La trampa en la Reencarnación y el Proceso natural de Muerte.
El proceso de la muerte es
el que más dudas y temores ha causado en el ser humano. Distintas corrientes
han tomado este proceso de formas distintas creando un gran abanico de
tendencias que finalmente se han transformado en creencias, y una vez que algo
tan natural en apariencia, como la muerte se mezcla con el desconocimiento que
aportan esas creencias, se transforma en una de las formas de miedo y control
mas antiguas y exitosas que arrastra nuestra civilización. El miedo a morir, a la nada, ha
sido el recurso fácil para asentarse sobre esa creencia, a los principales
sistemas de control de masas, como la religión. Venderte un paraíso a través de
las creencias que ignorantemente en el umbral de la muerte, el miedo impulso, a
que los ignorantes que abrazaban esas creencias, llenasen las arcas que esas
religiones con voto de pobreza escondían.
Tenemos vidas cortas,
nacemos indefensos y vulnerables, sin recordar quienes somos, ni para que venimos,
crecemos en un traje a medida de los patrones que la sociedad marca para
nosotros y morimos la mayoría de las veces en la misma inconsciencia e
ignorancia que portábamos al nacer. Nos vamos con el mismo sentimiento inocente
que trajimos, de no saber a donde vamos. El sistema que tiene recursos
para todo, mitiga la curiosidad humana a través de las herramientas que la
cultura popular ofrece, la curiosidad de saber que hay tras la muerte. El arte
a través de pintores iluminados e incomprendidos, reflejaron esa transición
entre mundos en sus obras, posteriormente la cultura pop, reflejo en las
películas ese peculiar transito, un viaje de ida a través del oscuro túnel
hacia una luz. “Ve hacia la Luz” esta frase se ha repetido miles de veces en
cientos y cientos de filmes, convirtiéndose en un cliché, una frase programada
que queda en nuestro subconsciente y salta convenientemente en el momento de la
muerte haciéndonos ir a la luz como polillas.
El mecanismo que se activa
por defecto al morir, el túnel, la paz, la luz al final, y el ser que nos
recibe para ayudarnos en esa traumática transición, es una programación que
dentro del holograma se activa para capturar ese alma y reinsertarla nuevamente
en el sistema, a través de un mecanismo de reencarnación antinatural, donde la
voluntad del alma es confundida y controlada. El holograma que habita en la
tierra consta de esta capa virtual, para que aquel que fallece en la
inconsciencia, sea reinsertado en el sistema casi de inmediato. Al igual que
aprendemos a vivir, debemos aprender a morir, es importante morir
conscientemente, lucido y en plenas facultades, esto quiere decir, que cuando
llegue ese momento, sea como fuere que lleguemos a el, lo sepamos reconocer y
no caigamos ni en las redes del apego, ni en la trampa de la Matrix.
Al morir debemos
desprendernos de todo aquello que nos apega a lo físico, nuestra
identidad,
nuestra cultura o nacionalidad, nuestras creencias, nuestro genero,
nuestros
bienes materiales, nuestro ego, todas esas capas de programas que
durante tu
vida hicieron que se escondiera tu verdadero ser manando amor a través
de tu
conciencia. Una vez te despides de todo eso y te das cuenta de lo que
realmente
eres y lo realmente importante que te llevas, sueltas lastre y estas
listo para emprender viaje. Puede que se despliegue ante ti ese túnel
oscuro y
su luz amarillenta o anaranjada al final de ese túnel. La paz y la
liviandad
que sientes son solo la consecuencia de no tener que sentir a través de
un
cuerpo tan denso y pesado como el que dejas atrás, esos instantes de
relativa
confusión, pueden hacernos creer que esa tranquilidad tan palpable es
por el
medio al que nos adentramos, pero no es así. Es el fruto de la
reconciliación y el encuentro con uno mismo, eres amor y en esos
instantes te sientes libre.
Al final del túnel, estará
esperándonos un ente que se nos presentara como alguien conocido, tu padre, tu
madre, un familiar o sencillamente un ser de luz, es solo una proyección que
ese ser toma de tu mente o adopta de tus creencias, ese ni es tu padre, ni tu madre y por supuesto menos
aun, un ser de luz. Este avatar que aguarde en ese umbral tratara de
convencerte de buenos modos que lo acompañes, te dirá que el trayecto puede ser
duro y que él, te va ayudar en ese trance, que vuelves a casa y que todos te
esperan allí. Esta situación estudiada y planeada al milímetro, apelara a que
sea tu voluntad la que a través de tu libre albedrío elija finalmente esa opción,
en realidad nos están tentando para que elijamos la opción incorrecta y
voluntariamente decidamos escoger esta opción, como siempre, confundidos y
engañados. Una farsa bien pertrechada, en la que nuestra única defensa es
nuestra voluntad que es nuestra mejor arma y nuestra aliada, nuestra voluntad
es sagrada y si nos negamos a ir, esta trampa no funcionara.
Si dentro de nuestra
inconsciencia nos dejamos convencer y elegimos seguir a ese falso ser y
cruzamos el umbral del
túnel, ese ente nos acompañara y nos programara durante un periodo, por
el
cual, nos ira condicionando mentalmente, nos dejara en un entorno
idílico, una simulación
virtual de un hipotético paraíso, donde estaremos esperando hasta
nuestra reentrada.
Mientras esperamos inmersos en esa simulación que no es mas que una
operación
de control mental, estaremos siendo ordeñados, la energía que emana
nuestra
alma será extraída para servir como alimento a estos entes parásitos
insaciables. Una vez agotada tu estancia allí (aproximadamente entre un
mes y medio a unos pocos años según el caso), se te ira condicionando
para que
elijas la opción de reencarnar, para solucionar tus cuentas karmicas,
saldar
deudas, que se supone todos tenemos, se nos incoa a creer que esta es
nuestra
mejor opción. Una vez nos convencen y elegimos volver, se procede al
borrado de memoria, lo
que también se conoce como el velo, y entramos en nuestro vehículo
nuevo, justo
en los primeros instantes en que se inicia el parto. Esta entrada del
alma
en el feto, será la señal, de que el momento ha llegado y se esta listo
para
nacer de nuevo. Una reencarnación trampeada para mantenernos atrapados
hasta el
infinito, siempre y cuando continuemos viviendo en la ignorancia, llenos
de
creencias inútiles y una lucidez escasa hasta el día de nuestra muerte.
Por el contrario, si no
caemos en la trampa y no seguimos el camino que nos lleva a esa luz, si no
hacemos caso a ese ser que se disfraza de un ser querido o un ángel y nos
tienta a elegir el camino incorrecto, iremos al verdadero reino, a nuestro
hogar donde realmente pertenecemos, donde la reencarnación es una opción, una
decisión donde dentro de tu sagrada libertad, elijes para ayudar a tus hermanos
en un momento concreto, no como una constante rueda del samsara en la que estar
limpiando tu karma hasta el infinito, esto es solo una creencia y no obedece a
la realidad. No existe la culpa, no existe el juicio, eres un ser libre e
inocente, desde que naces hasta que mueres y volver, es solo una opción que
se elije por amor, no por cuentas pendientes.
El instante de volver a
casa y eludir la trampa, es natural, una vez hemos desencarnado, tenemos
un periodo
de unas horas en el que tú como ser consciente, tomas conciencia de tu
situación y te vas desprendiendo de tus apegos, te despides y te quitas
el
traje, dejas atrás la mayor parte de ese personaje que durante un tiempo
encarnaste. Una vez pasado ese margen de tiempo que ronda
aproximadamente los
dos días, tu conciencia se trasporta inmediatamente al lugar que le
corresponde, apareces literalmente a las puertas de ese reino que es tu
verdadero hogar y allí, si que estarán todos los seres afines a ti. Allí
si
eres libre de decidir encarnar si la experiencia es un ejercicio puro de
amor,
algo altruista y desinteresado, un gesto hacia tus hermanos que
necesitan tu
ayuda. No hay saldo pendiente, el karma es solo la consecuencia de no
sanar
debidamente el transito entre vidas, debido a ese sistema de trampa
antinatural, en el que cambias de cuerpo, pero para el alma sigue
acumulando experiencias como si de una misma encarnación se tratara, por
eso se arrastran todas nuestras decisiones y experiencias pasadas de
una vida a otra. La encarnación previa no se ha sanado, no se ha soltado
lastre
y se reencarna de forma antinatural con un simple borrado de memoria,
que en el
subconsciente del recién nacido comienza aflorar poco a poco, no siendo
la
muerte un punto y final, si no un obligado punto y seguido, donde
nacemos
sufriendo las consecuencias que en otro tiempo y en otras
circunstancias, no
impulsaron a cometer ciertos errores, que hoy sin culpa aparente,
pagamos como
consecuencia de la ley de acción reacción, que continua operando tal
cual.
Eludir la trampa no solo es
sencillo, si no que es lo natural, la muerte es un proceso en el que
todo tu
ser vuelve al lugar que le corresponde por pura atracción. La trampa fue
puesta
para asegurarse un numero constante de almas dentro del holograma. Los
que
diseñaron este sistema, recortaron tanto la capacidad y la vida física
del Ser, que corrían el riesgo de llegar a pasar hambre, así que se
encargaron de
desviar el flujo a través de las creencias y el miedo, para asegurarse
una
perpetua población en la granja, un mecanismo que evita que haya
deserciones y
que solo funciona dentro de las primeras horas post mortem, una vez
superado
ese periodo de tiempo, el alma vuelve a casa. Solo debemos llegar a ese
trance
lo suficientemente lucidos como para no quedarnos pegados a esta
realidad, ni
entrar en la falsa luz.
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