Mancera y sus aumentos
El
pasado 3 de abril entraron en vigor las nuevas tarifas para el
transporte público concesionado en el Distrito Federal, este aumento
sólo fue para el Metrobús, microbuses, autobuses y taxis, se excluyó el
Metro capitalino.
El gobierno del Distrito Federal argumenta en la Gaceta Oficial del D.F. que era necesario este ajuste en las tarifas del transporte público concesionado, pues en otros rubros se han dado aumentos considerables: “La Secretaria de Transporte y Vialidad observó, en el periodo transcurrido desde el último aumento de tarifa del servicio concesionado, que se han registrado incrementos al salario mínimo en el DF a razón de 23.85%, en los combustibles de 52.27% y en el índice nacional de precios al consumidor de 18.39%, registrándose también aumento en otras variables, lo que incidió en el aumento de tarifas”.
Si bien es cierto que no hay marcha atrás para este aumento, considero que fue una medida desproporciona por parte del gobierno de Miguel Ángel Mancera. Lo fue porque con ello se da un canto de sirenas por parte del GDF, más allá de que afecte de forma directa en el bolsillo de los capitalinos.
Este aumento es un canto de sirenas porque se realizó bajo el argumento de que ahora los choferes de microbuses se comprometerían a realizarían su labor de forma óptima (respetando las señalizaciones de tránsito, brindado higiene a los pasajeros con el aseo de las unidades, conducir a una velocidad adecuada, sin las llamadas carreritas, no traer el volumen excesivamente alto, no conducir alcoholizados o drogados, no sobrecargar las unidades, y sobre todo tratar con respeto a los pasajeros). Pero lo he corroborado y puedo decir que siguen en las mismas, es decir no hay mejoría alguna, si bien no todos los choferes del transporte público son unas bestias al volante, la mayoría sí lo son y por ello –aunque generalizo–, unos cuantos se salvan y para ellos mi respeto y admiración.
Considero un absurdo que se diga que con este aumento se darán mejoras en el servicio y que “ahora sí” –eso quiere decir que antes no– se dará un servicio digno de una ciudad de primer mundo. Lo cierto es que los hechos hablan por sí mismos, pero como los altos mandatarios del GDF y el propio jefe de gobierno, el Dr. Mancera no son habituales usuarios del transporte público y sólo ven los toros desde la barrera y por ello sólo conocen los problemas de la Ciudad en gráficas, esquemas, encuestas, cifras, pero no los ven de a de veras, que es viviendo la Ciudad tal cual, en el día a día. Muestra de ello es que cuando candidato al GDF, Miguel Ángel Mancera no recorrió las 16 delegaciones del Distrito Federal, y aun así ganó.
Esta serie de aumentos de Miguel Ángel Mancera en el transporte público no representa el agradecimiento por el voto que le dieron los capitalinos al ahora jefe capitalino. Sólo el tiempo le dará la razón o no, yo de verdad espero que se la dé, que el transporte público se eficientice y sea de lo mejor, pero tengo serias dudas porque los resultados demuestran que la el transporte público nomás no avanza.
El gobierno del Distrito Federal argumenta en la Gaceta Oficial del D.F. que era necesario este ajuste en las tarifas del transporte público concesionado, pues en otros rubros se han dado aumentos considerables: “La Secretaria de Transporte y Vialidad observó, en el periodo transcurrido desde el último aumento de tarifa del servicio concesionado, que se han registrado incrementos al salario mínimo en el DF a razón de 23.85%, en los combustibles de 52.27% y en el índice nacional de precios al consumidor de 18.39%, registrándose también aumento en otras variables, lo que incidió en el aumento de tarifas”.
Si bien es cierto que no hay marcha atrás para este aumento, considero que fue una medida desproporciona por parte del gobierno de Miguel Ángel Mancera. Lo fue porque con ello se da un canto de sirenas por parte del GDF, más allá de que afecte de forma directa en el bolsillo de los capitalinos.
Este aumento es un canto de sirenas porque se realizó bajo el argumento de que ahora los choferes de microbuses se comprometerían a realizarían su labor de forma óptima (respetando las señalizaciones de tránsito, brindado higiene a los pasajeros con el aseo de las unidades, conducir a una velocidad adecuada, sin las llamadas carreritas, no traer el volumen excesivamente alto, no conducir alcoholizados o drogados, no sobrecargar las unidades, y sobre todo tratar con respeto a los pasajeros). Pero lo he corroborado y puedo decir que siguen en las mismas, es decir no hay mejoría alguna, si bien no todos los choferes del transporte público son unas bestias al volante, la mayoría sí lo son y por ello –aunque generalizo–, unos cuantos se salvan y para ellos mi respeto y admiración.
Considero un absurdo que se diga que con este aumento se darán mejoras en el servicio y que “ahora sí” –eso quiere decir que antes no– se dará un servicio digno de una ciudad de primer mundo. Lo cierto es que los hechos hablan por sí mismos, pero como los altos mandatarios del GDF y el propio jefe de gobierno, el Dr. Mancera no son habituales usuarios del transporte público y sólo ven los toros desde la barrera y por ello sólo conocen los problemas de la Ciudad en gráficas, esquemas, encuestas, cifras, pero no los ven de a de veras, que es viviendo la Ciudad tal cual, en el día a día. Muestra de ello es que cuando candidato al GDF, Miguel Ángel Mancera no recorrió las 16 delegaciones del Distrito Federal, y aun así ganó.
Esta serie de aumentos de Miguel Ángel Mancera en el transporte público no representa el agradecimiento por el voto que le dieron los capitalinos al ahora jefe capitalino. Sólo el tiempo le dará la razón o no, yo de verdad espero que se la dé, que el transporte público se eficientice y sea de lo mejor, pero tengo serias dudas porque los resultados demuestran que la el transporte público nomás no avanza.
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