martes, 5 de marzo de 2013

De “huevos”: Explicando el mundo a @SusanaZabaleta

De “huevos”: Explicando el mundo a @SusanaZabaleta

Héctor Palacio @NietzscheAristo 
La sociedad en tiempos de Salinas era más cándida, creyó en sus golpes mediáticos, “Quinazo”, “Jongitudinazo”, etc. Hoy, no tan fácilmente se tragará el anzuelo del “Elbaestiercolazo” de Peña y el “nuevo” PRI; es decir, estarán más atentos a lo que le sigue.
No reproduciré lo que se dijo en  las redes sociales sobre Susana Zabaleta tras decir en una presentación pública: “Mis respetos para Peña Nieto, yo pensé que por el tamaño de ese copete no tenía huevos, y miren ustedes que resultó lo contrario” (SDPNoticias.com, 02-03-13). De ignorante no la bajaron. Y es que a pesar de que Gordillo es un carácter indeseado, la gente no se convence de que en su caso se esté actuando por justicia, sino acaso por venganza o utilitarismo político. Trataré de explicar a la madurez sensual de Susana lo que sucede en el país últimamente.
Hay que admitirlo, es normal que la actriz-cancionera-figura-del-espectáculo Zabaleta se informe en televisa, empresa con la cual ha estado estrechamente vinculada. Y de allí que le falle la onda. Algunos en las redes sospechan que no es, sino que se hace. Es decir, pendeja. Que la suya es una declaración a modo. Otros, que quiere aplauso fácil; un poco de gracia pelada no le viene mal. Sin embargo, no hay que caer en semejante provocación. Mejor proporcionarle la ración de razón que Susana, como buena onda que es, se merece.
Ahora bien, lo de Susana no es privativo de su persona, se extiende a una buena porción de la población mexicana. Pero al tener ella un micrófono, cierta proyección, pudiera “infectar” con su declaración a seguidores incautos. De allí la importancia de aclarar sus palabras.
1. Lo normal es que en un país tan atrasado como México se le atribuya a una persona el tener huevos o no para determinadas acciones. Es decir, valor. Sin embargo, lo usual es que los huevos vengan de parte del “débil”. En el caso Gordillo, se está bien lejos de un asunto de huevos pues quien ha ejecutado la acción de su detención tiene todo el poder del estado y del gobierno, el ejército y la policía.
2.  Que no se haya ejecutado antes responde no a la carencia de valor o a la injusticia, sino a la corrupción y a la funcionalidad. Gordillo ayudó a Calderón en el fraude electoral del 2006. Con Fox fue una aliada cómoda. Zedillo ya estaba en realidad en la dinámica de entregar el PRI al PAN, así que poco interés había en ir más allá a pesar de los leones africanos. Salinas de Gortari, de quien se asegura es el motor de Peña Nieto, fue precisamente quien encumbrara a la “maistra” en perjuicio de otro priista corrupto, Jongitud Barrios. Es decir, Gordillo cumplió su ciclo de PRI a PRI, de Salinas al salinismo.
3. La sociedad en tiempos de Salinas era más cándida, creyó en sus golpes mediáticos, “Quinazo”, “Jongitudinazo”, etc. Hoy, no tan fácilmente se tragará el anzuelo del “Elbaestiercolazo” de Peña y el “nuevo” PRI; es decir, estarán más atentos a lo que le sigue.
4. La primera reacción es unánime: Si lo de Peña es un acto para hacer justicia (que al hacerlo mediático en realidad se exhibió ya como político), entonces deberá procederse inmediatamente con otros corruptos del nivel de Gordillo. Naturalmente, le seguiría Romero des Champs. Y aunque la lista es larga, más que naturalmente debiera alcanzar un día de estos a su propio tío y colega ex gobernador del Edomex, Arturo Montiel.  En ello hay consenso entre críticos y panegiristas de Peña. Todos en espera.
5. Con todo lo execrable que es el personaje Gordillo y que merecía estar tras las rejas desde hace años, su detención se ha visto por los críticos, más que como un acto de justicia, como uno ya sea de venganza (poco creíble) o uno de funcionabilidad y rentabilidad política. Gordillo no ha desafiado a nadie como falsamente se ha dicho. Las diferencias (como las expuestas por Arnaldo Córdova en “Venganza y justicia”; La Jornada, 03-0313), se sabe bien, siempre se pueden arreglar en “lo oscurito”. Amplia sonrisa exhiben hasta hace pocos meses las fotos de Peña y Gordillo. Por otro lado, su hija y su nieto gozan de cabal salud con fuero y abrazo camaral. Arriesgo una hipótesis sostenida ya en columna anterior:
6. En el tiempo de su encumbramiento, Gordillo dio lo mejor de sí, de su corrupción, al sistema. Hoy, aunque bien pudiera funcionar aún en esa dinámica, es más rentable apresarla y, como en tiempos salinistas, obtener “raja” de ello. Esto porque Peña desea: A. Legitimarse; con todo, la sociedad no le ha aceptado, no ha celebrado su ascensión al poder. B. Obtener aprobación y consenso público para llevar a cabo las reformas financiera y petrolera. Incrementar el IVA y procurar la privatización del petróleo, particularmente, pasar la  llamada “renta petrolera”. Las notas recientes al respecto lo ratifican.
Para obtener legitimación y consenso y evitar o detener resistencias, Peña necesita  de cierta conformidad ciudadana. Manejar mediáticamente el  asunto Gordillo como un caso de justicia y de “huevos” es abonar a esa búsqueda del beneplácito público. Que la opinión pública crea sin cuestionar las acciones del gobierno es prioritario. Toda confusión, información distorsionada e ignorancia es bienvenida. Sobre todo, si proviene de “figuras del espectáculo”, de manera honesta o arreglada, como en el caso de Zabaleta. No por nada Peña Nieto construyó su candidatura apoyado en altísimo porcentaje por televisa y el endiosamiento generalizado de su imagen.

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