sábado, 4 de mayo de 2013

Especulación con fondos del Ipejal

Especulación con fondos del Ipejal

No solamente el proyecto de Chalacatepec supone un riesgo para los ahorros de los burócratas jaliscienses: el Instituto de Pensiones de Jalisco también ha invertido sus fondos en certificados bursátiles de poca o nula seguridad, lo que al menos contraviene el espíritu de la dependencia, que es el de consolidar el futuro de los trabajadores que cotizan en ella.
El Instituto de Pensiones de Jalisco (Ipejal) invierte generosamente los ahorros de los burócratas del estado, pero la seguridad de ese dinero no está entre sus prioridades: a las pérdidas de proyectos comprometidos políticamente, como el desarrollo turístico de Chalacatepec (Proceso Jalisco 442), se suman las inversiones por más de 6 mil 500 millones de pesos que realizó el sexenio pasado en certificados bursátiles o de depósito, clasificados como de alto riesgo.
Luego de que se acordó crear un fideicomiso con carácter de irrevocable, el F/380, para que en él se invirtiera gran parte de los fondos de los trabajadores afiliados al Ipejal y así impulsar el proyecto de Chalacatepec, se decidió que el fiduciario fuera la institución de banca múltiple Monex, implicada en el escándalo electoral de 2012.
Monex abrió tres cuentas de inversiones para tal fin. Una de éstas, la A8N-500840, cuyo ejecutivo es Jesús Heiras, inició operaciones el 13 de octubre de 2009 con un saldo de poco más de 7.7 millones de dólares, aunque la aprobación del fideicomiso se obtuvo más de un mes después, el 29 de noviembre. De acuerdo con la descripción que se hace en el documento, los recursos provenían de fondos de Monex y del Deutsche Bank’s Trust.
La segunda cuenta (1116155) se abrió el 1 de enero de 2010 bajo el contrato 1182567, con un saldo de 27.2 millones de dólares. De esta cuenta se hicieron varios retiros ese año. A la empresa Integrity Arts and Technology Inc., se le pagaron casi 140 mil dólares por la “experiencia del diseño de portafolio”. Dicha empresa es socia de Walt Disney Company y se especializa en la creación de “contenido de clase mundial de marketing y producción de tecnología enfocada en el mundo de los negocios, entretenimiento, salud y gobierno”, como se lee en su perfil en internet.
Y partnership LCC es otra empresa extranjera a la que se le pagaron, de esta cuenta, 55 mil dólares por la identidad de la marca (name ideation and testing brand identity system). Esta compañía “es una agencia global de comunicaciones de marketing especializada en la industria de viajes, ocio, estilo de vida y entretenimiento. Con sede en Orlando, Florida, es una de las empresas más citadas en las nuevas tendencias de viajes y turismo”, se lee en su sitio en internet.
A Rasa Resorts se le pagaron casi 950 mil dólares por “servicios administrativos y por gestión del proyecto Chalacatepec”. Y a Consultores en Gestión Política y Planificación Ambiental se le entregaron, entre abril y mayo de 2010, 161 mil 609 dólares por la elaboración de las características ambientales de Chalacatepec.
También salieron pagos a particulares, como Miguel Rangel Medina, a quien se le depositaron 580 mil 448 pesos por “trabajos de los estudios”; a Luis Alfredo Alvarado García, 174 mil pesos por realizar la MIA (Manifestación de Impacto Ambiental, capítulo II); a Francisco Javier Flores Verdugo, 236 mil 718 pesos por su asesoría en la conservación de manglares; a Salvador Lazcano Díaz del Castillo, 208 mil 800 pesos como anticipo de un estudio de evaluación, y a Regina de los Ángeles Barba Pérez, casi 100 mil pesos por su intervención social en Chalacatepec.
El 10 de junio de 2010 Monex abrió al Ipejal otra cuenta con el número de cliente 1115695, bajo el contrato 1475086, con un saldo de 13 millones 214 mil dólares. El 21 y el 22 de diciembre la cuenta registró movimientos para entregarle 8 millones de dólares a la casa de bolsa Pershing LCC.
En una relación que hizo el propio Ipejal se detalla que de enero a diciembre de 2010 se erogaron en total 43 millones 484 mil 495 pesos en el proyecto Chalacatepec.
Los mayores gastos fueron por concepto de honorarios administrativos (20 millones 241 mil 340 pesos), estudios ambientales (7 millones 309 mil 628), estudios de mercado (3 millones 443 mil 608), honorarios (2 millones 650 mil 683) y estudios técnicos de suelo (2 millones 323 mil 167 pesos).
En esa relación se menciona que la inversión no obtuvo intereses ni rendimientos a favor; al contrario, debió pagar 3 millones 560 mil 781 pesos de cargos y tuvo una pérdida bancaria de 45 millones 562 mil 736 pesos.
El 25 de agosto de 2010 el escenario del plan de negocios del proyecto Chalacatepec era que de los casi 89 millones de dólares que el Ipejal invirtiera en 2009, obtendría utilidades por 67.09 millones de dólares en 2012; en 2013 y en 2014 se incrementarían a 79.38 y 249.95 millones, respectivamente. En total, sus utilidades ascenderían a 389.42 millones de dólares. Lo cierto es que, en el primer año de su creación, el fideicomiso tuvo considerables pérdidas (Proceso Jalisco 442).
El 20 de octubre de 2011, en la séptima sesión extraordinaria del Comité Técnico del Fideicomiso –órgano encargado de tomar decisiones y dar instrucciones al fiduciario–, se aprobó la modificación del contrato del F/380 para que en el inciso M de la séptima cláusula se estipulara que a partir de esa fecha la administradora del proyecto de Chalacatepec sería Acturop, S.de R.L. de C.V.
Curiosamente, Acturop se creó un día después de que se le autorizó administrar el proyecto. De acuerdo con la escritura pública 37,466, dicha sociedad se constituyó el 21 de octubre de 2011 ante el titular de la notaría pública número 3 de Puerto Vallarta, el panista Francisco José Ruiz Higuera. Como presidente del consejo de la empresa aparece Juan Cristóbal Bremer Villaseñor, hijo del recién nombrado embajador en Cuba, Juan José Bremer.
Y según la escritura 3788 registrada ante el notario 34 de Compostela, Nayarit, Marco Antonio Meza, Juan Cristóbal Bremer nombró como apoderados para actos de administración a Alejandra Kuri Castro, Gabriel del Valle Sánchez de Movellán, José Cabral Castro y Patxi Borbolla Aristi.
Acturop, representado por Cabral Castro, tramitó ante la Semarnat la Manifestación de Impacto Ambiental (MIA) el 13 de septiembre de 2012, con el fin de que se aprobara el Proyecto de Desarrollo Vistas, como se le llamó oficialmente al proyecto de Chalacatepec. En la lista de Proyecto y Emisión de Resolutivos de la Semarnat se le dio la clave 14JA2012T0012, pero la MIA fue retirada por el promotor en noviembre “por así convenir a sus intereses”.
En su resumen ejecutivo de MIA, Acturop describe que el proyecto prevé el desarrollo en mil 178 hectáreas. En 81.8 de ellas se construiría la villa de pescadores, el hotel Gran Hacienda, un campo de golf de 18 hoyos, dos bodegas, un lote de servicios y usos mixtos y las vialidades asociadas. “En estas obras se alojarán un total de 204 cuartos, así como la constitución de un régimen de condómino con 34 lotes de usos mixtos comerciales”, se lee en el documento.
Juego peligroso

De acuerdo con información en manos de este semanario, en los primeros tres meses de 2012 el Ipejal adquirió créditos bursátiles –deuda que se vende en la bolsa de valores– por casi 992 millones de pesos. De esta cantidad, 536 millones salieron de las cuentas que maneja Ipejal y el resto del Sistema Estatal de Ahorro para el Retiro (Sedar).
Hasta el año pasado el Ipejal contaba con 37 cuentas de inversiones en diferentes instituciones bancarias y casas de bolsa, nacionales e internacionales. Los bancos elegidos fueron los más importantes del país y entre las corredoras están Mifel, Arka, Más Fondos, O&A, Valores Finamex, Valores Mexicanos y Value.
Entre las financieras extranjeras que manejan recursos de los burócratas jaliscienses están Bluffwiew Weatlth Manage­ment LP-JP Morgan Clearing Corp, Bulltick Capital Markets y UBS Internacional, de Estados Unidos, y Banque Pasche, de Suiza.
Durante los tres primeros meses de 2012, Ipejal compró créditos bursátiles a siete empresas, entre las que destacan las sociedades anónimas bursátiles El Puerto de Liverpool, TMM (Transportación Marítima Mexicana, empresa líder de transporte y logística), Mexichem (empresa química y petroquímica) y Televisión Azteca, además de que adquirió Certificados de Vivienda del Infonavit.
Para analizar con objetividad el caso, Proceso Jalisco consultó a un corredor, quien pide omitir su nombre. Indica que los títulos de renta fija que se venden en el mercado de valores no tienen “una garantía real, están garantizados sólo por la propia compañía, es una garantía corporativa (…) Es como si fuera un pagaré bancario, pero lo emite la empresa (…) Seguridad, no hay en nada”, expone.
De hecho, entre los documentos obtenidos por este semanario hay uno en el que se muestra que el 19 de noviembre de 2010 el Ipejal compró al banco francés Crédit Agricole dos certificados de depósito de alto rendimiento con capital no garantizado, por 451 millones 217 mil 762 pesos. Las transacciones tienen las referencias CLFGFX2162 y terminación 63.
Al revisar los documentos del banco francés, el corredor indica que el certificado de depósito “está sujeto a ciertos eventos; nosotros le llamamos una nota estructurada, que pacta un rendimiento condicionado a otros eventos (alzas o bajas en los mercados y cotizaciones de las divisas internacionales), por eso son instrumentos que pagan una tasa más alta, en este caso 9.75%, porque tienen un riesgo, en el sentido de cómo se comporten los otros eventos”.
–¿Cuáles serían esos eventos?
–En el documento se explica, en pocas palabras, que están ligando la inversión a la cotización del dólar. Toda la operación está ligada a qué pase con el dólar a la fecha de vencimiento respecto a los valores strike down y up (…), esto quiere decir que si el dólar se ubica entre los rangos de 12.15 y 12.70 pesos, yo te pago la tasa de 9.75%, pero si por alguna razón el dólar baja de valor y rompe este nivel, te voy a regresar los pesos al valor de dólar que tú me invertiste en pesos.
–O sea que si el dólar se cotiza en menos de 12 pesos, se pierde…
–Por ejemplo, si en el momento de la inversión el dólar estaba a 12.50, mis dólares equivalentes eran la cantidad que invertí a 12.50, y si no pasa nada me van a pagar a 9.75% en pesos, pero si en el momento del pago el dólar está a 12.15, entonces te van a regresar los dólares a 12.15. Son inversiones con un high yield, un alto interés condicionado al comportamiento de otros valores (…) Es un riesgo.
El experto afirma que este tipo de inversiones se puede hacer contra variables como “el dólar, el índice de la bolsa, una canasta de acciones, y se llaman notas estructuradas (…) Este tipo de instrumento no se lo podemos vender al público inversionista, más que a un inversionista calificado, una persona que ya ha invertido en la bolsa mucho tiempo y conoce los riesgos. Este tipo de inversiones sí tienen riesgo de mercado, pero no es para espantarse”, aclara.
En el estado de la cuenta 6151054 que Bluffwiev Wealth envió al Ipejal, correspondiente al periodo de octubre a noviembre de 2010, se detalla que no pagan impuestos y que tienen un saldo de casi 500 millones de pesos. En el desglose de operaciones se menciona que de ahí se pagaron poco más de 451 millones de pesos al banco francés Crédit Agricole.
Por otro lado, en un documento que el Ipejal emitió con motivo de la reunión de los miembros del Comité de Inversiones de la dependencia, el 29 de marzo de 2012, se da cuenta de que el instituto no ha recibido pagos de intereses de sus inversiones privadas, públicas y financieras, y de que algunas administradoras ni siquiera han enviado los estados de cuenta.
En esa reunión estuvieron presentes los siguientes funcionarios del instituto: Pablo Aguirre Ulloa, director de Finanzas; Benjamín García Vélez, jefe de Planeación, Estudios Económicos y Actuariales; Katia Amézquita Díaz, jefa de Administración de Fondos; Carlos Pinzón Estévez, jefe de Contabilidad, y David Javier Carmona Ruvalcaba, director de Contraloría Interna.
La información que se presentó en la reunión correspondía a los movimientos financieros que se efectuaron entre el 22 y el 28 de marzo de 2012. Se recordó que el Ipejal contrató a la asesora financiera FINEC para manejar sus recursos a partir de junio de 2011 y los del Sedar desde noviembre del mismo año.
“Durante este periodo el instituto compró cuatro notas estructuradas de 25 millones cada una. Tres de ellas quedaron fuera de rango y sólo una pagó intereses; la última se vendió a Sedar en noviembre de 2011, debiendo haber pagado intereses el 23 de noviembre de 2011 y el 23 de febrero de 2012, de los cuales no se ha recibido ninguno”, se menciona en el documento.
En la misma junta se informó que FINEC nunca había entregado “los estados financieros de las dos cuentas, pese a que se contrataron en junio de 2011”. No fue sino hasta el 27 de marzo de 2012 cuando se presentó Patricia Lavie, ejecutiva de FINEC, al Ipejal para entregar los estados financieros de ambas cuentas y pidió las firmas previas del director general y del director de Finanzas, “siendo que ninguna institución con las que se opera solicita estas firmas”, se observa en el documento.
Además, se menciona que al analizar los estados financieros resulta que “las notas pactadas no coinciden con las registradas en el estado de cuenta, que se nos cobra comisión por custodia y que aparecen operaciones en el estado de cuenta que nunca fueran pactadas. Hay que hacer notar que no sólo hicieron operaciones con el dinero del Ipejal sin confirmación de nuestra parte, sino que además las operaciones que realmente se pactaron no aparecen en el estado de cuenta”.
En el mismo documento se describe que “Gonzalo Ricaud, de View Capital, nos aconseja aprovechar el diferencial cambiario a favor en el contrato del Sedar para vender la nota que aparece en el mismo, tomando una pérdida en la venta que se compensa sobremanera por el diferencial cambiario”.
Por su parte, “UBS comentó que este producto no está bien estructurado, que lo hicieron por solicitud y que ellos no hubieran hecho nunca este tipo de estructura. Comentan que los activos subyacentes son la LIBOR de tres meses y el índice Standard &Poors (en vez del IPC que se pactó), que es una estructura por 9 mil millones de dólares, vence en 2026 y tiene una tasa de cupón variable, la actual es de 8%”.
Este semanario ya había dado cuenta de los riesgos que corren los 6 mil 500 millones de pesos de los burócratas. En entrevista, Javier Santillán Oceguera, quien fue secretario de Administración y tesorero del Consejo de la institución jalisciense en 1984, durante el gobierno del priista Enrique Álvarez del Castillo, refirió que el Ipejal no fue creado con el fin de bursatilizar los recursos de los trabajadores. Por eso, advirtió, la administración panista en esa dependencia incurrió en delitos graves que conciernen a la administración del dinero. Incluso planteó que los directivos fuesen sancionados por tener depósitos bancarios en el extranjero (Proceso Jalisco 360, 2 de octubre de 2011).

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