Cada vez que habla el traidor, nos sube la bilirrubina
La Unión
Soviética, que se disolvió oficialmente hace 25 años, pudo haberse
salvado si se hubiera llevado a cabo un proceso de descentralización,
aseguró el último presidente soviético, Mijail Gorbachov, en una
entrevista divulgada este domingo por la agencia de noticias rusa Tass.
En un
mensaje televisado el 25 de diciembre de 1991, Gorbachov anunció su
dimisión «en vista de la situación surgida por la formación de la
Comunidad de Estados Independientes».
Pocos
minutos antes, Gorbachov había entregado el control del arsenal nuclear
soviético al presidente de Rusia, Boris Yeltsin. Después de su dimisión,
se arreó la bandera roja con el martillo y la hoz sobre el Kremlin. Al
día siguiente, el Soviet Supremo, el Parlamento de la Unión Soviética,
selló la disolución del gigantesco imperio fundado por Lenin en 1922. (lo del imperio es cosa de la agencia imperialista de "información", nota de blog)
A finales
de 1991 y principios de 1992, las 15 repúblicas soviéticas comenzaron su
camino como Estados independientes, entre ellas Rusia, el país más
grande del mundo, Kazajstán, Georgia, Armenia y Azerbaiyán. Unos meses
antes, los tres países báliticos -Estonia, Letonia y Lituania- ya habían
recuperado su independencia.
Varias
causas explican el desmembramiento de la Unión Soviética. La economía
soviética centralmente planificada atravesaba una grave crisis, por lo
que la URSS ya no podía mantener el pulso con Estados Unidos en la
carrera armamentística nuclear.Las reformas impulsadas por Gorbachov
dentro de la Unión Soviética no trajeron la esperada mejora de la
situación, sino que solo sacaron a la luz la miserable situación
económica, el pasado dictatorial estalinista (tan
"dictatorial"que se enfrentó y aplastó al fascismo en Europa y colocó a
la URSS con una producción industrial similar a la de las potencias
capitalistas más importantes) y la represión de conflictos nacionalistas.
Según un sondeo del Centro Levada realizado con motivo de la efeméride, todavía un 56% (existen porcentajes superiores pero claro, ellos ponen el más bajo, ya los conocemos)
de la población rusa lamenta hoy, 25 años después, la desintegración de
la Unión Soviética. Gorbachov, venerado en Occidente, muchas veces es
considerado en su propio país como un traidor, como el hombre que
destruyó la Unión Soviética. En su último mensaje televisado como
presidente soviético, el premio Nobel de la Paz afirmó: «Sigo convencido
de las reformas que nos trajeron libertad. Este es el principal
resultado».
DPA
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