9 exdirectores del Politécnico cobran más de 10 MDP al año
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Nueve directores generales ya retirados de su cargo reciben del Instituto Politécnico Nacional un “sueldo” mensual de 95 mil 354 pesos. Éste supera en 380 por ciento el sueldo de los catedráticos mejor pagados del Instituto. En conjunto, la partida destinada a los exdirectores supera en 58 por ciento el total de los recursos del Programa de Estímulos al Desempeño de los Investigadores, que en 2010 fue de menos de 6 millones de pesos. Ante la información obtenida por Contralínea mediante la Ley Federal de Transparencia, las autoridades de una de las más importantes casas de estudio del país decidieron guardar silencio
El Instituto Politécnico Nacional (IPN) eroga cada año 10 millones
298 mil 237 pesos en “sueldos” para los exdirectores generales. Según
esa casa de estudios, los pagos se “justifican” porque éstos participan
en el Consejo de Exdirectores.
El monto representan el 172 por ciento de los apoyos otorgados a
las instituciones por el desempeño de los investigadores de nivel medio
superior y superior, del Programa de Estímulos al Desempeño de los
Investigadores, que en 2010 sumaron apenas 5 millones 963 mil 986 pesos.
Al menos nueve exdirectores generales –de los 11 que todavía viven– son los beneficiarios, informa el IPN a Contralínea
en respuesta a la solicitud de información 1117100048911 presentada por
este semanario mediante la Ley Federal de Transparencia y Acceso a la
Información Pública Gubernamental.
De acuerdo con la respuesta, los exdirectores que cobran de manera
individual 95 mil 354 pesos cada mes son: Miguel Ángel Correa Jasso,
Óscar Javier Joffre Velázquez, Manuel Garza Caballero, José Gerstl
Valenzuela, Raúl Eric Talán Ramírez, Eugenio Manuel Méndez Docurro, José
Antonio Padilla Segura, Héctor Mayagoitia Domínguez y Sergio Viñals
Padilla.
El monto que perciben los exfuncionarios politécnicos es el mismo
que cobran el secretario particular de la directora general, los
coordinadores y los directores de área en funciones. Se trata de la
quinta remuneración más alta en el IPN, según el Apartado IV
Remuneración Mensual, del Portal de Obligaciones y Transparencia de la
Administración Pública Federal.
Además, superan en 380 por ciento el sueldo de los catedráticos
mejor pagados de la institución: los profesores titulares de educación
superior y media superior, foráneos, de tiempo completo y con estudios
de doctorado, quienes reciben al mes sólo 25 mil 138 pesos.
En entrevista con Contralínea, José Enrique Villa Rivera
–quien por designación del presidente de la República se desempeñó como
director general del IPN de 2003 a 2009–se niega a hablar de la razón de
ser de dicha compensación. No obstante, asegura que él no recibe
“ningún sueldo, ni un sólo quinto pagado por el Politécnico por ser
exdirector general”.
—¿El “sueldo” que reciben los exdirectores generales es por su
desempeño en el Consejo de Exdirectores Generales del Politécnico?
—Eso no le puedo contestar yo. Es un asunto administrativo.
Pregúnteselo a la directora. Yo no sé si hay un salario para éstos
–responde el actual director del Consejo Nacional Ciencia y Tecnología.
De acuerdo con los Lineamientos para el Funcionamiento y la
Operación del Consejo de Exdirectores Generales del IPN –uno de los
cuatro órganos de asesoría del Instituto, cuyo acuerdo de creación data
de 1980– “la condición de miembro del Consejo se adquiere
automáticamente al concluir el cargo de director general del Instituto,
lo mismo que el derecho a desempeñar las actividades previstas en estos
lineamientos, con la remuneración que para tal efecto haya sido
determinada”.
Villa Rivera indica que la normatividad establece que “el cargo de
consejero será vitalicio e indelegable”; por eso, y por el “interés y el
amor que tenemos a la institución”, ningún exdirector general ha
declinado de participar “de manera genuina” en este órgano, que por
reglamento se reúne a solicitud del director general en turno.
A decir del doctor en ingeniería en ciencias petroleras, actualmente son 11 los exdirectores generales que integran este órgano.
Sin embargo, la actual administración politécnica lo contradice:
sólo son nueve. En la respuesta a la solicitud de información pública
1117100048911 presentada por Contralínea, no figuran Diódoro
Guerra Rodríguez ni Villa Rivera. El encargado de formular la respuesta
fue Hugo Castillo Fernández, director de Capital Humano del IPN.
Con el objetivo de aclarar el fundamento jurídico de la
remuneración que el IPN otorga a sus extitulares, así como las labores
que durante la reciente gestión ha realizado el Consejo de Exdirectores
Generales, se solicitaron entrevistas con la directora general de la
institución, Yoloxóchitl Bustamante Díez, y con el secretario general,
Juan Manuel Cantú Vázquez. Hasta el cierre de esta edición no hubo
respuesta.
“Se trata de asuntos que la institución maneja de manera muy interna”, dice a Contralínea Patricia Hernández, del Departamento de Atención a Medios del IPN, oficina encabezada por José Clemente Castro Landaverde.
“Pensiones vitalicias” atentan contra el “espíritu universitario”
Para
la investigadora Irma Eréndira Sandoval Ballesteros, las “onerosas
pensiones vitalicias” que, a expensas del pueblo mexicano, cobran
quienes han ejercido altos cargos en la administración pública del país,
como los expresidentes de la República, los exministros de la Suprema
Corte de Justicia de la Nación o los exrectores y exdirectores de las
instituciones públicas de educación superior, deben “ser completamente
abolidas”.
Además, porque la mayoría de los beneficiarios “han saltado de
cargo en cargo”, por lo que perciben “bastantes y generosos ingresos”,
en contraste con los “disminuidos” salarios de la clase trabajadora y de
los pensionados en general, explica la especialista en corrupción,
transparencia y rendición de cuentas.
Sandoval Ballesteros califica de “desafortunada” la tradición
mexicana de “separar” los sueldos de los altos funcionarios de los
ingresos del resto de los trabajadores y profesores de las instituciones
de educación superior, en particular del IPN y de la Universidad
Nacional Autónoma de México.
Se ha generado una “burocracia” que pone en entredicho el
“espíritu” de las universidades, cuya vocación debería ser la “búsqueda
de un país más justo y más sano en términos sociales”.
Lo que sucede en el IPN, en donde el “sueldo” mensual de un
exdirector general es 1 mil 642 veces mayor que un salario mínimo, es un
reflejo de lo que ocurre a nivel gubernamental, pero también una
expresión de la debacle de los movimientos sindicales universitarios.
Abolir las onerosas pensiones, fiscalizar desde la comunidad
universitaria y la sociedad en su conjunto a las instituciones de
educación superior y aplicar la Ley de Salarios Mínimos, que a la fecha
es letra muerta, son algunas de las alternativas, a decir de la doctora en ciencia política.
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