Dimitir no es un nombre ruso
Publicado el 13 junio 2013 por Siempreenmedio
Partamos de la base de que en este país no dimite nadie que
tenga que dimitir. Y no nos extraña, ojo, ya nos hemos acostumbrado
hasta el punto de que cada vez que conocemos un nuevo (añádase aquí lo
que corresponda: político, infanta, yerno real, Isabel Pantoja) imputado
en lo que sea, la primera frase que nos viene a la mente es: “verás
como a éste no le va a pasar nada”. Y la nada que les pasa es tan nada
que ni siquiera tienen la vergüenza de quitarse de en medio, ahí siguen,
paseándose con la sonrisa de medio lado y los bolsillos cargados.
(Todos menos mi Mariber, esa es una pobre infeliz que se dejó engañar por amor, como en sus canciones).
Pero esta condición de protegido por su partido/familia/fans no la mantienen todos ni en todos los casos. Usted puede robar, puede ser amiguísimo de un narcotraficante, no declarar a Hacienda, que somos todos, recibir regalos en forma de luz y confeti de lo más granado del hampa patria y dejarse pagar el alquiler por la mafia política. Pero no cometa, querido, el error de excederse en el lenguaje (salvo que sea para gritar “¡que se jodan!” en medio del Congreso), porque durará usted en su puesto menos que una imputación a una infanta. Aquí el único político que se va es el que tuvo la poca cabeza de no guardarse lo de “Chochito de Oro” para el desahogo en confianza, sino que lo lanzó a los cuatro vientos. Cuidado, no vayan a creer que soy partidaria de este lenguaje cuartelero y tabernario, pocas cosas me repelen más, pero que una expresión como esta suponga el fin de una carrera política y no lo sea la incompetencia, la inoperancia, la mamandurria y la desfachatez, qué quieren que les diga, me irrita tanto como que me llamen machista por decir que Fátima Bañez es fea, fea como un hombre feo con pelo de señora. Que lo es.
Fuente: Love will tear us Aznar
Pero esta condición de protegido por su partido/familia/fans no la mantienen todos ni en todos los casos. Usted puede robar, puede ser amiguísimo de un narcotraficante, no declarar a Hacienda, que somos todos, recibir regalos en forma de luz y confeti de lo más granado del hampa patria y dejarse pagar el alquiler por la mafia política. Pero no cometa, querido, el error de excederse en el lenguaje (salvo que sea para gritar “¡que se jodan!” en medio del Congreso), porque durará usted en su puesto menos que una imputación a una infanta. Aquí el único político que se va es el que tuvo la poca cabeza de no guardarse lo de “Chochito de Oro” para el desahogo en confianza, sino que lo lanzó a los cuatro vientos. Cuidado, no vayan a creer que soy partidaria de este lenguaje cuartelero y tabernario, pocas cosas me repelen más, pero que una expresión como esta suponga el fin de una carrera política y no lo sea la incompetencia, la inoperancia, la mamandurria y la desfachatez, qué quieren que les diga, me irrita tanto como que me llamen machista por decir que Fátima Bañez es fea, fea como un hombre feo con pelo de señora. Que lo es.
Fuente: Love will tear us Aznar
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