Lluvia de estrellas podrá observarse en el Estado de México

lun 22 abr 2013 20:33

Foto/Archivo.

Habitantes de Toluca podrán observar la lluvia de estrellas desde cualquier punto de la ciudad sin necesidad de telescopios, siempre que volteen al cielo cuando éste se encuentre completamente obscuro.

Toluca, Estado de México.- Entre el 16 y el 25 de abril, habitantes de Toluca podrán observar la lluvia de estrellas desde cualquier punto de la ciudad sin necesidad de telescopios, siempre que volteen al cielo cuando éste se encuentre completamente obscuro.
Juan Pérez Domínguez, titular del Observatorio Meteorológico "Mariano Bárcena" de la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEM), informó que es preferible hacer este avistamiento alejado de la ciudad, aunque reconoció que son lapsos de segundos los que será posible detectar estos bólidos.
Explicó que éstos aparecen súbitamente, y que su paso por la atmósfera no es mayor a los dos o tres segundos.
Declaró que dichas rocas tienen una ignición al entrar a la atmósfera, y es por ello que parecen estrellas fugaces u objetos voladores encendidos.
Refirió que su velocidad es tanta que si una persona está descuidada y de pronto voltea hacia arriba pondrá en duda si ocurrió o vio claramente esa estrella; "es tan rápido y súbito que se pierde la línea de la realidad".
El especialista expresó que esta ocasión hay una llegada escasa, pues las lluvias de diciembre tienen un poco más de aerolitos, y durante los tres días en que ocurrirá este fenómeno meteorológico se esperan, en promedio, apenas 20 estrellas fugaces por hora provenientes de la constelación de las Lidiadas.
Además, platicó que en años anteriores la gente ponía más atención al cielo, porque no había televisión, noticiarios, ni otro tipo de distractores que captaran la atención del ser humano más que lo ocurrido con las estrellas y los fenómenos estelares.
Dijo que la contaminación oculta el fenómeno, y en algunos años hubo lluvias tan copiosas que llegaron millones de estrellas; en 1982 se detectaron hasta 90 bólidos por hora; en 1803 eran miles en el mismo tiempo y según las crónicas chinas en el año 687 antes de Cristo "se caía el cielo por cientos de miles de bólidos por hora".