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El imperio chino se extiende y sigue desembarcando en la estratégica África
DerBlaueMond
@DerBlaueMond
Por todos es sabido que, a lo largo de la historia económica y no económica, toda potencia que se precie, ha intentado extender su alcance, influencia, y a la postre poder
sobre otros países. Igualmente conocido por todos es que lo mismo
ocurre en nuestros días con las cuatro grandes superpotencias existentes
en el planeta: USA, Europa, Rusia, y China.
Y habiendo crecido China al calor de la más reciente globalización, no es de extrañar que sea un caso especialmente idóneo para haber proliferado este espíritu expansionista a nivel económico, que podría estar en plena efervescencia entre sus élites políticas y económicas. De hecho, el imperio pseudo-capitalista chino está en clara expansión, y cada vez más gana terreno en países y continentes.
La adopción de una divisa extranjera a cualquier nivel económico es un claro signo de penetración económica
del país emisor de dicha divisa en la economía nacional del país
adoptivo. Como muestra de ello, todos sabemos cómo a nivel global, en
las décadas de capitalismo dominado por EEUU, el dólar americano ha sido
la divisa rey por excelencia a nivel internacional. Se podía viajar con
ella por todo el mundo, se cambiaba en todas partes, en algunos lugares
incluso se acumulaba valor acaparando dólares americanos ofreciendo un
cambio muy favorable en el mercado negro, etc.
Pero más allá de la omnipresencia del dólar del Tío Sam como divisa de cambio en todo país del globo, está el hecho de que era también la divisa por excelencia para atesorar la joya de la corona de la acumulación de riqueza de un país: sus reservas. Efectivamente, es un signo inequívoco de valor y de confianza que durante décadas los países hayan elegido a la divisa estadounidense para depositar el fruto de sus esfuerzos económicos nacionales, y a la par la principal arma de defensa económica de sus divisas nacionales frente a los envites de unos mercados que siempre están listos para atacar las debilidades económicas.
Con la llegada del Euro, el panorama cambió ligeramente, y a la hegemónica divisa de EEUU le salió un competidor destacado. Efectivamente, los Euros empezaron a aceptarse en todos los países del mundo, a ser cambiados en cualquier casa cambio, y también los Bancos Centrales de los países de todo el planeta empezaron a acumular Euros como parte de sus reservas económicas estratégicas. En EEUU muchos vieron a la divisa europea como un hermano del dólar, y aunque ciertos sectores tendían a menospreciarla frente al todopoderoso dólar estadounidense, la toleraban sin sentirla como una amenaza clara a su hegemonía.
Pero en este mundo siempre cambiante, no hay escenario que no sea susceptible de dar un giro bruscamente.
Tal está siendo el tablero global de divisas de referencia, que son ese
claro indicativo de las áreas de influencia e interés económico de las
superpotencias que alargan sus tentáculos por los cinco océanos el
planeta.
De esta manera, estamos asistiendo a una expansión del imperio económico pseudo-capitalista chino, y uno de los signos más claros de ello está en la extensión de la adopción de la divisa china como moneda de referencia. Quitando el propio terreno de juego, así como los terrenos nacionales de las otras superpotencias, sobre el tablero quedan principalmente dos territorios por los que luchar en la conquista económica: Latinoaméria y África.
Ambos continentes son además de especial y estratégico interés para todas las superpotencias desde hace lustros, y no sólo porque sean mercados con millones de compradores potenciales. Estos dos contienentes son además excepcionalmente estratégicos por las reservas de materias primas que atesoran, y que son absolutamente indispensables en el tablero global para aprovisionar economías.
Conocido por todos es el caso de cómo China se ha hecho con gran parte de África, negociando incluso construir colosales (y necesitadas) infraestructuras a cambio de asegurarse contractualmente un suministro de ciertas materias primas, o la reserva de un mercado apetecible. En Latinoamérica, los productos chinos también han copado el mercado y los consumidores en unos países donde el poder adquisitivo es inferior a otros países desarrollados, y donde lo “barato” muchas veces se hace necesario. Y al igual que en el caso de África, en Latinoamérica el desembarco comercial de China ha venido acompañado de inversiones y un insaciable apetito por los recursos naturales del subcontinente.
Tácticas y estrategias para conseguir el conquistador objetivo aparte (unas más éticas y otras mucho menos), así vemos cómo la superpotencia que más agresivamente ha estado posicionándose en América del Sur y en África desde hace unos lustros es China. Por eso, tampoco debe extrañarnos que ahora sea el yuan chino la moneda que una economía muy relevante como la de Nigeria ha elegido para sus reservas monetarias. No sabemos si el yuan llegará a desbancar al dólar americano como divisa hegemónica en todo el mundo, pero lo que está claro es que tiene muy claras sus aspiraciones al respecto.
Según nos informó hace unos días la excelente publicación Quartz, Nigeria ha optado por empezar a dar los primeros decisivos movimientos para la adopción del Yuan como moneda de reserva.
Nigeria ha sufrido hace algo más de dos áños las penurias económicas
derivadas por una reciente escasez del suministro de dólares al país
africano, que fueron desde aeolíneas reduciendo sus frecuencias hasta
negocios sin posibilidad de tener acceso a unos dólares que son esenciales en el país para el comercio internacional y para los pagos con origen o destino en el exterior.
No es de extrañar pues que en el país también tengan un cierto interés por diversificar su biodiversidad monetaria, y como primer paso, el gobierno haya empezado ya a suministrar yuanes a empersas locales y operadores de divisas. Efectivamente el Yuan chino ya corre por las venas de la economía nigeriana, y casi seguro que en muy poco tiempo lo veremos ya como reserva de valor en la que los nigerianos atesoran parte de su riqueza y reservas nacionales.
Pero Nigeria no ha sido el único país en incluir también al Yuan como moneda de referencia nacional, sino que tan sólo ha sido el último país africano en hacerlo. La proliferación de las relaciones comerciales entre los países africanos y China, presentaba la rémora de tener que pasar siempre inevitablemente por la parada intermedia de cambio al dólar estadounidense.
Como nos relataba Quartz, esto les resultaba especialmente sangrante
para las operaciones financieras de financiación y préstamos de dinero
fresco que se insuflaba a las economías africanas desde el gigante rojo.
Ha sido la ya desvelada "diplomacia china de la trampa de deuda", que ya ha encencido las alarmas en el continente
por estar repuntando el nivel de deuda general para con los chinos. Hay
casos extremos como el de Kenya, que ha visto multplicarse por diez sus
deudas con China en tan sólo cinco años, un proceso paralelo a la deslocalización aparentemente estratégica de producción china hacia el país africano.
Pero no se trata sólo países en víás de desarrollo que toman prestado dinero chino fácil y que venden ingentes cantidades de materias primas al gigante asiático. Han sido otros importantes Bancos Centrales como el propio Banco Central Europeo los que ya añadieron el Yuan a su cesta de divisas de reserva, buscando igualmente diversificar con alternativas al dólar estadounidense.
Tal vez podamos estar asistiendo simplemente a un reconocimiento monetario del gran peso económico que supone China en el conjunto de las economías del planeta. Tal vez estemos viendo cómo el Yuan es una nueva herramienta monetaria con su utilidad propia para las trasacciones con el gigante chino. Tal vez la reserva de valor de los países deba incluir justamente a la moneda de la que de hecho es la segunda economía del planeta. Pero tampoco olviden que China es una superpotencia con sus propias aspiraciones y estrategias, y tengan en cuenta que aquí nadie regala nada, y menos dinero; tampoco los chinos. Y si no que se lo pregunten a los Keniatas.
Imágenes | Pixabay 12019 | Pixabay geralt | Pixabay JESHOOTScom | Unsplash @likeakid | Pixabay Bru-nO
Y habiendo crecido China al calor de la más reciente globalización, no es de extrañar que sea un caso especialmente idóneo para haber proliferado este espíritu expansionista a nivel económico, que podría estar en plena efervescencia entre sus élites políticas y económicas. De hecho, el imperio pseudo-capitalista chino está en clara expansión, y cada vez más gana terreno en países y continentes.
La divisa: un signo muy relevante del área de influencia económica
Pero más allá de la omnipresencia del dólar del Tío Sam como divisa de cambio en todo país del globo, está el hecho de que era también la divisa por excelencia para atesorar la joya de la corona de la acumulación de riqueza de un país: sus reservas. Efectivamente, es un signo inequívoco de valor y de confianza que durante décadas los países hayan elegido a la divisa estadounidense para depositar el fruto de sus esfuerzos económicos nacionales, y a la par la principal arma de defensa económica de sus divisas nacionales frente a los envites de unos mercados que siempre están listos para atacar las debilidades económicas.
Con la llegada del Euro, el panorama cambió ligeramente, y a la hegemónica divisa de EEUU le salió un competidor destacado. Efectivamente, los Euros empezaron a aceptarse en todos los países del mundo, a ser cambiados en cualquier casa cambio, y también los Bancos Centrales de los países de todo el planeta empezaron a acumular Euros como parte de sus reservas económicas estratégicas. En EEUU muchos vieron a la divisa europea como un hermano del dólar, y aunque ciertos sectores tendían a menospreciarla frente al todopoderoso dólar estadounidense, la toleraban sin sentirla como una amenaza clara a su hegemonía.
Los tiempos cambian, y también las divisas hegemónicas
De esta manera, estamos asistiendo a una expansión del imperio económico pseudo-capitalista chino, y uno de los signos más claros de ello está en la extensión de la adopción de la divisa china como moneda de referencia. Quitando el propio terreno de juego, así como los terrenos nacionales de las otras superpotencias, sobre el tablero quedan principalmente dos territorios por los que luchar en la conquista económica: Latinoaméria y África.
Ambos continentes son además de especial y estratégico interés para todas las superpotencias desde hace lustros, y no sólo porque sean mercados con millones de compradores potenciales. Estos dos contienentes son además excepcionalmente estratégicos por las reservas de materias primas que atesoran, y que son absolutamente indispensables en el tablero global para aprovisionar economías.
Conocido por todos es el caso de cómo China se ha hecho con gran parte de África, negociando incluso construir colosales (y necesitadas) infraestructuras a cambio de asegurarse contractualmente un suministro de ciertas materias primas, o la reserva de un mercado apetecible. En Latinoamérica, los productos chinos también han copado el mercado y los consumidores en unos países donde el poder adquisitivo es inferior a otros países desarrollados, y donde lo “barato” muchas veces se hace necesario. Y al igual que en el caso de África, en Latinoamérica el desembarco comercial de China ha venido acompañado de inversiones y un insaciable apetito por los recursos naturales del subcontinente.
Tácticas y estrategias para conseguir el conquistador objetivo aparte (unas más éticas y otras mucho menos), así vemos cómo la superpotencia que más agresivamente ha estado posicionándose en América del Sur y en África desde hace unos lustros es China. Por eso, tampoco debe extrañarnos que ahora sea el yuan chino la moneda que una economía muy relevante como la de Nigeria ha elegido para sus reservas monetarias. No sabemos si el yuan llegará a desbancar al dólar americano como divisa hegemónica en todo el mundo, pero lo que está claro es que tiene muy claras sus aspiraciones al respecto.
África: el territorio comanche donde las divisas de las superpotencias están librando una particular batalla por la influencia económica
No es de extrañar pues que en el país también tengan un cierto interés por diversificar su biodiversidad monetaria, y como primer paso, el gobierno haya empezado ya a suministrar yuanes a empersas locales y operadores de divisas. Efectivamente el Yuan chino ya corre por las venas de la economía nigeriana, y casi seguro que en muy poco tiempo lo veremos ya como reserva de valor en la que los nigerianos atesoran parte de su riqueza y reservas nacionales.
Pero Nigeria no ha sido el único país en incluir también al Yuan como moneda de referencia nacional, sino que tan sólo ha sido el último país africano en hacerlo. La proliferación de las relaciones comerciales entre los países africanos y China, presentaba la rémora de tener que pasar siempre inevitablemente por la parada intermedia de cambio al dólar estadounidense.
La diplomacia de la que la economía y la deuda son tan sólo una herramienta más
Pero no se trata sólo países en víás de desarrollo que toman prestado dinero chino fácil y que venden ingentes cantidades de materias primas al gigante asiático. Han sido otros importantes Bancos Centrales como el propio Banco Central Europeo los que ya añadieron el Yuan a su cesta de divisas de reserva, buscando igualmente diversificar con alternativas al dólar estadounidense.
Tal vez podamos estar asistiendo simplemente a un reconocimiento monetario del gran peso económico que supone China en el conjunto de las economías del planeta. Tal vez estemos viendo cómo el Yuan es una nueva herramienta monetaria con su utilidad propia para las trasacciones con el gigante chino. Tal vez la reserva de valor de los países deba incluir justamente a la moneda de la que de hecho es la segunda economía del planeta. Pero tampoco olviden que China es una superpotencia con sus propias aspiraciones y estrategias, y tengan en cuenta que aquí nadie regala nada, y menos dinero; tampoco los chinos. Y si no que se lo pregunten a los Keniatas.
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