Damasco,
15 jun (PL) Siria calificó de parcializado y plagado de mentiras el
informe aprobado la víspera en el Consejo de Derechos Humanos (CDH) de
la ONU, donde se acusa a Damasco de cometer masacres en la región de
Qusseir, destaca hoy la prensa nacional.
El representante permanente sirio ante el CDH, Faisal al-Hamwi, dijo
que el documento se encuentra lejos de la realidad, pues por ejemplo,
evade mencionar la presencia de mercenarios y yihadistas (extremistas
islámicos) procedentes de más de 40 países, algunos de cuyos gobiernos
patrocinan este proyecto y respaldan el terrorismo en Siria.
Advirtió el diplomático sobre lo peligroso de exhortar a entregar armas a
los grupos opositores armados, algo que calificó de violatorio de los
principios de la Carta de Ginebra y del Derecho Internacional.
Cuestionó asimismo si merecerían apoyo aquellos que bombardean el
territorio libanés con cohetes y misiles, secuestran obispos y ejecutan a
adolescentes en presencia de sus padres.
El gobierno sirio
denunció recientemente tales acciones y responsabilizó de ellas al
Frente al-Nusra, afiliado a la red terrorista Al Qaeda, sin que hasta el
momento hayan encontrado eco en organismos internacionales competentes.
La resolución adoptada este viernes en la ciudad suiza de Ginebra contó
con 37 votos a favor, uno en contra y nueve abstenciones, durante la 23
sesión del CDH.
Venezuela votó en contra argumentando que la labor de la Comisión de Investigación carece de objetividad e imparcialidad.
Rusia, como Estado Observador, indicó que la resolución ignora las acciones adoptadas por muchos grupos de la oposición.
El texto condenó además las violaciones de derechos humanos,
"independientemente del bando al cual pertenezcan" y exigió a las
autoridades sirias cooperar de forma plena con la Comisión que investiga
tales contravenciones.
El 29 de mayo, Damasco rechazó una
iniciativa promovida por Catar y Turquía en el seno del organismo, la
cual inculpó a las autoridades de esta nación levantina por supuestas
violaciones durante la ofensiva militar en Qusseir, una de las
principales vías para el abastecimiento desde el exterior de la llamada
insurgencia armada.
Siria criticó entonces la labor de la Alta
Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, Navanethem Pillay, al
considerar que dramatizó en grado sumo la situación en la localidad y
que habló en su informe de la muerte de centenares de civiles, lo cual
nada tenía que ver con la realidad.
El delegado sirio emplazó a
la Alta Comisionada y "a todos los falsos testigos consultados por su
equipo", a presentar una sola prueba sobre sus alegaciones.
Asimismo, al-Hamwi afirmó que resultaba vergonzoso que los dos
patrocinadores del texto incriminatorio, Doha y Ankara, fuesen los dos
principales implicados en la matanza y el derramamiento de sangre del
pueblo sirio.
El texto incriminatorio sucede a la reciente
decisión del presidente de Estados Unidos, Barack Obama, de dotar de
equipamiento bélico a las bandas opositoras que buscan impulsar el
derrocamiento del gobierno sirio, lo que caldea aún más el clima de
hostilidad contra Damasco.
ls/lr |
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