Damasco,
19 may (PL) El presidente de Siria, Bashar al-Assad, desmintió
nuevamente que las autoridades emplearan armas químicas, como acusan
gobiernos de Occidente y regionales, al tiempo que previó una posible
invasión militar contra el país.
Las acusaciones respecto al uso de armas químicas o a mi dimisión
cambian cada día; y es probable que esto se use como preludio de una
guerra contra la nación, sostuvo el mandatario durante una entrevista
con dos medios argentinos, la cual encuentra gran repercusión este
domingo en medios nacionales sirios.
Dijeron que usamos armas
químicas contra zonas residenciales. Ahora, si fuesen usadas sobre una
ciudad o suburbio con un saldo de 10 ó 20 víctimas ¿sería creíble?,
cuestionó.
Explicó el gobernante que ello significaría la muerte
de miles o decenas de miles de personas en cuestión de minutos, lo cual
no podría ser ocultado, reflexionó.
Occidente miente y
falsifica pruebas para desatar guerras; esa es su costumbre, enfatizó
al-Assad mientras recordó el fiasco del exsecretario de Estado de
Estados Unidos Collin, quien juró en la ONU que existían armas de
destrucción masiva en Irak, que nunca se encontraron, pero el pretexto
sirvió para la invasión de 2003.
Reconoció como positiva la
conferencia internacional que Estados Unidos y Rusia acordaron realizar
en Ginebra en junio para hallar una salida al conflicto, si bien analizó
que ello por si solo resulta insuficiente para detener el terrorismo
estimulado por actores internacionales en esta nación levantina.
Hemos acogido bien el acercamiento ruso-estadounidense, pero debemos
ser realistas: no creemos que muchos países occidentales quieran
efectivamente una solución en Siria cuando existen mercenarios de casi
30 naciones que combaten para derrocar al gobierno, advirtió.
Nosotros siempre optamos por dialogar con cualquier parte, pero esto no
incluye a los terroristas, pues ningún Estado dialoga con terroristas,
enfatizó.
De igual forma, Al-Assad rechazó que gobiernos como
los de Estados Unidos, Francia, Reino Unido y Turquía, exijan de forma
abierta su renuncia, esgrimiendo que esa sería la condición sine qua non
para resolver el contencioso extendido a más de dos años.
Que
alguien diga que el presidente sirio tiene que irse porque Estados
Unidos, otros países o los terroristas lo quieren es algo inadmisible
afirmó, mientras aseveró que esa decisión solo la puede determinar el
pueblo a través de las urnas en las elecciones convocadas para 2014.
Además, el país está en crisis, y cuando el barco se encuentra en medio
de la tormenta, el capitán no huye. Y renunciar sería huir, remarcó
al-Assad.
lac/lr |
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