Mariano
Rajoy pasó por los tribunales españoles en calidad de testigo, en una
jornada que concitó la atención de todos en el país. El presidente del
gobierno declaró ante la Audiencia Nacional en el marco del juicio por
el caso Gürtel, una de las más emblemáticas causas de corrupción que
enlodan al Partido Popular.
Pasaron cien sesiones desde que empezó el juicio, y Rajoy declaró durante casi dos horas. Negó que su partido haya recibido “jamás” dinero en efectivo de empresarios y afirmó hasta siete veces que nunca, desde la presidencia del partido, se ocupó de las cuestiones económicas del PP. Su declaración le sirvió también para despegarse de Luis Bárcenas, el ex tesorero de los conservadores españoles, que manejó una contabilidad paralela en la que mencionó como uno de los beneficiarios al hoy jefe de estado.
“Son absolutamente falsos: cobrábamos un sueldo de diputado y bastantes personas tenían un complemento que abonaba el partido y que se declaraba a Hacienda; cuando dejamos el Gobierno dejamos de cobrarlo porque no se podía hacer”, dijo Rajoy al respecto.
La causa por la que declaró Rajoy implica a los principales responsables del PP en Valencia. En esa región, el empresario Francisco Correa había montado una trama de corrupción con los políticos del PP. Correa se dice Gürtel en alemán y esa traducción de su apellido dio nombre al caso. Sus empresas organizaban eventos para el PP desde los tiempos de José María Aznar en La Moncloa. El escándalo le costó el puesto al presidente de la Comunidad Valenciana, Francisco Camps, y el PP, fuerza hegemónica en esa comunidad desde 1995, perdió el poder a manos de una alianza entre el PSOE y Podemos.
Uno de los puntos centrales de la declaración de Rajoy fue sobre el dinero en Suiza que Bárcenas había depositado. El nombre del presidente figura como uno de los avalistas. Uno de los abogados de la querella lo inquirió respecto de si había autorizado a Bárcenas a dar su nombre: “En absoluto. No sé nada de las cuentas, lo supe cuando se publicaron en los medios, y no puedo aportarle nada, no sé nada de ese asunto, francamente”
En la causa hay 40 procesados, incluyendo a Correa, la plana mayor del PP valenciano y Bárcenas como tesorero del PP a nivel nacional. En la audiencia en la que declaró Rajou sólo estuvo presente uno de los acusados, el ex alcalde de Majadahonda, Guillermo Oretga.
Rajoy recordó con lujo de detalles una reunión con Bárcenas en 2010, cuando dejó de ser senador, alcanzado por la trama de corrupción del PP en Valencia. El líder conservador reconoció como “razonable” la decisión de darle auto, oficina y secretaria, pagados por el partido, tras la denuncia en su contra.
Con todo, el premier se encargó de negar cualquier vínculo con Correa e incluso que lo conociera. “No vino a mi despacho ni acudió a ninguna reunión y discusión, porque yo no tenía que ver con cuestiones económicas, sino que me dedicaba a cuestiones políticas. Si lo conocía era de saludarlo en actos de partido y aun así no puedo asegurarlo de forma nítida”. Y aseguró que dio orden en 2004, cuando sucedió a Aznar al frente del PP, de cortar vínculos con el empresario. “El tesorero me dijo que había unos proveedores del partido que usaban indebidamente el nombre del PP en Ayuntamientos de la Comunidad de Madrid, y le pregunté si había algo que no se ajustara a derecho. Me dijo que no tenía pruebas, pero que no le gustaba, y le dije qué me proponía y me propuso dejar de trabajar con ellos, y le dije que sí, que lo dejara”, afirmó, en relación a un diálogo con Bárcenas.
En medio de una gran expectativa, Rajoy llegó y se fue en medio de un gran operativo de seguridad, con la sala repleta de periodistas acreditados. Había cerca de 300 hombres y mujeres de prensa escuchando al líder del PP. Mientras su partido se abroquela detrás suyo, la oposición, con el PSOE y Podemos a la cabeza, debate entre pedir su renuncia o solicitarle que comparezca ante el parlamento.
Pasaron cien sesiones desde que empezó el juicio, y Rajoy declaró durante casi dos horas. Negó que su partido haya recibido “jamás” dinero en efectivo de empresarios y afirmó hasta siete veces que nunca, desde la presidencia del partido, se ocupó de las cuestiones económicas del PP. Su declaración le sirvió también para despegarse de Luis Bárcenas, el ex tesorero de los conservadores españoles, que manejó una contabilidad paralela en la que mencionó como uno de los beneficiarios al hoy jefe de estado.
“Son absolutamente falsos: cobrábamos un sueldo de diputado y bastantes personas tenían un complemento que abonaba el partido y que se declaraba a Hacienda; cuando dejamos el Gobierno dejamos de cobrarlo porque no se podía hacer”, dijo Rajoy al respecto.
La causa por la que declaró Rajoy implica a los principales responsables del PP en Valencia. En esa región, el empresario Francisco Correa había montado una trama de corrupción con los políticos del PP. Correa se dice Gürtel en alemán y esa traducción de su apellido dio nombre al caso. Sus empresas organizaban eventos para el PP desde los tiempos de José María Aznar en La Moncloa. El escándalo le costó el puesto al presidente de la Comunidad Valenciana, Francisco Camps, y el PP, fuerza hegemónica en esa comunidad desde 1995, perdió el poder a manos de una alianza entre el PSOE y Podemos.
Uno de los puntos centrales de la declaración de Rajoy fue sobre el dinero en Suiza que Bárcenas había depositado. El nombre del presidente figura como uno de los avalistas. Uno de los abogados de la querella lo inquirió respecto de si había autorizado a Bárcenas a dar su nombre: “En absoluto. No sé nada de las cuentas, lo supe cuando se publicaron en los medios, y no puedo aportarle nada, no sé nada de ese asunto, francamente”
En la causa hay 40 procesados, incluyendo a Correa, la plana mayor del PP valenciano y Bárcenas como tesorero del PP a nivel nacional. En la audiencia en la que declaró Rajou sólo estuvo presente uno de los acusados, el ex alcalde de Majadahonda, Guillermo Oretga.
Rajoy recordó con lujo de detalles una reunión con Bárcenas en 2010, cuando dejó de ser senador, alcanzado por la trama de corrupción del PP en Valencia. El líder conservador reconoció como “razonable” la decisión de darle auto, oficina y secretaria, pagados por el partido, tras la denuncia en su contra.
Con todo, el premier se encargó de negar cualquier vínculo con Correa e incluso que lo conociera. “No vino a mi despacho ni acudió a ninguna reunión y discusión, porque yo no tenía que ver con cuestiones económicas, sino que me dedicaba a cuestiones políticas. Si lo conocía era de saludarlo en actos de partido y aun así no puedo asegurarlo de forma nítida”. Y aseguró que dio orden en 2004, cuando sucedió a Aznar al frente del PP, de cortar vínculos con el empresario. “El tesorero me dijo que había unos proveedores del partido que usaban indebidamente el nombre del PP en Ayuntamientos de la Comunidad de Madrid, y le pregunté si había algo que no se ajustara a derecho. Me dijo que no tenía pruebas, pero que no le gustaba, y le dije qué me proponía y me propuso dejar de trabajar con ellos, y le dije que sí, que lo dejara”, afirmó, en relación a un diálogo con Bárcenas.
En medio de una gran expectativa, Rajoy llegó y se fue en medio de un gran operativo de seguridad, con la sala repleta de periodistas acreditados. Había cerca de 300 hombres y mujeres de prensa escuchando al líder del PP. Mientras su partido se abroquela detrás suyo, la oposición, con el PSOE y Podemos a la cabeza, debate entre pedir su renuncia o solicitarle que comparezca ante el parlamento.
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