domingo, 9 de diciembre de 2012

El “borrachales” ya se fue

El “borrachales” ya se fue PDF Imprimir E-mail
Escrito por Eduardo López Betancourt   
calderon-borrachinEs innegable que miles de mexicanos estamos hartos de ver a diario en la televisión a ese personaje desaprensivo, cuyos ojos delatan plenamente su vicio etílico, amén de una esquizofrenia en verdad vergonzante.
México es una nación que ha tenido los peores presidentes del orbe, nada prudentes ni equilibrados, menos sensatos. Es triste ver cómo cada sexenio hunden más al país; primero fue Echeverría, con sus aires de grandeza, iniquidades y masacres estudiantiles; después la frivolidad de López Portillo, sus gastos faraónicos e inigualable corrupción; De la Madrid un ser caricato, amén de descuidero, hizo de las suyas al por mayor; empero el acabose para nuestra patria fue Salinas, sujeto que literalmente hurtó la Presidencia, y que a pesar de todo lo que hizo sigue tan campante, sobre todo dominador. Con Zedillo no nos fue nada mejor, resultó pusilánime y antipatriota, eso sí, como sus antecesores, fue muy afecto al dinero del pueblo. Todos soñamos con un cambio, Fox se benefició de ese deseo, pero El Alto Vacío fue una desgracia más para México, el insulso guanajuatense, cuya ignorancia ofende y que exhibió por todo el mundo, realizó infinidad de picardías; engañó a mucho bobos, inclusive convirtió en incondicionales a muchos politiquillos de baja estatura.
Hoy debemos escribir de Calderón para que quede constancia de su pésimo proceder; fue émulo de Salinas en eso de robar presidencias, usurpó el poder en 2006; emprendió una lucha estéril contra lo que llamó “crimen organizado” de la cual todos sabemos los resultados. Otro hecho inconcebible es que a unos cuantos días de que el purépecha deje el mandato, sigue viajando por todo el planeta, claro, con cargo al erario; eso sí, se jacta que ha efectuado infinidad de obras públicas; por cierto, recientemente fue a Campeche y espetó sin ninguna consideración: “Las obras que aquí he realizado son por el cariño que le guardé a mi amigo Juan Camilo Mouriño”. Nótese la insensatez de este individuo, él cree que el dinero del país es suyo, que sale de su bolsa. ¡Vaya cinismo!
Un día sí y el otro también, el michoacano toma el micrófono para hablar sandeces, mismas que inclusive los ciudadanos tenemos que escuchar forzosamente, ya que los medios de comunicación son utilizados de manera oficial para transmitir las barbaridades que expresa este ser de mirada burlona y pequeñez en todos sentidos.
Los mexicanos añoramos a un primer mandatario que entregue todo el dinero que le corresponde a cada entidad, ello mediante un sistema de consulta popular, donde se decida y disponga qué obras públicas se deben construir y dónde; es indispensable institucionalizar el gobierno, particularmente del ámbito federal.
Sin embargo, lo que más ofende del purépecha,  es su petulancia, presume a los cuatro vientos que fue buen presidente, nada más inexacto, de hecho ha sido uno de los peores, ya que insistimos, se apropió del poder; ello como hemos señalado en reiteradas ocasiones, no significa que haya ganado el famoso Rayito de Esperanza, ambos cometieron fraude, lo correcto era anular los comicios y nombrar un presidente interino para que convocara a nuevas elecciones.
En verdad deseamos que el próximo presidente de México sea una persona ecuánime y no actúe como “artista palenquero”, esto es, andar por toda nuestra república vociferando memeces. Un jefe de Estado debe estar en su lugar de trabajo, eventualmente hacer una gira cuando la necesidad lo reclame, marginándose del protagonismo y conductas paternalistas más falsas que una moneda de tres pesos. Cada estado, reitero, debe planear sus obras públicas y el gobierno federal supervisarlas, observando todos que el gasto que realicen los gobernadores sea el adecuado, ya que también en la actualidad son muy raros los altos dirigentes de las entidades mexicanas honrados.
Añoramos en verdad orden en el país, reclamamos seriedad. Peña Nieto tiene una gran oportunidad de pasar a la historia evitando hacer lo que sus antecesores, de inicio desligarse de mafiosos compromisos y vergonzosas alianzas. Qué grato sería para México ver en los primeros días de diciembre ejerciéndose acciones penales contra una sinvergüenza “lideresa” magisterial y otro helminto de la misma calaña que dirige a los trabajadores de la principal fuente productora de recursos energéticos del país.
En fin, soñar no cuesta nada pero alimenta el espíritu y relega la rabia ante lo que ocurre con dignatarios impresentables, quienes han sangrado a México sin miramiento. Estamos ciertos, las posibilidades del cambio son difíciles, pero no imposibles, tengamos fe en el porvenir.

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