Las sanciones de Estados Unidos (EE.UU.) hacia el petróleo venezolano podría afectar el equilibrio de precios en el mercado petrolero global.
El pasado 29 de enero el ministro venezolano anunció que su país está tomando las acciones correspondientes para que las sanciones contra PDVSA afecten lo menos posible el mercado petrolero.
Al momento de las sanciones por parte de EE.UU. hacia PDVSA el 28 de enero pasado el precio de la cesta de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) ha pasado de 58.31 dólares por barril a 65.83, mostrando que la medida ha impulsado el precio del crudo.
El alza del petróleo en el mercado global, proyección posible si se consolidan los esfuerzos de la OPEP por reducir la producción, está directamente relacionado con el aumento de la gasolina.
De seguir el curso de las sanciones contra Venezuela, podría contribuir a este efecto, así como sucedió el año pasado con el bloqueo contra Irán
Venezuela junto a Irán otra nación sobre la que EE.UU. mantiene restricción sobre su petróleo abastecen cerca de uno de cada veinte barriles.
Los obstáculos que enfrentan ambas naciones en la actualidad están entre los factores que han llevado a un aumento de casi veinte por ciento en los precios internacionales del petróleo en meses recientes (el crudo Brent, la referencia a nivel internacional, ronda casi 80 dólares el barril), lo cual amenaza el crecimiento económico global.
A pesar de la baja en la producción de petróleo de Venezuela, hay una parte importante de la industria petrolera mundial que necesita el petróleo pesado venezolano para mezclarlo con petróleos más ligeros y producir así gasolina y otros productos refinados.
Las refinerías estadounidense del golfo de México se han visto perjudicadas porque están especializadas en mezclar petróleo pesado con el crudo más ligero que produce EE.UU.
Las refinerías ubicadas en los estados de Louisiana y Texas deben nutrirse aproximadamente en un 30 por ciento con petróleo pesado para poder operar. Aunque sus costos de producción son más caros, pueden competir en el mercado por el bajo precio del petróleo, que importaban en buena parte de Venezuela.
Al no contar con la entrega confiable de crudo pesado se crea una faltante de 3 millones 500 mil que no puede ser suplida tan fácilmente por EE.UU.
Esto ha llevado a la disminución de la producción de combustible incrementado los precios en el mercado interno.
Las sanciones contra el crudo venezolano no solo han afectado a las refinadoras, sino que terminan siendo pagadas por la poblaciones con menos recursos.
El lunes 28 de enero, el secretario del Tesoro Steven Mnuchin anunció medidas coercitivas contra empresas esenciales de Venezuela que operan en EE.UU.
La Orden Ejecutiva coloca a instituciones de la entidad, incluyendo al Banco Central de Venezuela (BCV) y PDVSA como objetivo de las sanciones. Además de bloquear bienes valorados en 7 mil millones de dólares, la prohibición a empresas estadounidenses y aliadas de negociar con PDVSA resultaría en una pérdida de 11 mil millones de dólares adicionales, nada más por concepto de exportaciones.
De acuerdo al ministro de petróleo venezolano y presidente de la estatal petrolera Petróleos de Venezuela (PDVSA), Manuel Quevedo, cualquier acción en contra del crudo de la nación suramericana impacta el mercado petrolero mundial.
El pasado 29 de enero el ministro venezolano anunció que su país está tomando las acciones correspondientes para que las sanciones contra PDVSA afecten lo menos posible el mercado petrolero.
Al momento de las sanciones por parte de EE.UU. hacia PDVSA el 28 de enero pasado el precio de la cesta de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) ha pasado de 58.31 dólares por barril a 65.83, mostrando que la medida ha impulsado el precio del crudo.
El alza del petróleo en el mercado global, proyección posible si se consolidan los esfuerzos de la OPEP por reducir la producción, está directamente relacionado con el aumento de la gasolina.
De seguir el curso de las sanciones contra Venezuela, podría contribuir a este efecto, así como sucedió el año pasado con el bloqueo contra Irán
Venezuela junto a Irán otra nación sobre la que EE.UU. mantiene restricción sobre su petróleo abastecen cerca de uno de cada veinte barriles.
Los obstáculos que enfrentan ambas naciones en la actualidad están entre los factores que han llevado a un aumento de casi veinte por ciento en los precios internacionales del petróleo en meses recientes (el crudo Brent, la referencia a nivel internacional, ronda casi 80 dólares el barril), lo cual amenaza el crecimiento económico global.
A pesar de la baja en la producción de petróleo de Venezuela, hay una parte importante de la industria petrolera mundial que necesita el petróleo pesado venezolano para mezclarlo con petróleos más ligeros y producir así gasolina y otros productos refinados.
Como afectan a EE.UU.
EE.UU. es uno de los países más afectados por las sanciones hacia el crudo venezolano ya que los precios del combustible han subido casi un cinco por ciento desde que se anunciaron las sanciones.Las refinerías estadounidense del golfo de México se han visto perjudicadas porque están especializadas en mezclar petróleo pesado con el crudo más ligero que produce EE.UU.
Las refinerías ubicadas en los estados de Louisiana y Texas deben nutrirse aproximadamente en un 30 por ciento con petróleo pesado para poder operar. Aunque sus costos de producción son más caros, pueden competir en el mercado por el bajo precio del petróleo, que importaban en buena parte de Venezuela.
Al no contar con la entrega confiable de crudo pesado se crea una faltante de 3 millones 500 mil que no puede ser suplida tan fácilmente por EE.UU.
Esto ha llevado a la disminución de la producción de combustible incrementado los precios en el mercado interno.
Las sanciones contra el crudo venezolano no solo han afectado a las refinadoras, sino que terminan siendo pagadas por la poblaciones con menos recursos.
El lunes 28 de enero, el secretario del Tesoro Steven Mnuchin anunció medidas coercitivas contra empresas esenciales de Venezuela que operan en EE.UU.
La Orden Ejecutiva coloca a instituciones de la entidad, incluyendo al Banco Central de Venezuela (BCV) y PDVSA como objetivo de las sanciones. Además de bloquear bienes valorados en 7 mil millones de dólares, la prohibición a empresas estadounidenses y aliadas de negociar con PDVSA resultaría en una pérdida de 11 mil millones de dólares adicionales, nada más por concepto de exportaciones.
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