esto está muy lejos de ser “pluralidad”, ya que los hechos históricos como la represión y ejecuciones franquistas son hechos documentados y probados por los historiadores de mayor renombre en el mundo académico. Por esto, dar voz a esta fundación no es signo de “pluralidad”, de tratar de ofrecer todos los puntos de vista, sino que muestra como los medios están ejerciendo de cómplices al servir de altavoz al fascismo, al permitir que la mentira se siga contando y difundiendo, permitir que se falsee nuestra historia, contribuyendo a un auge del fascismo que se cimenta y consolida en Europa a paso agigantado.
Por Alfonso Olmo Gutiérrez
Desde el inicio del debate acerca de la exhumación de los restos del dictador, la Fundación Francisco Franco ha encontrado una nueva oportunidad para divulgar sus ideas y “su versión” acerca de lo ocurrido en nuestra historia reciente. Desde el primer momento, como era de esperar, han realizado una feroz oposición a dicha exhumación, y no tan solo por motivos religiosos o de respeto a los difuntos, sino por su firme creencia en la figura del dictador como un salvador de la patria y un excelente gobernante.
El portavoz de esta fundación, Jaime Alonso, lleva meses siendo invitado a diversas tertulias en las principales cadenas televisivas de nuestro país. En sus intervenciones, este niega rotundamente hechos históricos documentados, afirmando cosas como que el dictador “no fusiló a gente” ni dictó sentencias de muerte.
Este revisionismo, este intento de falsear la historia es delito en otro países con pasado fascista como Alemania, en el cual el negacionismo hacia los crímenes del nazismo es delito. Sin embargo, esta fundación, cuya propia existencia es un insulto a la democracia y las víctimas del franquismo, goza de total impunidad para seguir enalteciendo la figura del dictador y seguir negando los crímenes cometidos por su dictadura, contradiciendo la historia documentada por los mejores historiadores hispanistas y mientras España es el segundo país del mundo con mayor número de desaparecidos en fosas. Todo esto es fruto de una transición cimentada sobre la ausencia de una condena firme a los crímenes del franquismo, cuya impunidad perdura hasta el día de hoy.
Sin embargo, en esta cuestión el problema no solo reside en la persistencia de la defensa al franquismo o de su impunidad, sino en el papel que están jugando los medios de comunicación, que sirven de altavoz para la difusión de sus mensajes. Bajo una máscara de “pluralidad informativa” se ofrecen numerosos espacios televisivos a este sujeto, permitiendo que falsee la historia en pleno horario de máxima audiencia. Esto está muy lejos de ser “pluralidad”, ya que los hechos históricos como la represión y ejecuciones franquistas son hechos documentados y probados por los historiadores de mayor renombre en el mundo académico. Por esto, dar voz a esta fundación no es signo de “pluralidad”, de tratar de ofrecer todos los puntos de vista, sino que muestra como los medios están ejerciendo de cómplices al servir de altavoz al fascismo, al permitir que la mentira se siga contando y difundiendo, permitir que se falsee nuestra historia, contribuyendo a un auge del fascismo que se cimenta y consolida en Europa a paso agigantado.
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