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LEÓN FELIPE Y NUESTROS DÍAS
Antonio Moreno Ruiz
Historiador y escritor
León Felipe, ¡qué gran poeta de zamorana cuna y mexicana mortaja!
¿Cierta fama de loco? Puede ser. ¡Vivan los locos que
somos pocos! De todas formas, ¿acaso no fue el bohemio que muchos no nos
atrevemos a ser?
A León Felipe le tocaron tiempos difíciles. Al fin y al
cabo, ¿qué tiempo no es difícil? Empero, ya en aquellos tiempos nuestro
poeta desenmascaró muchos típicos/tópicos, y me intento explicar: Es muy
curioso que en España, que no hemos parado de guerras desde que entró
Napoleón, hablemos de "LA GUERRA" refiriéndonos a la de 1936; cuando ya
los romanos decían que los celtíberos, cuando no tenían guerra en el
exterior, se la buscaban entre ellos mismos. Nos empachamos de guerra (y
creo que León Felipe se empachó de Revolución Mexicana, que fue
criminal como todas las revoluciones), y ahora que nos vemos en la
impotencia de un ¿estado del bienestar? desmoronado, muchos
politiquillos han intentado azuzar el rencor para obtener réditos
electorales. No es sólo cosa del PSOE, no olvidemos que el PP votó a
favor para que le concediera la nacionalidad española a los mercenarios
estalinistas de las Brigadas Internacionales. Y esta pseudomemoria
histérica no es sobre otras muchas guerras tan crueles o más que la del
1936, sino sobre "LA GUERRA", porque así lo han decidido analfabetos que
hacen de la Historia su partidismo.
León Felipe fue uno de tantos españoles incomprendidos
que murió lejos del hogar. Y en la lejanía, aun a mi juicio con
demasiado pesimismo, supo avistar con inteligente congruencia los
demonios que nos obstaculizan. En "LA GUERRA" hubo mucha gente que se
batió con honor y luchó por lo que creyó entrambos bandos; pero también
hubo muchísimo cobarde que no quiso combatir y durante la II República
fue el más tricolor del mundo y cuando los nacionales ganaron posiciones
se apresuró a ser más franquista que Franco. Parece ser que en nuestra
tierra sale muy rentable el ser un cobarde criminal de retaguardia. Hubo
vencedores y vencidos en ambos bandos. No por nada se decía en el
Requeté que se ganó la guerra pero se perdió la paz. Y los máximos
vencedores fueron los chivatos sanguinarios y los chaqueteros sin
escrúpulos; los que luego se revelarían como auténticos maestros de esta
partitocracia del "café para todos" (para todos ellos, se entiende) que
nos niega la auténtica representación a los españoles, y que también
nos niega el trabajo y la dignidad más elemental.
León Felipe, fue, pues, un poeta clarividente en muchos
sentidos. No obstante, yo intento quitarme de encima el pesimismo, y es
que, incluso los que somos "negativos", ¿no es porque creemos que de
hecho España puede ser mejor? Si no creyéramos esto, o si no nos
importara el tema, pues no le daríamos importancia ninguna, así como no
nos acaloraríamos, y no exclamaríamos ni declamaríamos
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