En México hasta el aire nos mata
Escrito por Juan Pablo Proal
En
las grandes ciudades de México respiramos aire que, nos dicen los
gobiernos, tiene una calidad “aceptable”. La realidad no es así: nos
engañan, inhalamos muerte.
El problema afecta al menos a 33
ciudades mexicanas que tienen más de 500 mil habitantes. Los casos más
graves son: Distrito Federal, Guadalajara, Puebla, Monterrey, Toluca,
Mexicali, Tijuana y Ciudad Juárez. En total, 54 millones de mexicanos
respiramos aire dañino.
La mayoría de la población (60 por
ciento) ignora cuál es realmente la calidad del aire que respira, pues
sus gobiernos omiten brindarle información precisa.
La
contaminación del aire provocó en 2010 la muerte de 14 mil 700
mexicanos, 40 por día, de acuerdo con la Organización Mundial de la
Salud, superando las 11 mil 753 ejecuciones a manos del narcotráfico
cometidas en 2009, de acuerdo con un conteo del semanario Zeta.
Esta información, compilada a partir de
estudios científicos, la ha recapitulado la campaña “Hazla de Tos”,
impulsada por el grupo de ciclistas “Bicitekas”. El proyecto tiene la
intención de obligar a los gobiernos a informar puntualmente de la
calidad del aire que respiramos, así como exigir que las normas
oficiales mexicanas se ajusten a las de la OMS, pues actualmente son lo
que sigue de laxas.
La Norma Oficial Mexicana considera como
aceptables indicadores reprobados por la OMS. Por ejemplo, en materia
de ozono, la regulación nacional indica que lo normal es 150 microgramos
por metro cúbico, cuando la organización internacional estipula el
máximo en 100, existiendo un excedente del 50 por ciento. Es mayor en
cuanto al contaminante PM 2.5, que en México se estipula en 65
microgramos por metro cúbico y lo sano es 25, rebasado en un 160 por
ciento. Caso similar es la PM10, avalada en el país con 120 microgramos
por metro cúbico cuando debe ser de 50.
“La percepción es curiosa, porque más
allá de un límite lo que dicen es que es aceptable, pero en realidad no
es que sea buena, no es buena”, me explica Agustín Martínez, líder de
Bicitekas, la organización de ciclistas más activa de México.
De acuerdo con la organización, la
exposición a estos contaminantes provoca: problemas cardiovasculares,
respiratorios y principalmente asma, algunos tipos de cáncer,
afectaciones al sistema nervioso, nacimientos prematuros, retraso en el
crecimiento intrauterino, bajo peso al nacer, síndrome de muerte
temprana y mortalidad infantil. Estos padecimientos le cuestan al
Estado el equivalente al 4.4 por ciento del Producto Interno Bruto
(INEGI, 2011). Y, en materia de movilidad, en la ciudad de México se
pierden anualmente 33 mil millones de pesos derivados de problemas de
movilidad, según el Instituto Mexicano para la Competitividad.
A tal grado llega la contaminación del
aire que en 2011 en el Valle de México sólo hubo cinco días con aire
realmente limpio y únicamente 18 el año pasado.
A pesar del aire contaminado que se
respira en el Distrito Federal, esta ciudad es la que mejor monitoreo
ambiental tiene, pues la mayoría de las urbes ni siquiera cuenta con
sistemas de medición. “No hay lectura constante, los datos no son
consistentes, en Monterrey hace años en que no hay datos, hay
inconsistencias en las lecturas, en la calibración de los medidores”,
advierte Martínez.
En síntesis: respiramos aire letal y no
nos lo dicen. En paralelo, los gobernantes hacen de la construcción de
caminos para automóviles su principal carta de publicidad. Inaugurar un
paso a desnivel, un periférico o un bulevar siempre es pretexto para
presumir a la ciudadanía que su administración está trabajando, aunque,
claro está, esta industria les permite desviar fondos millonarios para
sus campañas.
Algunos gobiernos comienzan a añadir
políticas ecologistas para mejorar la calidad del aire y la movilidad,
pero siempre con una patética intención electoral. El caso más absurdo
fue el del alcalde de Saltillo, Jericó Abramo Massoque, quien a finales
de marzo inauguró un sistema de bicis compartidas que no funcionaba. O
el del exgobernador de Jalisco, Emilio González, quien inauguró en
bicicleta los tramos 4 y 5 del Periférico, avenida que no cuenta con
ciclovía.
El referente como alcalde ejemplo en
materia de medio ambiente fue Marcelo Ebrard, quien fue galardonado con
el premio ID People EMEA2013 por el Centro de Estudios Estratégicos de
los Emiratos Árabes Unidos. Sin embargo, durante su gestión aplicó
políticas incongruentes, como el segundo piso del Periférico.
“Nosotros cuestionamos mucho el premio
verde que le dieron a Ebrard, veíamos que era como lavarse en verde,
cuando la verdad es que no es así, sólo es una estrategia”, denuncia el
líder de Bicitekas.
La única vía para eliminar esta amenaza
que entra por la nariz, me explica Agustín, es hacer más estricta la
normatividad ambiental, endurecer y hacer cumplir el programa “Hoy No
Circula”, mejorar la calidad de los combustibles, fomentar el uso de
otros modos de transporte no motorizados e invertir en transporte
público masivo.
Sin embargo, casi todas las opciones
anteriores involucran directamente al gobierno, por lo que no podemos
esperar un panorama alentador. Por ello la relevancia de Hazla de Tos,
una iniciativa ciudadana encabezada por los ciclistas, uno de los grupos
ciudadanos más activos y comprometidos con mejorar la convivencia
social en el país.
Como los indicadores lo demuestran, el
aire que respiramos en las ciudades nos carcome por dentro y la única
esperanza que tenemos radica, como siempre, en la lucha ciudadana.
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