Imponente carretera mexicana unirá dos mares
|
|
|
|
ESPINAZO DEL DIABLO, México (AP) -- Picos azulados de la Sierra
Maestra dominan el horizonte. Las únicas señales de civilización son el
humo de una quema de maíz y un camino de tierra que apenas se divisa.
De
repente, de la nada surge un tramo de cemento que parece una montaña
rusa sobre una torre de alta tensión, que se interna y sale de la
montaña hasta pasar sobre un desfiladero de 400 metros (1.200 pies) a
través del puente de tirantes más alto del mundo, llamado Baluarte.
La
carretera Durango-Mazatlán es una de las obras de ingeniería más
notables de México e incluirá 115 puentes y 61 túneles a ser usados para
transportar gente, cargamentos y mercaderías legítimas a través de una
cadena de montañas conocida por la marihuana, amapolas que producen opio
y una ruta donde abundan los accidentes llamada Espinazo del Diablo.
Incluso
quienes se oponen al proyecto dicen que la ruta de 230 kilómetros (140
millas) tendrá un impacto positivo para el norte de México. Unirá los
puertos del Golfo de México con el Pacífico en un viaje de apenas 12
horas y Mazatlán con San Antonio, Texas, en aproximadamente el mismo
tiempo. La autopista será recorrida por 5 millones de vehículos al año,
más de cuatro veces el tráfico que pasa por la antigua ruta, y una mayor
cantidad de mercaderías de Asia dirigidas al interior de México y el
sur de Estados Unidos.
Funcionarios de turismo
del estado de Sinaloa pronostican una "explosión" de visitantes a
Mazatlán, una ciudad muy golpeada por la violencia del narcotráfico en
años recientes, ya que la autopista le dará a 40 millones de mexicanos
del interior acceso fácil a las playas.
"Cambiará
totalmente el paisaje de esta parte del país", afirmó el secretario de
Turismo Francisco Córdova. "Es una oportunidad de desarrollar estas
áreas y de diversificar las economías locales".
Resta
por verse, no obstante, si la autopista de 2.200 millones de dólares
logrará que pueblos con casuchas de madera y metal corrugado de las
zonas rurales de Sinaloa y Durango puedan romper sus lazos históricos
con el narcotráfico.
En Concordia, la
municipalidad que linda con el puente Baluarte en el estado de Sinaloa,
nueve personas fueron asesinadas en una emboscada en diciembre pasado
cuando cenaban en la Nochebuena. Un fiscal atribuyó el ataque a una
guerra por el control del tráfico de drogas en la zona.
El
jefe de seguridad pública de Pueblo Nuevo, del lado de Durango, fue
asesinado a tiros el año pasado cuando caminaba por una calle a plena
luz del día.
Las autoridades afirman que la
autopista generará actividades económicas legítimas en una zona
problemática. La gente de la zona dice que puede mejorar el acceso a
esas localidades o hundir a los pocos comerciantes honestos que quedan
en vista de que los camiones y los autobuses ignorarán esos pueblos.
"Va
a dejar aislados una parte de los pueblos que se encontraban por la
carretera libre", pronosticó José Luis Coria Quiñonez, vocero de 1.800
campesinos comunales que recurrieron a los tribunales y lograron que se
ordenase la suspensión de las obras del puente del lado de Durango
mientras se analiza el caso. Sostienen que el gobierno no les pagó lo
suficiente por el acceso a sus propiedades durante la construcción y
que no ha reparado el daño causado a los bosques de pinos, las fuentes
de agua y el hábitat de especies en peligro de extinción.
Desde
la distancia, el puente y sus pirámides de cables de acero lucen
espectaculares y al mismo tiempo fuera de lugar, como si el Golden Gate
de San Francisco estuviese en medio de un paisaje lunar. Si bien es más
corto que el Golden Gate, el Baluarte cruza un cañón lo suficientemente
profundo como para que allí entre el edificio Chrysler, una de las
estructuras más altas de Nueva York.
Los ingenieros se llenan de orgullo cuando les preguntan quién lo diseñó: "Puros mexicanos", responden.
Un
equipo de entre 60 y 80 expertos comenzó a trabajar en el puente hace
15 años, en las oficinas de la Secretaría de Comunicaciones y
Transportes de la Ciudad de México, dijo al arquitecto en jefe Alberto
Ortiz Martínez, usando caballos, mulas y un helicóptero para establecer
el trayecto. Se emplearon 130.000 toneladas de acero y una cantidad de
cemento 20 veces mayor que la usada en un estadio olímpico.
Unos 1.200 trabajadores vivieron cuatro años en un campamento vecino.
"El
problema más complejo es llegar al lugar, pues son lugares muy
inaccesibles, y llevar las grandes cantidades de materiales. Las
toneladas de acero y metros cúbicos de concreto requieren un transporte
pesado, enorme y hacer los caminos de acceso para llegar a cada lugar y
trabajar en cada túnel o cada puente para que más o menos salgan al
mismo tiempo", manifestó el ingeniero José Refugio Ávila Muro,
subdirector de los proyectos de carreteras en el estado de Sinaloa.
La
nueva autopista hará que se pueda llegar de Durango a Mazatlán en dos
horas. En la actualidad ese viaje requiere seis horas por carreteras con
curvas pronunciadas, pocas barandillas protectoras y el Espinazo del
Diablo, un tramo de la carretera que desciende cientos de metros en
ambas direcciones.
Saliendo de una curva
ciega, el conductor puede tropezarse repentinamente con un camión que
viene en bajada y un puñado de vacas. Los accidentes mortales son
frecuentes. Hace un año un autobús que transportaba mayormente jubilados
a Mazatlán se salió de la carretera y murieron una decena de personas,
en tanto que otras 22 resultaron heridas.
La vieja ruta, no obstante, no es lo más inquietante.
Entre
diciembre de 2006 y septiembre de 2011, en que el gobierno dejó de
ofrecer cifras, Sinaloa y Durango, a ambos lados del puente Baluarte,
fueron de los estados donde el narcotráfico produjo más muertes.
Mazatlán estaba octava entre 2.400 municipalidades de todo el país y
Pueblo Nuevo, municipio del lado de la carretera de Durango, figuraba
35ta hasta fines de 2010.
Los asesinatos
alcanzaron su pico en los pueblos cerca de la nueva autopista, donde una
organización conocida como los Mazatlecos y los Zetas se disputan
territorios controlados por el Cartel de Sinaloa, dirigido por Joaquín
"El Chapo" Guzmán. Una serie de ataques en Concordia, Sinaloa, a fines
de 2012, incluida la matanza de la Nochebuena, hicieron que unas 250
familias huyesen de la zona, según el alcalde de Concordia Eligio
Medina. Todavía no han regresado.
Medina dijo
que la nueva autopista podría alterar la dinámica delictiva y atraer
turismo a Concordia, un pueblo con vestigios coloniales fundado en 1565
por los españoles, que funcionaba como escala entre la costa y las minas
de oro. Es uno de los pueblos con mayor diversidad biológica del mundo,
dijo el alcalde, haciendo notar que hace poco se descubrió una nueva
especie de planta, la ageratina concordiana. Medina sueña con la llegada
de turistas deseosos de observar pájaros o hacer saltos bungee en la
reserva ecológica de Chara Pinta.
"Cuando hay
más movilidad social, los grupos delictivos son más limitados", dijo
Medina. "Cuando la sociedad está estancada los grupos delictivos se
consolidan".
El alcalde dijo que la zona está
tranquila nuevamente y que el ejército patrulla los pueblos donde hubo
ataques. Funcionarios de turismo de Mazatlán dicen que en lo que va del
año ha habido 43 asesinatos, comparados con los 307 del 2001. El experto
en temas de seguridad de América Latina Samuel Logan coincide en que la
autopista podría favorecer el turismo y el comercio, pero también el
transporte ilegal de mercancías.
"Tal vez
Concordia crezca y haya un Holiday Inn Express aquí", manifestó. "Habrá
tiroteos durante el día en esta autopista? Lo dudo. ¿Pero habrá
caravanas de ocho o 10 camiones que avanzan a 140 kilómetros (90 millas)
por hora? Probablemente".
---
Para este reportaje colaboraron los periodistas de The Associated Press Martín Durán en Culiacán y Karla Tinoco en Durango.
---
Katherine Corcoran está en Twitter como (at)kathycorcoran
No hay comentarios.:
Publicar un comentario