Entrevista de Vladímir Putin a RIA Novosti
Foto: RIAN
—Usted va a la cumbre del G-8 no solo como
jefe de uno de los Estados miembros, sino asimismo como dirigente del
país que preside este año en el G-20. A su parecer, ¿en qué grado el
formato del G-8 es viable aún? ¿Quisiera Usted proponer a sus colegas
delimitar las cuestiones entre el G-8 y el G-20, concentrando el primero
en las cuestiones económicas y al segundo en las políticas? ¿Pudiera
Usted, ya en el momento actual, marcar el vector general de la agenda
que Rusia propondría durante su presidencia en el G-8 en el año que
viene?
—Usted tiene razón, en la cumbre en Loch Erne Rusia actúa en una posición especial, señala Vladímir Putin,
no solo como presidente actual del G-20, sino asimismo como el futuro
presidente del G-8. Esto nos hace asumir una responsabilidad especial:
hemos de coordinar las acciones de estos dos foros en el año en curso y
en 2014 continuar la actividad al mismo nivel alto, iniciada por
nuestros colegas británicos.
En opinión de Putin,
el G-8 es bien viable. Rusia participa activamente en este club, justo
gracias a nosotros oímos la voz no solo de los Estados desarrollados de
Occidente sino también de los países en rápido desarrollo que desempeñan
un papel cada vez más notable en la política y economía mundial.
Otra
peculiaridad característica del G-8 consiste en que este, continúa el
presidente ruso, presta tradicionalmente mucha atención a la
contribución al desarrollo internacional, en primer lugar, en África,
brindando asistencia a los países poco desarrollados. A propósito, la
concepción de tal ayuda experimenta hoy cambios de consideración. En
diálogo y cooperación directa con estos países el G-8 busca “problemas
clave”, traza programas de acciones mancomunadas a fin de darles
solución.
Vladímir Putin dio respuesta tocante a la
delimitación de cuestiones económicas y políticas entre el G-20 y el
G-8. Dijo, entre otras cosas, que sería incorrecto dividirlas
artificialmente en políticas y económicas. "Trataremos de comprobarlo en
2014, cuando vamos a recibir el G-8 en Sochi", señalo Putin.
Entre las cuestiones respondidas por el presidente ruso hubo una relativa a la reforma del FMI. Putin respondió así:
—El
FMI necesita una seria reforma. Esta opinión es compartida por todos
los accionistas del Fondo. El problema reside en que frecuentemente el
FMI se atrasa de la situación que cambia con rapidez en las finanzas
mundiales, ante todo en la adopción de decisiones oportunas y
eficientes. También “claudica” su realización. Un ejemplo decidor es la
crisis financiera global que el sistema del FMI no supo prevenir.
Importa, apoyándose en la experiencia única de colaboración en el marco
del FMI, trabajar para perfeccionarlo. Es preciso plantear la cuestión
de la reestructuración integral del Fondo, ponerlo a nivel de las
actuales realidades económicas. En primer lugar importa transformar el
sistema de distribución de cuotas y votos en el FMI, aumentar el papel
de los países en desarrollo, en particular de nuestros socios por la
línea del BRICS.
Quisiera destacar que justo el
FMI es apenas parte de la reforma de la arquitectura financiera
mundial. La desarticulación de paraísos fiscales es una condición
importante para eliminar desbalances estructurales en la economía
mundial. Como una de las medidas de desarticulación de paraísos fiscales
Rusia propone firmar acuerdos bilaterales con jurisdicciones de dichos
paraísos y de bajos impuestos.
Putin respondió a la
pregunta sobre el futuro del modelo europeo de Estado social. Dijo,
entre otras cosas, que, según su criterio, no se puede conjugar la
cuestión de la eficiencia económica de un Estado, de su competitividad,
con la renuncia a todos los compromisos sociales asumidos. Porque la
solicitud por la población, su protección social es una de las
principales funciones de todo Estado. Y una posible renuncia a ella
pondría en peligro la propia existencia del Estado como tal.
vs/as
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