Israel sopesa una incursión terrestre limitada en Gaza
Mientras la comunidad internacional se mueve con lentitud para frenar la ofensiva israelí en Gaza, Israel mira al perímetro de la Franja, pendiente de cuando comenzará la previsible incursión terrestre.Allí, apostados frente a la verja que desde 2007 aisla y mantiene bajo asedio a más de 1,8 millones de palestinos, unidades de infantería y blindados ultiman los preparativos a la espera de la luz verde del gobierno.
"Debemos mirar esta campaña de forma sensata y no histérica. Nada impedirá que sigamos adelante. El Ejército israelí no necesita una gota que colme el vaso para lanzar una operación terrestre, sólo una directriz política", admitió hoy el jefe del Ejército israelí, Benny Gantz en declaraciones a la prensa.
El general reiteró que la ofensiva avanza con éxito por la senda marcada, pero que considera que aún no es suficiente para el logro de sus objetivos declarados: detener el lanzamiento de cohetes y destruir la infraestructura del movimiento islamista Hamás.
"Gaza se está sumiendo en el desastre. La ofensiva por aire es excelente y los (esfuerzos) en inteligencia están funcionando", afirmó.
La fecha para el inicio de la incursión, su idoneidad y sobre todo su naturaleza, duración y el grado de penetración son ahora objeto de especulación y debate entre expertos y periodistas locales.
"La última reunión del gabinete de seguridad se prolongó durante dos horas. Los ministros discutieron sobre cuando autorizar la operación terrestre, y en ese caso, en qué formato", explicaba hoy el periodista Itamar Eichner.
"Una de las posibilidades sobre la mesa es una operación limitada que no suponga la ocupación de Gaza", agregaba el reportero en un artículo en el diario "Yediot Aharonot", uno de los de mayor circulación en Israel.
Una opción similar a la adoptada en 2009 y que fuentes militares israelíes también definieron a Efe como la más útil, eficaz y probable.
Según las mismas, el plan incluiría la entrada de columnas de tanques y otras unidades de caballería e infantería, con objetivos específicos en localidades del como Jan Yunis o Rafah, objeto de los bombardeos más intensos de la aviación y la marina de guerra.
Su objetivo sería acabar la misión aérea y debilitar la infraestructura militar de Hamás con operaciones contra comandantes, túneles y puestos de mando, explicaron esas fuentes, que pidieron no ser identificadas.
"Somos conscientes de que la gente quiere una victoria, pero hay que entender las limitaciones de la fuerza. Hemos madurado. Nadie está alarmado por una operación terrestre, pero debemos tener en mente que es un arma para lograr objetivos políticos", explicó un alto oficial israelí.
"Existe impaciencia y deseo de ver una acción como la de la guerra de los Seis Días (1967), una rápida y demoledora victoria, pero ya no funciona de esa forma", agregó el oficial, citado sin identificar por el periodista Yoav Limor en el diario "Israel Hayom".
En opinión de este alto mando, la situación en Gaza es demasiado compleja, ya que el movimiento islamista está muy infiltrado en la población, y existe la posibilidad de que "si vamos hacia dentro con gran fuerza para destruir a Hamás, lo que logremos sea anarquía en Gaza. Una Somalia multiplicada".
"Existe una paradoja en lo que deseamos. Por un lado, queremos debilitar a Hamás, privarle de su capacidad militar, para que deje de ser un facto en la arena palestina. En otro, fortaleza suficiente para controlar al resto de las milicias en la Franja. Esta mezcla es muy difícil de conseguir", concluyó.
Otros expertos vinculan la operación terrestre con el significado de la palabra victoria o éxito en la actual campaña bélica, la tercera que lanza Israel contra el movimiento islamista desde que este se hiciera con el control político y militar de Gaza en 2007.
Amos Yadlin, antiguo director de Inteligencia Militar, asegura hoy que "si asumimos que el objetivo estratégico es disuadir, parece que se ha logrado al mínimo coste, y por ello en los próximos días sería aconsejable detener la campaña".
En su opinión, si la ofensiva prosigue Israel corre el riesgo de perder el apoyo internacional del que ahora disfruta.
Nahum Barnea, uno de los analistas mas reputados de Israel, cree que "es razonable asumir que esta vez los tanques y la infantería cruzarán la verja. Pero hasta donde depende del Ejército, no llegarán muy lejos, ciertamente no a ocupar la Franja".
"El precio sería demasiado alto, y los beneficios cuestionables", según Barnea.
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