La difícil elección del primer ministro paquistaní
Foto: en.wikipedia.org
La voz de Rusia.
La incursión aérea tuvo lugar el pasado 29 de mayo cuando el drone
(nombre con el que se conoce a los aviones no tripulados) disparó dos
misiles contra una vivienda en la aldea de Chashma cerca de Miranshah,
la principal ciudad de la región rebelde del norte de Waziristán, en la
frontera con Afganistán.
Horas
después, el Ministerio de Asuntos Exteriores de Pakistán expresó
mediante una nota "la seria preocupación" de las autoridades y añadió
que se trata de una violación de "la soberanía nacional, la integridad
territorial y la ley internacional".
Es
el primer ataque de los aviones sin piloto que se produce en el país
islámico tras las elecciones parlamentarias celebradas a mediados de
este mes de mayo. Anteriormente, Nawaz Sharif, líder de la Liga
Musulmana de Pakistán que ganó los comicios, declaró que el empleo de drones por EEUU viola la soberanía de Pakistán y Washington debe tomar con seriedad la preocupación de Islamabad al respecto.
Nawaz
Sharif necesitó la retórica anti-estadounidense para conservar
simpatías electorales ya que los sentimientos anti EEUU es muy acentuado
en Pakistán, señala el experto ruso Vadim Koziulin:
—En
cuanto a las relaciones entre Pakistán y EEUU, está claro que
atraviesan una etapa difícil. En el país asiático se está gestando un
descontento masivo por el programa estadounidense de uso de los drones
en el territorio paquistaní, en particular en las zonas tribales.
De
hecho, de acuerdo con algunos estudios de Gallup realizados en la zona,
Pakistán es el país más antinorteamericano del mundo donde los
sentimientos antiestadounidenses están muy arraigados en la población y
se tiene la opinión de que la política exterior de Washington va
directamente en contra de los musulmanes. El nuevo primer ministro
paquistaní lo tendrá que tener en cuenta. Pero el último ataque del
avión no tripulado lo pone en una situación muy delicada. ¿Cómo
reaccionará? ¿Expresará, una vez más, una protesta formal que no
cambiará nada? ¿O hará unas declaraciones más duras sobre la necesidad
de una “revisión” de las relaciones bilaterales que ya había formulado
durante su campaña electoral?
Sea
como fuera, esta “revisión” propuesta por él resulta muy
contradictoria. Es lógica en un contexto de la lucha electoral ya que se
corresponde con los sentimientos de los electores. Pero, por el otro
lado, es contraria a los sentimientos de las élites gobernantes. EEUU
sigue siendo el principal inversor de la arruinada economía paquistaní y
el primer suministrador de armas al ejército del país asiático, a pesar
de un acercamiento entre Islamabad y Pekín en este sentido.
Por
lo tanto, Nawaz Sharif se enfrenta a una tarea muy difícil: deberá
maniobrar entre el antiamericanismo de los paquistaníes y la necesidad
de mantener relaciones con EEUU.
ap/as
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