Río
de Janeiro, Brasilia, Sao Paulo, Recife y Belo Horizonte protagoniza
masivas protestas que no ocupan las portadas de los medios locales.
Mientras
en las principales ciudades de Brasil se viven jornadas de protestas
contra el Gobierno provisional de Michel Temer, los medios de
comunicación intentan ocultarlas y atienden otros temas.
En Belo Horizonte (sureste) miles de partidarios de la mandataria Dilma Rousseff se concentraron para rechazar el proceso de juicio político que la apartó temporalmente de su cargo sin pruebas en su contra.
A la marcha asistieron sindicatos, organizaciones estudiantiles y seguidores de diversos partidos políticos como la Unión Central de Trabajadores de Minas Gerais (CUT Brasil) y Brasil Frente Popular, para exigir la renuncia de Temer, por considerar ilegítima su llegada al poder.
>> Brasil, golpe en gestación
En Brasilia, periodistas se reunieron a las afueras del diario Empresa Brasil de Comunicação (EBC) en defensa de la comunicación pública, luego de que Temer ejecutara el despido ilegal del exdirector general de este medio público, Ricardo Melo, y nombrara al periodista Laertes Rimoli.
El dato: la EBC fue creada en el 2007 para gestionar las emisoras de radio y televisión públicas del país sin ánimos de lucro.
No obstante, las portadas de los diarios locales se han enfocado en otros temas y dejan de lado las numerosas manifestaciones en contra de Temer y el rechazo a sus medidas.
En contexto
El Senado de Brasil aprobó el proceso de juicio político contra Dilma Rousseff el pasado 12 de mayo con 55 votos a favor, 22 en contra y 1 abstención (de 78 de los 81 miembros del cuerpo colegiado).
En este período las autoridades brasileñas se encargarán de encontrar las pruebas contra la mandataria que no fueron presentadas ni en la Cámara baja ni en el Senado.
La acusación central de la oposición contra Rousseff para justificar un juicio político es la supuesta violación de normas fiscales al maquillar el déficit presupuestario de 2015. Sin embargo, no se han presentado pruebas en su contra.
Analistas políticos aseguran que Temer, con solo siete días en el poder, vive un momento de inestabilidad en su Gobierno provisional por su afán de entregar el país al Fondo Monetario Internacional (FMI), banqueros y empresarios.
La mandataria brasileña ha denunciado que el golpe en su contra es respaldado por los medios de comunicación "que controlan la opinión".
En Belo Horizonte (sureste) miles de partidarios de la mandataria Dilma Rousseff se concentraron para rechazar el proceso de juicio político que la apartó temporalmente de su cargo sin pruebas en su contra.
A la marcha asistieron sindicatos, organizaciones estudiantiles y seguidores de diversos partidos políticos como la Unión Central de Trabajadores de Minas Gerais (CUT Brasil) y Brasil Frente Popular, para exigir la renuncia de Temer, por considerar ilegítima su llegada al poder.
>> Brasil, golpe en gestación
En Brasilia, periodistas se reunieron a las afueras del diario Empresa Brasil de Comunicação (EBC) en defensa de la comunicación pública, luego de que Temer ejecutara el despido ilegal del exdirector general de este medio público, Ricardo Melo, y nombrara al periodista Laertes Rimoli.
El dato: la EBC fue creada en el 2007 para gestionar las emisoras de radio y televisión públicas del país sin ánimos de lucro.
No obstante, las portadas de los diarios locales se han enfocado en otros temas y dejan de lado las numerosas manifestaciones en contra de Temer y el rechazo a sus medidas.
El Senado de Brasil aprobó el proceso de juicio político contra Dilma Rousseff el pasado 12 de mayo con 55 votos a favor, 22 en contra y 1 abstención (de 78 de los 81 miembros del cuerpo colegiado).
En este período las autoridades brasileñas se encargarán de encontrar las pruebas contra la mandataria que no fueron presentadas ni en la Cámara baja ni en el Senado.
La acusación central de la oposición contra Rousseff para justificar un juicio político es la supuesta violación de normas fiscales al maquillar el déficit presupuestario de 2015. Sin embargo, no se han presentado pruebas en su contra.
Analistas políticos aseguran que Temer, con solo siete días en el poder, vive un momento de inestabilidad en su Gobierno provisional por su afán de entregar el país al Fondo Monetario Internacional (FMI), banqueros y empresarios.
La mandataria brasileña ha denunciado que el golpe en su contra es respaldado por los medios de comunicación "que controlan la opinión".
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