domingo, 23 de diciembre de 2012

Todos somos homosexuales

Todos somos homosexuales

Angel Neocelo X @pausadoL
El día de ayer 21 de diciembre, el máximo jerarca de la Iglesia Católica, el Papa Benedicto XVI, declaró nuevamente un duro ataque a la comunidad homosexual pues considera que el matrimonio gay es “un ataque a la familia tradicional”. Además añadió que este tipo de matrimonio, la eutanasia y el aborto son “amenazas para la paz mundial”. Por si fuera poco refrendó su opinión en Twitter diciendo que “Cuando niegas a Dios, niegas la dignidad humana. Quien defiende a Dios, está defendiendo al hombre” (https://twitter.com/Pontifex_es/status/282080981186383872). Esta es la segunda ocasión en una semana en la que el Papa ataca al matrimonio homosexual.
Es triste ver cómo una fecha destinada a la unión y al amor sea usada para condenar, transgredir y violar la libertad de los demás. La sexualidad va más allá del tema de la reproducción. Todos contamos con una, y es que si nos vamos a los extremos, ¿qué no también es celibato es anti natura? Ello explica los cientos de años de abusos cometidos a los más débiles.
Históricamente la familia nunca ha sido constante, a través del tiempo ha ido modificándose para solventar las nuevas necesidades que surgen con el desarrollo de la civilización. No fue hasta esta etapa en que se consolida la familia monogámica, compuesta por padre, madre e hijos. Por lo anterior, no es de esperarse que en la actualidad el concepto de familia se esté transformando, hoy vemos familias pequeñas incluso compuestas sólo por madre o padre e hijos, o padres sin hijos. Y lo seguirá haciendo. Las nuevas necesidades van llegando y por supuesto la comunidad LGBT exige los derechos que, como personas y ciudadanos, necesitan para tener una vida plena.
Me asalta la duda de conocer la verdadera razón por la cual la Iglesia Católica, a través de su máximo vocero, insiste en rechazar la diversidad sexual. Recordemos que su mensaje fue enviado en vísperas de Navidad ante cientos de burócratas que constituyen el Vaticano. También me pregunto cómo es que sabiendo la enorme responsabilidad que conlleva ser Papa, Benedicto XVI, se preocupa en dar mensajes de odio y discriminación cuando por el contrario puede hacerlo dando amor y predicando con el ejemplo ¿Qué acaso no fue lo que Jesucristo enseñó? Y además de jactarse de poseer la verdad absoluta pues la Verdad (Dios) está con ellos, se ocupa más de esparcir estos mensajes que solo incitan a más violencia y discriminación ¿Es verdad que el matrimonio homosexual es una amenaza para la paz mundial? Yo creí que eran las guerras, la pobreza, el hambre y la desigualdad. ¿Es cierto que al opinar justo lo opuesto a Su Santidad, estoy negando a Dios y a la dignidad humana? No lo sé. Lo único que puedo pensar es que una institución tan corrompida como la Iglesia (no importa de qué religión) pregone discursos de moral y honradez cuando en sus propias filas hay sangre, odio, pedofilia, avaricia, corrupción y mucha, muchas ganas de conservar un mundo ambiguo e inmovible, al mismo tiempo incoherente y retrógrada.  Como ser humano soy incapaz de juzgar a los demás, pienso que cada quien es dueño de sí mismo y mientras no afecte el bienestar de los demás todo está perfecto,  esa es la verdadera libertad.  No sé qué es lo mejor para los demás y por eso mismo sólo respeto y defiendo mi integridad, nada más.
¿Vamos a permitir que un anciano de más de 80 años, que nunca ha tenido relaciones sexuales (o al menos eso creemos), que nunca ha tenido una pareja, que nunca ha formado una familia, que está rodeado de lujos y misterio, decida sobre ti, sobre tu cuerpo, sobre qué debes y no debes hacer, sobre con quién puedes acostarte? Por mi parte no, pero por la misma razón de que no conozco qué es lo mejor para los demás, simplemente respeto y dejo ser. Todos somos homosexuales. Todos somos humanos. Todos tenemos derechos. Soy un pecador, pero soy un degenerado consiente de la realidad actual.  Para aquellos fanáticos que les urge clasificar todo, el amor sólo es uno. Como creyente, Jesucristo resumió su labor diciendo “Ámense los unos a los otros como yo les he amado”. ¿Dónde está ese amor? Ese amor al Hombre, a la humanidad. ¿Dónde está la igualdad de razas y credos? ¿Acaso no Dios fue el máximo creador? ¿Son ellos extraterrestres? ¿Por qué la Iglesia predica el amor al prójimo pero no dice que sólo es bueno el heterosexual? ¿Por qué satanizar lo “diferente”? ¿Qué es normal? Según ustedes lo que la mayoría. ¿En realidad el ser humano es tan simplón como para que todos seamos iguales? Si amo, no puedo condicionar mi amor. Ustedes aman lo tradicional, lo inmovible, tienen miedo al cambio. Aman sus misterios y dogmas, darían todo por ser iguales. La homosexualidad existe en más de 450 especies, la homofobia sólo en una. ¿Qué es lo antinatural?
Ojalá Su Santidad, el Papa Benedicto XVI, también ofrezca discursos de odio a los múltiples pecados de su Iglesia, que ofrezca perdón a los miles de niños ultrajados por miembros de su institución. Ojalá ofrezca disculpas porque nunca despertarán, su esencia es el oscurantismo y la ignorancia. Reza por que siga así. 

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