miércoles, 8 de octubre de 2014

¿Por qué no actuó el Gobierno federal?

¿Por qué no actuó el Gobierno federal?
AGENCIA REFORMA/ROBERTO ZAMARRIPA / Publicada el 08/10/2014


José Luis Abarca, alcalde con licencia de Iguala, y su esposa, María de los Ángeles Pineda. FOTO: Agencia Reforma

De sus notas personales, René Juvenal Bejarano, integrante de la dirección nacional del PRD, comparte los antecedentes de criminalidad del alcalde de Iguala, José Luis Abarca, y de su esposa, María de los Ángeles Pineda, cuyos hermanos colaboraron para el cártel de los Beltrán Leyva.

Asimismo, narra cómo hizo del conocimiento del procurador general de la República, Jesús Murillo Karam, y del secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio, acciones criminales imputadas a Abarca.

Conforme su testimonio, Bejarano cuenta que mediante la intermediación de la diputada federal Aleida Alavez logró una cita con Murillo donde le presentó una declaración notariada de uno de los sobrevivientes de un secuestro ordenado por Abarca y le detalló los actos de tortura y el asesinato de Arturo Hernández Cardona, militante del PRD e integrante de la corriente de Bejarano (IDN) dentro del partido.

Tres sobrevivientes del secuestro del puñado de militantes que acompañaban a Hernández Cardona narraron a Bejarano los incidentes. Con esos testimonios, el perredista acudió con Murillo.

Al no tener respuesta, buscó al secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio, quien lo citó en una oficina de avenida Reforma, cerca de Polanco, para escucharlo, pero sin ningún compromiso.

“Dijo que lo iba a revisar, pero eso en el lenguaje del PRI es quizás que no va a pasar nada”, comentó decepcionado.

Bejarano compartió con Reforma parte de sus notas personales sobre el secuestro y asesinato de Arturo Hernández Cardona, ex militante de la Asociación Cívica Revolucionaria (ACNR) y líder de la Unidad Popular, Asociación Civil, Consejero Nacional del PRD e integrante de la dirección estatal de ese partido.

Conforme el testimonio rendido por sobrevivientes a Bejarano, “José Luis Abarca, actual presidente municipal de Iguala, tiene a su esposa de nombre María de los Ángeles Pineda, hermana de Alberto Pineda Villa, alias “El Borrado”, vinculado al capo Arturo Beltrán Leyva muerto en Cuernavaca, Morelos.

“Dijeron que también sus otros dos hermanos de la cónyuge del Munícipe han sido acusados de pertenecer a bandas delincuenciales.

“Indicaron que han sido múltiples los señalamientos que indican que en el centro comercial Plaza Tamarindos del municipio (propiedad de Abarca) la mayoría de los establecimientos del centro joyero y que expenden principalmente oro pertenecen al alcalde y que se presume que en ese lugar se realizan operaciones con recursos de procedencia ilícita”.



El plagio

Héctor Arroyo, uno de los sobrevivientes, narró que tras un mitin en protesta contra el alcalde Abarca los manifestantes se dispersaron. Demandaban la ejecución de obras de electrificación y dotación de fertilizantes.

“Eran las 4 de la tarde cuando una parte de la dirección política de la Unidad Popular abordó la camioneta Pilot Honda modelo 2010 color blanca con placas de circulación del DF propiedad de Arturo Hernández Cardona. Pretendían dirigirse hacia sus oficinas ubicadas en Aldama 70 del Centro de Iguala. Fueron ocho las personas que subieron al vehículo: 1) Arturo, quien conduciría 2) Héctor Arroyo Delgado 3) Efraín Amates Luna, dirigente de la organización “Lucio Cabañas Barrientos” 4) Ángel Román Ramírez, del grupo Mi Patria es Primero 5) Gregorio Dante Cervantes, activista de izquierda 6) Nicolás Mendoza Villa, de la Unión Campesina “Emiliano Zapata”  7) Rafael Balderas Castrejón, quien hacía poco que se había sumado al movimiento como comerciante en el Centro de la ciudad y 8) Jimmy Castrejón, del equipo Tierra y Libertad.

“Llamó su atención que muy cerca de la caseta de cobro de la autopista, estacionada se encontraba una camioneta sin placas de circulación marca Ford modelo Ranger, doble cabina de color roja con salpicaderas de color crema a bordo de la cual se alcanzaban a distinguir cuatro ocupantes de sexo masculino y una mujer sentada en el asiento del volante quien tan luego Arturo emprendió el trayecto por la carretera hizo una llamada telefónica y puso en marcha su camioneta para seguir a la Pilot Honda.

“Héctor y Efraín, dos de los cinco sobrevivientes de la tragedia, dedujeron que eran los “halcones” que avisarían a los secuestradores que las víctimas avanzaban por la planta asfáltica, pues dando vuelta a la primera curva después de la caseta, tan sólo aproximadamente a 600 metros de iniciado su trayecto fueron interceptados por cinco sujetos armados con pistolas quienes iban a bordo de una camioneta gris marca Dodge.

“Obligados a bajar de la camioneta los líderes sorprendidos se mostraban atónitos. Arturo Hernández Cardona forcejeó con uno de los hombres armados, lo que propició que recibiera una herida de bala en su pierna derecha. Ese momento de confusión fue aprovechado por Jimmy Castrejón, quien huyó del lugar sin que pudieran detenerlo los agresores. En su huida Jimmy saltó por una cerca de alambre, se le desprendió una prótesis de un brazo que se quedó ahí sin que su propietario pudiera recuperarla.

“Los agresores obligaron a subir apilados en los asientos traseros de la camioneta de Arturo a los siete secuestrados.  Héctor Arroyo fue sometido boca abajo en el piso del vehículo. Erróneamente pensó, lo dice con ironía, que eran policías judiciales los atacantes que los habían detenido y que los conducirían hacia alguna dependencia gubernamental y que posteriormente recuperarían su libertad. Nada de eso aconteció.

“Los cinco secuestradores eran jóvenes de entre 20 y 30 años de edad, vestían pantalones de mezclilla, camisas y playeras tipo polo, calzaban tenis y utilizaban gorras tipo cachucha. Hablaban con el tono calentano de la región, excepto uno que tenía el acento norteño tipo Sinaloa.

“Las dos camionetas circularon aproximadamente durante 10 ó 15 minutos de tiempo. Las víctimas , durante el trayecto pudieron observar que los trasladaron por donde está ubicada una tienda OXXO de la colonia Guadalupe hasta llegar a una zona muy cerril.

“Les vendaron los ojos. De manera improvisada, en ocasiones, con restos de papel, les tapaban los oídos. Los ataron de pies y manos con mecates y las agujetas de sus zapatos.

“Cuando los vi, sentados en la sala de mi casa, todavía mostraban los rastros de las heridas que les produjeron las ataduras. Frecuentemente, narraron, los golpeaban en el abdomen y en las piernas con la parte plana de algunos machetes al tiempo que los interrogaban acerca de las razones por las cuales protestaban contra el Presidente Municipal y por qué habían hecho pintas en el edificio del Ayuntamiento. Especial saña utilizaron contra Arturo, al cual torturaban más y lo exhibían ante sus compañeros haciendo mofa de él.

La medianoche del pasado sábado, Bejarano habló del tema en el Consejo Nacional del PRD.

Su discurso fue un balde de agua helada. Narró cómo José Luis Abarca, el alcalde perredista apoyado por la corriente Nueva Izquierda, asesinó personalmente a compañeros de su partido, incluido Arturo Hernández, e informó que los hechos habían sido denunciados ante Murillo y Osorio.

“¿Por qué no actuó el Gobierno federal?”, pregunta Bejarano ahora.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario