La ruta del maíz transgénico, bajo la lupa
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Alberto Romero / El Economista
Foto Archivo: EE
El valor de las importaciones del producto alimenticio más importante para el campo nacional, atendiendo a su valor histórico y comercial, superó los 2,769 millones de dólares el año pasado, siendo Estados Unidos el principal proveedor del país y líder global en la siembra del cultivo.
Tal escenario enciende la alerta sobre la importancia de fortalecer la producción interna de maíz en un contexto global sensible a los efectos del cambio climático.
La baja en la productividad de las potencias exportadoras tampoco garantiza en el mediano plazo mantener la proveeduría del grano a los países importadores, incluido México.
Entre las soluciones disponibles para los productores, la biotecnología agrícola provee de semillas transgénicas para cultivar maíz y favorecer las condiciones de siembra, pero en México dicho proceso se encuentra en una fase que antecede a la comercial, por lo cual no se permite su siembra masiva en una superficie estimada en 1 millón de hectáreas, que se localizan principalmente en los estados de Sinaloa, Sonora y Tamaulipas.
Los productores sostienen que México no permite la siembra comercial de maíz transgénico, pero sí la importación del grano genéticamente modificado. En tanto, la aprobación de la fase comercial divide opiniones por ser el país centro de origen del cultivo.
“Es un tema muy polémico, está muy ideologizado pero, desde el punto de vista técnico, pueden (los transgénicos) ser de utilidad para los productores y mejorar sus costos de producción y competitividad”, consideró Horacio Santoyo Cortés, director del Centro de Investigaciones Económicas, Sociales y Tecnológicas de la Agroindustria y la Agricultura Mundial (CIESTAAM).
El acceso a más tecnología podría mejorar sustancialmente el ingreso de 50% de la población rural mexicana, que vive en condiciones de pobreza, pero las opciones disponibles no se restringen únicamente al uso de materiales transgénicos, opinan especialistas.
“La biotecnología es un tema que toma cierto tiempo. Y no nada más es mejoramiento genético, es el uso de muchos activos biológicos para producir. La siembra de maíz transgénico es un tema muy delicado, de mucho debate… yo le voy más al MasAgro”, opinó Francisco Jusseppe Camargo, director general de Agronegocios y Biotecnología en ProMéxico, con relación al programa Modernización Sustentable de la Agricultura Tradicional (MasAgro), que impulsa el uso de semillas de maíz híbrido y mejores prácticas agrícolas entre los pequeños productores del país.En el contexto internacional, la producción de alimentos transgénicos, incluido el maíz, se traduce en historias de éxito que lidera EU, proveedor nato del maíz transgénico que compran productores nacionales cada año para consumo pecuario.
PIDEN ARGUMENTOS CIENTÍFICOS Y NO POLÍTICOS
De acuerdo con Víctor Villalobos Arámbula, director general del Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA), México ha tomado sus decisiones con mucha precaución pero, al final de cuentas, el desarrollo de tecnología con base en medidas de bioseguridad debe tener un espacio.
“Es un proceso que tiene que ser sustentado en ciencia y no por decisiones de índole político o coyuntural. En la media en que las bases científicas estén accesibles a quien toma las decisiones, éstas se van a tomar adecuadamente”, afirmó.Villalobos dijo que no ve factible que la siembra comercial de maíz transgénico en México se autorice este año, pero agregó que, en cualquier escenario, el IICA respeta la decisión soberana de cada país respecto del uso de semillas genéticamente modificadas.
Jorge Martínez Durán, productor maicero de Valle de Santiago, en Guanajuato, consideró pertinente que sea el productor quien decida sobre el tipo de maíz a cultivar: transgénico, híbrido o criollo, de acuerdo con las necesidades que demande el mercado.
El agricultor dijo que el uso de maíz transgénico podría disminuir el costo de producción del cultivo. “¿Cual produce más? Quizás ambos maíces podrían estar produciendo la misma cantidad de toneladas, la gran diferencia es en el costo de producción, que disminuye con el uso de maíz genéticamente modificado”, dijo.
“La gran polémica es que quienes están sacando más jugo de los transgénicos son las empresas trasnacionales. Eso es en realidad lo que está en discusión. Pero focalizar el tema a no usar transgénicos tal vez sea quitar una herramienta a los productores que podría serles de utilidad”, consideró Santoyo Cortés, director del CIESTAAM.José Manuel Madero Garza, presidente de Monsanto Latinoamérica Norte, dijo que México está 17 años retrasado en la adopción de biotecnología agrícola, por lo cual sugirió reflexionar sobre el impacto económico que tiene detener el paso a la fase comercial en la siembra de maíz transgénico en territorio nacional.
El presidente de la trasnacional estimó el costo de la indefinición en más de 40,000 millones de pesos al año.
En el ámbito internacional, el uso de materiales transgénicos con fines agrícolas ha sido adoptado por 16.7 millones de productores en una superficie cercana a los 160 millones de hectáreas, de acuerdo con información de AgroBIO México.
PREVISIÓN
Al cierre del 2012, el pronóstico oficial en México estima obtener 23 millones de toneladas de maíz, que regresarían la cosecha a los niveles obtenidos antes de las heladas y sequía que azotaron al norte del país en los últimos años, comentó Francisco Mayorga Castañeda, titular de la Sagarpa, además consideró que el próximo año luce como el nuevo horizonte para la siembra comercial de maíz transgénico en territorio nacional.
¿Qué es un transgénico?
Los organismos genéticamente modificados o transgénicos son variedades de especies a las que se les ha transferido alguna capacidad funcional mediante el uso de ingeniería genética para mejorar su desempeño agrícola (tolerancia a sequía, por ejemplo).Paso a paso
Son tres las etapas de liberación al ambiente de un organismo genéticamente modificado. El cultivo de maíz transgénico en México se ubica en la fase piloto.EXPERIMENTAL
- En esta etapa, se demuestra la eficacia del atributo biotecnológico y su equivalencia agronómica con el cultivo tradicional.
- El objetivo de esta fase es evaluar el costo-beneficio de las modificaciones adquiridas contra un material convencional.
- Es la introducción permitida del cultivo agrícola transgénico en diversos predios de liberación, con requerimientos específicos para la producción comercial.
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