lunes, 4 de marzo de 2013

Elba, el punto de quiebre


mail:raymundo.rivapalacio@24-horas.mx Raymundo Riva Palacio

Elba, el punto de quiebre

La detención de Elba Esther Gordillo la semana pasada, fue un acto de pragmatismo puro del presidente Enrique Peña Nieto. La investigación en su contra comenzó desde el primero de diciembre, pero la decisión de solicitar la orden de aprehensión se dio escasa una semana antes de que terminara tras las rejas, cuando tras una entrevista que la maestra le dio a la conductora de Televisa Adela Micha, ese final se vio inevitable.

La entrevista duró dos horas y media y se difundió menos de la mitad. En su entorno hubo molestia por haber concedido una entrevista a sus enemigos –Televisa, y vinculada a la ONG Mexicanos Primero, fuerte crítica de su liderazgo sindical y de su obstrucción al avance educativo-, pero en Los Pinos el análisis fue más profundo. Frases como “entré por el excusado y salí por la puerta grande”, como describió su llegada y salida del liderazgo del magisterio, llamaron profundamente la atención, porque hablaban de la forma como veía la conclusión de su oposición a la reforma.

En dos ocasiones la semana antepasada, la entrevista fue vista en Los Pinos por un grupo selecto: el Presidente, los secretarios de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, de Educación, Emilio Chuayffet, y de Hacienda, Luis Videgaray; el procurador general Jesús Murillo Karam, el director del Cisen, Eugenio Imaz, el jefe de la Oficina de la Presidencia, Aurelio Nuño, y el director de Comunicación Social, David López. La entrevista fue determinante para concretar el proceso iniciado semanas antes, cuando el desafío a la Reforma Educativa pasó de las retórica a actos de desinformación y sabotaje en el país por parte de la dirigencia del magisterio.

La maestra, que durante años fue una política que generó certidumbre a sus interlocutores, dejó de serlo, con lo cual se convirtió en un factor de riesgo. “Perdió el toque”, confió un miembro del gabinete. Las revelaciones a Micha la mostraron como alguien que había perdido la dimensión de su realidad. “Me gustan las cosas caras”, le respondió a la conductora. “¿Dónde está el delito de eso? Lo sudo, no me lo robo”. Para entonces ya tenía la PGR y la Unidad de Inteligencia Financiera de la Secretaría de Hacienda, el primer mapa de las operaciones financieras que sirvieron para acusarla originalmente de lavado de dinero y delincuencia organizada. Murillo Karam recibió la luz verde para proceder jurídicamente.

El sábado 23 de febrero se solicitó al Juez Sexto de Distrito en Procesos Penales la orden de aprehensión de la maestra. El domingo 24 fue obsequiada, y por la tarde el procurador le informó al Presidente. En Los Pinos hubo inquietud que se filtrara la información. Sólo ese grupo sabía a quién iban a detener, pero al estar en un juzgado, quedaba fuera del control del Ejecutivo. Incluso, los agentes federales y los marinos que participaron en el operativo, no fueron informados a quién iban a detener, para evitar fugas de información.

Una vez detenida, Osorio Chong informó a los gobernadores priistas de la captura. Amarrar a los gobernadores era importante, pues al menos 20 de los mandatarios estatales nombraron como secretarios de Educación al miembro del SNTE que pidió la maestra. Al día siguiente, junto con la oposición, se reunieron con el Presidente. “Había mucha sorpresa entre los gobernadores”, dijo uno de los presentes. Pero sólo uno, agregó, tenía la cara desencajada, Rafael Moreno Valle, de Puebla, quien había puesto en la maestra una buena parte de su futuro político.

El Presidente, que en ningún momento fue cuestionado por la acción, les pidió que transmitieran el mensaje a los maestros que era falso, como había ordenado propagar Gordillo, que la Reforma Educativa privatizaría la educación y acabaría al sindicato. La disputa se volvió por la rectoría en la educación pública, que le regalaron a la maestra los gobierno panistas y se resistía a aceptar que le pertenecía al Estado no a ella. En las reuniones en Los Pinos para ver la entrevista con Micha, la frase que había quedado más grabada era cuando dijo que saldría “por la puerta grande” del sindicato. Tuvo esa oportunidad y no la tomó. Se pudo retirar y no lo hizo. Se pensó más fuerte que el Estado y se equivocó. Como se sugirió el 18 de febrero en este espacio, en efecto la maestra resultó desechable.

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