Obama y el problema de la cárcel Guantánamo
Escrito por Yuniet Escobar Ortega/Cubasí
El cierre de la cárcel que Estados Unidos mantiene en la ilegal base
naval en Guantánamo fue una de las promesas del presidente Barack Obama
durante su primer mandato. No pudo cumplir su promesa electoral.
El cierre de la cárcel que Estados Unidos mantiene en la ilegal base
naval en Guantánamo fue una de las promesas del presidente Barack Obama
durante su primer mandato. A pesar de que negoció con otros países
aliados el traslado de algunos reos, no pudo cumplir con su promesa
electoral.
Obama se enfrentó a una dura negativa por parte del Congreso que impidió el traslado a Estados Unidos de los prisioneros para que de esta forma fueran juzgados por cortes federales.
El tema quedó un poco en silencio, sin embargo tras 10 largos años de espera en febrero último, un grupo de prisioneros comenzaron una huelga de hambre con el fin de que sus causas fueran llevadas a los tribunales y se les diera una solución.
Lo que comenzó como algo aislado, involucra ya a más de 100 presos, 17 de ellos en peligro, los cuales están siendo alimentados a la fuerza y por vía intravenosa, violando una vez más sus derechos.
El propio Obama ha dicho en varias ocasiones que la prisión abierta en Guantánamo por el entonces presidente Bush debe ser cerrada, y que su existencia solo daña la imagen internacional de los Estados Unidos.
“La cárcel significa un gasto muy alto, es ineficiente, nos hiere en cuanto a nuestra posición ante la comunidad internacional, disminuye la cooperación con nuestros aliados en la lucha antiterrorista y constituye una herramienta de reclutamiento para los extremistas. Tiene que ser cerrada", sostuvo durante una conferencia de prensa en la Casa Blanca.
En ese sentido, el mandatario agregó que "la idea de que vamos a mantener a más de cien individuos en tierra de nadie perpetuamente (...) de que mantendremos indefinidamente a individuos a los que no se ha juzgado es contraria a lo que somos. Es contraria a nuestros intereses y tenemos que detenerlo".
Sin embargo, algunos analistas subrayan que a pesar de su reiteración de que el campo de concentración debe clausurarse, Obama no tiene el poder de cumplir esa promesa.
“De un lado está el Congreso y del otro los militares, con intereses en ese campo de torturas, y que por tanto inciden en las decisiones relacionadas con su posible cierre”, afirmó el politólogo y sociólogo David Urra, quien además recordó que en la actualidad mandan en Estados Unidos fuerzas ultraderechistas, cuya voluntad es enviar al mundo el mensaje de que quien se oponga a los intereses norteamericanos pagará como las víctimas de Guantánamo.
Aun cuando el representante de la Casa Blanca, no ofreció un nuevo camino para retirar los presuntos obstáculos, políticos y legales que enfrenta en este tema, sí prometió reanudar los esfuerzos para que la plenaria apruebe el cierre de la cárcel, responsabilizando así al Parlamento por el hecho de que el centro penal permanezca activo.
Por su parte el protavoz, Jay Carney, explicó que se está considerando nombrar a un funcionario de alto nivel del Departamento de Estado para volver a repatriar o transferir a los detenidos a terceros países.
Mientras, la Organización de Naciones Unidas (ONU) y la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) a través de un comunicado, solicitaron este miércoles a Estados Unidos a realizar progresos en el cierre de la cárcel.
Los organismos formularon un "llamamiento urgente al Gobierno a respetar y garantizar la vida, salud e integridad personal de los detenidos en la Base Naval de Guantánamo, particularmente en el contexto de la actual huelga de hambre".
De igual forma, la CIDH y la ONU reclamaron efectuar una "una investigación seria, independiente e imparcial de los actos de alimentación forzada de internos en huelga de hambre y de la alegada violencia empleada en estos procedimientos".
Instaron al Gobierno a "adoptar pasos concretos y decididos dirigidos a clausurar definitivamente el centro de detención de la Base Naval de Guantánamo" y puntualizar "con claridad y de manera inequívoca" cuáles son esas medidas.
Los organismos internacionales señalaron además, que es necesario disponer el juzgamiento en pleno respeto del derecho al debido proceso de los detenidos en la base naval, o en su caso, disponer su liberación inmediata o su traslado a un tercer país de conformidad con el derecho internacional.
Por último, instaron a que se permita que la CIDH y los procedimientos especiales del Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, tal como el Grupo de Trabajo y los Relatores Especiales de ONU, realicen visitas de monitoreo al centro de detención de Guantánamo.
En referencia a esta solicitud, evocaron que las entidades firmantes del comunicado han pedido realizar esas visitas en el recinto carcelario desde hace años, sin obtener respuesta alguna de Washington.
La mayoría de los encarcelados en Guantánamo son musulmanes y llevan más de una década sin comparecer ante un tribunal. En varias ocasiones y ante organismos internacionales, nuestro país ha denunciado la violación constante de los derechos humanos que se comente en esa pequeña franja del territorio cubano que los norteamericanos retienen en contra de la voluntad del pueblo y el Gobierno de Cuba.
Obama se enfrentó a una dura negativa por parte del Congreso que impidió el traslado a Estados Unidos de los prisioneros para que de esta forma fueran juzgados por cortes federales.
El tema quedó un poco en silencio, sin embargo tras 10 largos años de espera en febrero último, un grupo de prisioneros comenzaron una huelga de hambre con el fin de que sus causas fueran llevadas a los tribunales y se les diera una solución.
Lo que comenzó como algo aislado, involucra ya a más de 100 presos, 17 de ellos en peligro, los cuales están siendo alimentados a la fuerza y por vía intravenosa, violando una vez más sus derechos.
El propio Obama ha dicho en varias ocasiones que la prisión abierta en Guantánamo por el entonces presidente Bush debe ser cerrada, y que su existencia solo daña la imagen internacional de los Estados Unidos.
“La cárcel significa un gasto muy alto, es ineficiente, nos hiere en cuanto a nuestra posición ante la comunidad internacional, disminuye la cooperación con nuestros aliados en la lucha antiterrorista y constituye una herramienta de reclutamiento para los extremistas. Tiene que ser cerrada", sostuvo durante una conferencia de prensa en la Casa Blanca.
En ese sentido, el mandatario agregó que "la idea de que vamos a mantener a más de cien individuos en tierra de nadie perpetuamente (...) de que mantendremos indefinidamente a individuos a los que no se ha juzgado es contraria a lo que somos. Es contraria a nuestros intereses y tenemos que detenerlo".
Sin embargo, algunos analistas subrayan que a pesar de su reiteración de que el campo de concentración debe clausurarse, Obama no tiene el poder de cumplir esa promesa.
“De un lado está el Congreso y del otro los militares, con intereses en ese campo de torturas, y que por tanto inciden en las decisiones relacionadas con su posible cierre”, afirmó el politólogo y sociólogo David Urra, quien además recordó que en la actualidad mandan en Estados Unidos fuerzas ultraderechistas, cuya voluntad es enviar al mundo el mensaje de que quien se oponga a los intereses norteamericanos pagará como las víctimas de Guantánamo.
Aun cuando el representante de la Casa Blanca, no ofreció un nuevo camino para retirar los presuntos obstáculos, políticos y legales que enfrenta en este tema, sí prometió reanudar los esfuerzos para que la plenaria apruebe el cierre de la cárcel, responsabilizando así al Parlamento por el hecho de que el centro penal permanezca activo.
Por su parte el protavoz, Jay Carney, explicó que se está considerando nombrar a un funcionario de alto nivel del Departamento de Estado para volver a repatriar o transferir a los detenidos a terceros países.
Mientras, la Organización de Naciones Unidas (ONU) y la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) a través de un comunicado, solicitaron este miércoles a Estados Unidos a realizar progresos en el cierre de la cárcel.
Los organismos formularon un "llamamiento urgente al Gobierno a respetar y garantizar la vida, salud e integridad personal de los detenidos en la Base Naval de Guantánamo, particularmente en el contexto de la actual huelga de hambre".
De igual forma, la CIDH y la ONU reclamaron efectuar una "una investigación seria, independiente e imparcial de los actos de alimentación forzada de internos en huelga de hambre y de la alegada violencia empleada en estos procedimientos".
Instaron al Gobierno a "adoptar pasos concretos y decididos dirigidos a clausurar definitivamente el centro de detención de la Base Naval de Guantánamo" y puntualizar "con claridad y de manera inequívoca" cuáles son esas medidas.
Los organismos internacionales señalaron además, que es necesario disponer el juzgamiento en pleno respeto del derecho al debido proceso de los detenidos en la base naval, o en su caso, disponer su liberación inmediata o su traslado a un tercer país de conformidad con el derecho internacional.
Por último, instaron a que se permita que la CIDH y los procedimientos especiales del Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, tal como el Grupo de Trabajo y los Relatores Especiales de ONU, realicen visitas de monitoreo al centro de detención de Guantánamo.
En referencia a esta solicitud, evocaron que las entidades firmantes del comunicado han pedido realizar esas visitas en el recinto carcelario desde hace años, sin obtener respuesta alguna de Washington.
La mayoría de los encarcelados en Guantánamo son musulmanes y llevan más de una década sin comparecer ante un tribunal. En varias ocasiones y ante organismos internacionales, nuestro país ha denunciado la violación constante de los derechos humanos que se comente en esa pequeña franja del territorio cubano que los norteamericanos retienen en contra de la voluntad del pueblo y el Gobierno de Cuba.
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