Poniatowska, Lamas y “El Fisgón” recuerdan a Monsiváis
Carlos Monsiváis en un retrato de enero de 2010.
Foto: Miguel Dimayuga
Foto: Miguel Dimayuga
Por ello, la escritora Elena Poniatowska afirma:
“La comunidad cultural aún respira hondo cuando piensa en su ausencia y en la falta que le hace a todos los mexicanos en momentos decisivos de cambio.”
La también activista y periodista mexicana, Premio Nacional de Ciencias y Artes en el área de Lingüística y Literatura (2002), cuya obra literaria ha sido distinguida con el Premio Nacional de Periodismo (1978), define al autor de Días de guardar y Pedro Infante: las leyes del querer, como una persona profundamente comprometida e interesada en todos los acontecimientos del país y un amante de la lectura, “ya que desde temprano terminaba de leer todos los periódicos del día, desde la sección de política, hasta la de cultura, espectáculos y deportes.
Cuenta en una entrevista al Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta) que a menudo me telefoneaba en las mañanas:
“Era para contarme alguna noticia curiosa que había leído, alguna información que había descubierto entre líneas en algún artículo periodístico, fue un hombre que ejerció siempre su opinión lúcida en cualquier ámbito de México.”
Para Poniatowska el mensaje más importante que legó Carlos Monsiváis a los mexicanos, fue sostener que ellos mismos podían, con su voluntad, conformar una democracia y hacer que creyeran en la libertad y en su nación.
La antropóloga y columnista de Proceso, Martha Lamas, fue también amiga cercana de Carlos Monsiváis y lo evoca como alguien comprometido permanentemente con la vida y su protección, aspecto que dijo lo hacía rechazar el maltrato a los animales:
“Sólo había que observarlo y ver cómo le profesaba un enorme cariño a sus mascotas felinos. Condenaba que, en pleno siglo XXI, hubiera animales que fueran torturados públicamente en una corrida de toros o en una función de circo, casi nadie lo sabe, pero su compromiso con esta causa era absoluto y lo demostraba practicando el vegetarianismo.”
A decir de Lamas, la ausencia de Monsiváis se siente aún en muchos niveles de la sociedad mexicana, “porque la gente lo leía, lo escuchaba, lo admiraba y quería”.
Rafael Barajas, El Fisgón, caricaturista de La Jornada, activista político de izquierda, curador e ilustrador de libros para niños, exalta la capacidad de memoria de Carlos Monsiváis. Dice que fue dotado “con una memoria RAM de seis millones de gigas”, lo que le permitía retener todo tipo de información, desde un libro de gran trascendencia hasta la frase de algún slogan de un anuncio publicitario conocido”.
Prosigue:
“Por eso se convirtió en el santo patrono de las causas perdidas. Fue campeón de natación y de oratoria en sus años mozos; pasante de filosofía y letras por la UNAM, y doctor honoris causa por 25 universidades. Cuando estudió en Harvard, su tesis la supervisó Henry Kissinger y además fue secretario particular de David Alfaro Siqueiros y alumno de Salvador Novo.”
El Fisgón refiere que Monsiváis era ateo. “Hoy está en el paraíso de los excéntricos, rodeado de gatos, libros viejos y echando chisme con sus viejos amigos: Ignacio Ramírez, Vicente Riva Palacio, José Revueltas, Eduard Fuchs, Walter Benjamín y demás”.
Sigue:
“Dichosos ellos. ¡Cómo! se han de estar divirtiendo mientras tanto y por lo pronto, a nosotros sólo nos queda pedir que la calle en la que está ubicada la casa en la que vivió toda su vida, sea rebautizada con el nombre laico de San Simonsi: Carlos Monsiváis.”
Monsiváis nació en la ciudad de México el 4 de mayo de 1938, fue cronista, ensayista y narrador. Falleció la tarde del sábado 19 de junio de 2010, a causa de un problema respiratorio. También fue colaborador de Proceso.
El Canal 22 dedica el 6 de mayo en su sección “Lunes temáticos” un homenaje a Monsiváis a partir de las 20 horas.
La programación da inicio con Aires de familia: Carlos Monsiváis, emisión en la que el escritor habla del por qué esta obra lo hizo acreedor al premio Anagrama de ensayo.
Cabe destacar que “Aires de familia” es el resultado de un trabajo exhaustivo sobre cultura y sociedad en América Latina, cuyo origen se remonta a un cuestionamiento que el propio autor se planteó: ¿Hay tal cosa como la unidad Iberoamericana?
La respuesta dio como resultado una serie de ponencias que presentó en diversos congresos y que, posteriormente, se transformaron en ensayos en los que destacan similitudes como: la lengua, el aspecto de las ciudades, los efectos de la economía neoliberal, el arrasamiento ecológico, el desarrollo de la sociedad civil y la internacionalización de la cultura que remite a nuevas formas de lenguaje.
Más tarde, se transmite Los gatos catedráticos de Monsiváis, programa en el que amigos cercanos al ensayista narran cómo Monsi, como lo llamaban, logró hacerse de diversas piezas que ahora forman parte de la colección que se exhibe en el Museo del Estanquillo y que llevaron al escritor a ser considerado como “el inventor del pop art mexicano”.
Participará en la emisión Rafael Barajas y Rogelio Naranjo, ambos caricaturistas.
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