Ver las viejas doctrinas con nuevos ojos
Hay
que mirar a las viejas doctrinas geopolíticas con ojos nuevos. Como es
el caso de la “Doctrina Monroe”, puesta en uso por el presidente
norteamericano que le presta su nombre, en 1823.
La misma fue modificada y mejorada con la del
“Gran Garrote”, impulsada por otro presidente de ese país, pero de
nombre Teddy Roosevelt.
Otro presidente, el Nro 45 la saca del
desván de la historia y lo pone en funcionamiento, nuevamente. El
problema es que Venezuela, la que fue el terreno de aplicación, a
principios del siglo XX, no es la misma. Tampoco, el mundo que la rodea.
En aquella lejana ocasión, a raíz del bloqueo
naval de Venezuela por potencias europeas, los EEUU establecieron que si
un país europeo amenazaba los derechos o propiedades de ciudadanos o
empresas estadounidenses, el gobierno estadounidense estaba obligado a
intervenir en los asuntos de ese país para "reordenarlo".
Hoy, los EEUU, también, ven amenazada los derechos
de propiedad de sus empresas. Recientemente, un juez federal de los
EEUU autorizó la incautación Citgo Petroleum Corporation, propiedad de
Petróleos de Venezuela, S.A., para cumplir con pagos pendientes por
parte del gobierno venezolano.
Pero, esta vez, la flota europea que las amenaza
no la manda el Kaiser Guillermo II, sino la China de Xi Jimping. Pues,
como lo ha afirmado la vicepresidenta venezolana, Delcy Rodríguez: "todo
el petróleo que China necesita Venezuela lo tiene".
Para colmo de males, la Venezuela de
hoy o es la débil republiqueta de aquellos días. Y, aunque siga siendo
una republiqueta. Hoy, cuenta con el apoyo de un socio geopolítico de
peso: Rusia.
Así, como están las cosas. Esta vez, la película
podría tener otro final. Por ejemplo, que la republiqueta venezolana se
mantuviera, pese a los esfuerzos de bajarla a garrotazos y que los
chinos se salgan con la suya. Para regocijo de Vladimir y para la bronca
de Donald.
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