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Las propiedades ocultas de López Obrador: AMLO mintió, el Wall Street Journal no. (Segunda Parte)
La transparencia nunca ha sido el fuerte de Andrés Manuel López Obrador. La semana pasada, PejeLeaks publicó
la primera parte de una investigación inédita que documentó que el hoy
candidato presidencial del Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA),
escondió propiedades y se burló de la transparencia al omitir en su
declaración “Tres de Tres” dos departamentos ubicados en la Ciudad de
México propiedad de su esposa, Beatriz Gutiérrez Müller. En esta segunda
parte, PejeLeaks corrobora que, tal y como el diario The Wall Street
Journal reportó
en septiembre de 2016, Andrés Manuel López Obrador es dueño de dos
departamentos en Copilco, en la delegación Coyoacán de la Ciudad de
México.
En octubre de 2016, López Obrador inició una demanda por daño moral en contra del diario estadounidense, afirmando que la información proporcionada por su reportero, Juan Montes, era falsa. Sin embargo, una consulta realizada en el Registro Público de la Propiedad de la Ciudad de México confirma que quien mintió fue López Obrador. A pesar de las supuestas pruebas presentadas por el líder de MORENA contra lo publicado por The Wall Street Jourmal (“pruebas” que quizá sean falsificaciones hechas por un notario muy cercano a MORENA), los departamentos de Copilco siguen siendo propiedad del tabasqueño. En su momento, López Obrador argumentó incluso que uno de los departamentos ya había sido vendido. No obstante, PejeLeaks descubrió que el departamento al que AMLO se refirió es en realidad un tercer inmueble, ubicado también en Copilco, que fue de su propiedad y que, en efecto, vendió, pero a uno de sus empleados del gobierno del Distrito Federal, lo que podría ser una venta simulada.
En palabras del propio Montes, la declaración de López Obrador era equivalente a “una declaración de pobreza”, pues el entonces presidente de MORENA había asegurado no contar con propiedad alguna y manifestó tener un ingreso de tan solo 600 mil pesos al año.
El artículo publicado por The Wall Street Journal destacaba una importante omisión por parte de López Obrador: El ex jefe de gobierno era propietario de dos departamentos, ambos de 76 metros cuadrados, en la colonia Copilco, en la delegación Coyoacán, mismos que adquirió en el año 2002 por un total de 109 mil dólares.
Montes liberó a un “tigre” que terminó en un pleito legal entre el turbio abogado de Andrés Manuel, Julio Scherer Ibarra, y uno de los medios de comunicación más respetados del mundo.
En el video en cuestión, López Obrador reconoció haber tenido un departamento en la delegación Coyoacán de la CDMX, pero aseguró que lo había vendido tiempo atrás, en 2005. Pese a que The Wall Street Journal citaba dos propiedades de 76 metros cuadrados en Copilco, AMLO solo hablaba de una. ¿Por qué? Porque el departamento que vendió no tenía nada que ver con los dos departamentos descubiertos por el periódico estadounidense. Se trataba de una maniobra de López Obrador para mentir y desviar la atención.
En efecto, el folio real 274718 muestra que López Obrador fue dueño de un departamento en un residencial en el número 300 de la calle Copilco, el cual adquirió en 1985. Sin embargo, a diferencia de lo que señaló The Wall Street Journal, este inmueble era de 94 metros cuadrados y no de 76. El departamento fue vendido por López Obrador en 2005 y en el folio se señala claramente que Andrés Manuel era dueño solo del 50% de la propiedad, pues para ese entonces, sus tres hijos mayores ya habían concluido el juicio intestamentario de su madre y estaban en posibilidad de vender el inmueble.
“Pese a que The Wall Street Journal citaba dos propiedades de 76
metros cuadrados en Copilco, AMLO solo hablaba de una. ¿Por qué? Porque
el departamento que vendió no tenía nada que ver con los dos
departamentos descubiertos por el periódico estadounidense. Se trataba
de una maniobra de López Obrador para mentir y desviar la atención”
La simulación no terminaba ahí. El departamento de Copilco 300 fue vendido en 2005 a Alejandro Juárez Durán. Juárez Durán era empleado del gobierno del Distrito Federal. Archivos públicos de Transparencia del gobierno de la Ciudad de México evidencian que, de hecho, era algo más que un empleado, pues llevaba varios años ejerciendo cargos directivos en las secretarías de Gobierno y Seguridad Pública del gobierno de López Obrador.
Así pues, es posible que tanto Alejandro Juárez como López Obrador estuvieran simulando una compraventa en vista de que el tabasqueño preparaba su primera candidatura presidencial y necesitaba “deshacerse” de sus propiedades para dar la impresión de ser un hombre “de pueblo”.
Juárez Durán no fue la primera opción de López Obrador para “deshacerse” del departamento de Copilco. En el folio citado se puede observar también un aviso de compraventa –un intento de venta del inmueble no concretado- a favor de la empresa Tabana Banana, SA de CV, propiedad de Rafael Marín Mollinedo. Marín Mollinedo, actual dirigente de MORENA en Quintana Roo, es primo del famoso ex chofer de López Obrador, Nico Mollinedo Bastar, y fue un cuestionado funcionario del gobierno de López Obrador cuando fungió como director general de Servicios Urbanos y como director general de la Red de Transporte de Pasajeros del gobierno del Distrito Federal.
Este no es el único ejemplo del modus operandi de López Obrador. Como se documentó en el reportaje previo de PejeLeaks, en 2016 AMLO ocultó de su declaración “Tres de Tres” que Beatriz Gutiérrez, su actual esposa, tenía dos departamentos en la CDMX; inmediatamente después de mentir, él y Beatriz Gutiérrez se apresuraron a “deshacerse” de los departamentos “vendiéndoselos” … a César Yáñez y Julio Scherer Ibarra, manos derecha e izquierda de López Obrador en MORENA.
La estrategia parece clara. AMLO simula no tener nada “trasladándole” sus propiedades a gente que en realidad trabaja para él. Y si no le “vende” a sus colaboradores, entonces finge donaciones.
Por su parte, César Yáñez demeritó la investigación de The Wall Street Journal aceptando que López Obrador fue copropietario de los departamentos de Odontología 57, pero informando que el tabasqueño había donado su parte a sus tres hijos mayores, por lo que ya no era dueño de nada. La historia era la siguiente: Rocío Beltrán Medina y AMLO, entonces esposos, eran dueños de varias propiedades en la CDMX, Tabasco y Chiapas. Luego, Rocío Beltrán falleció en 2003 y sus bienes pasaron a ser propiedad de López Obrador (50%) y sus hijos José Ramón, Andrés Manuel y Gonzalo Alfonso López Beltrán (el otro 50%). En un acto de “bondad”, AMLO decidió despojarse de todo y le donó su porcentaje de las propiedades a sus hijos, quedándose “sin nada”.
La prensa preguntó entonces por qué, si los departamentos de Odontología ya eran propiedad total de los hijos de López Obrador, no había constancia de este cambio en el Registro Público de la Propiedad. Yáñez contraatacó respondiendo que la culpable era la muerte de Rocío Beltrán: los departamentos seguían apareciendo a nombre de López Obrador porque el fallecimiento de Rocío Beltrán había retrasado el “papeleo” del juicio de sucesión intestamentaria (Beltrán no dejó testamento antes de morir).
La prueba máxima del contragolpe de Yáñez y López Obrador fue un documento elaborado por Adán Augusto López Hernández, notario público de Tabasco, quien testificó que, efectivamente, AMLO había donado todas sus propiedades a sus hijos. La prueba parecía tan contundente que López Obrador demandó por daño moral a The Wall Street Journal por medio de Julio Scherer, su abogado personal. El prestigiado diario estadounidense publicó una ampliación al artículo. En ella, señala que López Obrador y su equipo presentaron las mencionadas escrituras. Sin embargo, sostenían que López Obrador seguía registrado como dueño de los inmuebles. Días después, López Obrador retiró la demanda, la cual sabía que jamás ganaría.
Sin embargo, nadie pareció notar algunos elementos importantes: El primero, que era mentira que la fallecida Rocío Beltrán retrasara el “papeleo”, pues para 2005, como se mostró, AMLO ya había vendido el departamento de Copilco 300, que también era parte de la herencia, y el movimiento apareció de inmediato en el Registro Público, como se puede observar en la página 10 del folio de dicha propiedad. En segundo lugar, que los artículos 150 y 167 de la Ley del Notariado del Distrito Federal obligan a los notarios a inscribir cualquier cambio en el Registro Público, lo que, en el caso de los departamentos de Odontología, no ha sucedido en más de 14 años; y en tercer lugar y tal vez más importante, que es probable que Adán Augusto López, el notario que dio fe de las “donaciones” de López Obrador, haya mentido por completo, como se explicará más adelante.
Los folios reales 612504 y 613505 correspondientes a los dos departamentos de la calle de Odontología fueron consultados por PejeLeaks días antes de esta publicación. Como se puede observar, ambos inmuebles continúan siendo propiedad del líder de MORENA. Durante el pleito con The Wall Street Journal, López Obrador publicó un extenso expediente sobre el juicio intestamentario de su esposa. En él, se puede constatar que sus hijos reclamaban la propiedad de los tres departamentos de Coyoacán. El juicio concluyó y les permitió vender el departamento de Copilco 300. ¿Por qué entonces no pudieron modificar la propiedad de los dos departamentos de Odontología? The Wall Street Journal no mintió, sino que Andrés Manuel López Obrador logró salirse con la suya, hasta ahora.
“Los folios reales 612504 y 613505 correspondientes a los dos
departamentos de la calle de Odontología fueron consultados por
PejeLeaks días antes de esta publicación. Como se puede observar, ambos
inmuebles continúan siendo propiedad del líder de MORENA”
En otras palabras, lo que López Obrador alega en la demanda es que el diario estadounidense mentía al afirmar que AMLO había ocultado los dos departamentos ubicados en la calle de Odontología pues, desde 2005, Andrés Manuel habría donado dichos inmuebles a sus hijos.
El documento firmado por López Obrador ofrece como “prueba irrefutable” de lo anterior, la escritura pública número 22,441, firmada por el notario Adán Augusto López. ¿Quién es este hombre? Ni más menos que el actual candidato a gobernador de Tabasco por MORENA. Su hermana, Rosalinda López Hernández, quien también aspiró a ser gobernadora, es esposa de Rutilio Escandón, candidato de MORENA a gobernador de Chiapas. En otras palabras, el notario que “demostró” la inocencia de López Obrador carece por completo de independencia y es otra de las muchas personas que AMLO ha designado para competir por gubernaturas. ¿El documento notarial que Adán Augusto López preparó fue el costo pagado a cambio de una futura candidatura? ¿Por qué López Obrador y César Yáñez ocultaron que su notario era simpatizante de MORENA? De nueva cuenta, AMLO siendo juez y parte: “muestra” que es inocente con la ayuda de quienes trabajan para él.
El hecho de que un notario público, en este caso Adán Augusto López, haya emitido una escritura pública en la que se valida que López Obrador dona el total de sus propiedades a sus hijos, obliga a que todas las propiedades registren el cambio de propietario ante el Registro Público de la Propiedad. Es decir, el último paso para certificar que López Obrador deje de ser propietario de todos los inmuebles, no es la escritura del notario, sino la inscripción en el Registro, misma que hasta la fecha no se ha llevado a cabo. López Obrador lo puede seguir negando en los discursos, sin embargo, en los hechos continúa siendo propietario de los dos departamentos de Odontología.
El “tigre” que despertó el artículo de Juan Montes era en realidad un tigre de papel, basado, como se documenta, en simulaciones y engaños. Por si fuera poco, los encargados de su defensa están lejos de ser personajes íntegros y con la estatura moral que López Obrador pregona.
Cesar Yáñez ha sido vocero y consejero del candidato presidencial desde su campaña por la Jefatura de Gobierno en el 2000. Yáñez, un hombre tímido ante los reflectores, pero tirano tras bambalinas, saltó a la fama hasta octubre de 2016, cuando el periódico El Universal publicó una serie de audios en los que se exhibía a Yáñez negociando con autoridades del gobierno de Puebla para que ayudaran a Dulce Silva, su novia, a salir de la cárcel, pues había sido aprehendida por el delito de operaciones con recursos de procedencia ilícita. Yáñez confirmó la veracidad de las llamadas, sin embargo, argumentó que no se trataba de tráfico de influencias, pues Dulce Silva todavía seguía en la cárcel. López Obrador se negó a comentar sobre las acusaciones de tráfico de influencias en contra de su cercano colaborador.
Por otra parte, la defensa legal estuvo a cargo de Julio Scherer, consejero nacional de MORENA, coordinador territorial del partido y uno de los encargados de administrar el dinero que MORENA reunió para los damnificados por los terremotos de 2017. Aunque se mantiene alejado de los medios de comunicación, Scherer es uno de los principales operadores políticos y consejeros de López Obrador, encargado de acercarle el apoyo de personajes influyentes del medio político y empresarial.
Scherer fue exhibido por PejeLeaks los días 5 y 12 de marzo, cuando se descubrió que el cercano colaborador de Andrés Manuel recibió más de 25 millones de pesos de una red de empresas fantasma, con características similares a las del crimen organizado, que también hizo pagos millonarios a jugadores de futbol como Rafael Márquez y Guillermo Ochoa.
La historia de las cuatro propiedades confirma un claro modus operandi del candidato presidencial de MORENA: 1) Adquiere propiedades; 2) Cuando tiene la necesidad de transparentar su patrimonio, las dona o las “vende” para evitar que aparezcan como suyas; 3) La “venta” o donación se hace a personas de su círculo principal: ya sean sus hijos o sus operadores políticos más cercanos.
La transparencia no es el fuerte de Andrés Manuel López Obrador. ¿Cuántas propiedades le ha vendido a sus cercanos? ¿De qué tamaño es su patrimonio? López Obrador ocultó propiedades con la ayuda de quienes han trabajado para él, a quienes pagó con candidaturas y posiciones al interior de MORENA.
The Wall Street Journal no publicó información falsa. Andrés Manuel López Obrador efectivamente mintió al afirmar que ha donado todas sus propiedades a sus hijos. López Obrador le debe una disculpa al diario estadounidense y una explicación a todo México.
En octubre de 2016, López Obrador inició una demanda por daño moral en contra del diario estadounidense, afirmando que la información proporcionada por su reportero, Juan Montes, era falsa. Sin embargo, una consulta realizada en el Registro Público de la Propiedad de la Ciudad de México confirma que quien mintió fue López Obrador. A pesar de las supuestas pruebas presentadas por el líder de MORENA contra lo publicado por The Wall Street Jourmal (“pruebas” que quizá sean falsificaciones hechas por un notario muy cercano a MORENA), los departamentos de Copilco siguen siendo propiedad del tabasqueño. En su momento, López Obrador argumentó incluso que uno de los departamentos ya había sido vendido. No obstante, PejeLeaks descubrió que el departamento al que AMLO se refirió es en realidad un tercer inmueble, ubicado también en Copilco, que fue de su propiedad y que, en efecto, vendió, pero a uno de sus empleados del gobierno del Distrito Federal, lo que podría ser una venta simulada.
The Wall Street Journal no mintió
El 27 de septiembre de 2016, poco más de un mes después de que Andrés Manuel López Obrador presentara su declaración Tres de Tres, el reconocido diario estadounidense The Wall Street Journal publicó un artículo titulado “Mexican Presidential Hopeful Didn’t Disclose All His Assets” (“Aspirante presidencial mexicano no reveló todas sus propiedades”). En dicho artículo, el periodista Juan Montes sostuvo que López Obrador ocultó la existencia de dos departamentos al sur de la Ciudad de México, de los que era dueño.En palabras del propio Montes, la declaración de López Obrador era equivalente a “una declaración de pobreza”, pues el entonces presidente de MORENA había asegurado no contar con propiedad alguna y manifestó tener un ingreso de tan solo 600 mil pesos al año.
El artículo publicado por The Wall Street Journal destacaba una importante omisión por parte de López Obrador: El ex jefe de gobierno era propietario de dos departamentos, ambos de 76 metros cuadrados, en la colonia Copilco, en la delegación Coyoacán, mismos que adquirió en el año 2002 por un total de 109 mil dólares.
Montes liberó a un “tigre” que terminó en un pleito legal entre el turbio abogado de Andrés Manuel, Julio Scherer Ibarra, y uno de los medios de comunicación más respetados del mundo.
AMLO y César Yáñez sí mintieron
Como era de esperarse, López Obrador y los suyos descalificaron inmediatamente la información de The Wall Street Journal. En uno de sus famosos videos en Facebook, López Obrador dijo que el artículo del diario era una “calumnia”, porque él, al estilo de los santos cristianos, no tenía “nada”. Por su parte, César Yáñez, la mano derecha de López Obrador y el hombre más importante de MORENA después del tabasqueño, dijo que la supuesta omisión cometida por su jefe era una “mentira vil”, por lo que le recomendaba a la prensa “no buscarle” por ahí, pues no había nada que encontrar. En realidad, sí lo había, y tanto AMLO como Yáñez mintieron y se contradijeron al mismo tiempo.En el video en cuestión, López Obrador reconoció haber tenido un departamento en la delegación Coyoacán de la CDMX, pero aseguró que lo había vendido tiempo atrás, en 2005. Pese a que The Wall Street Journal citaba dos propiedades de 76 metros cuadrados en Copilco, AMLO solo hablaba de una. ¿Por qué? Porque el departamento que vendió no tenía nada que ver con los dos departamentos descubiertos por el periódico estadounidense. Se trataba de una maniobra de López Obrador para mentir y desviar la atención.
En efecto, el folio real 274718 muestra que López Obrador fue dueño de un departamento en un residencial en el número 300 de la calle Copilco, el cual adquirió en 1985. Sin embargo, a diferencia de lo que señaló The Wall Street Journal, este inmueble era de 94 metros cuadrados y no de 76. El departamento fue vendido por López Obrador en 2005 y en el folio se señala claramente que Andrés Manuel era dueño solo del 50% de la propiedad, pues para ese entonces, sus tres hijos mayores ya habían concluido el juicio intestamentario de su madre y estaban en posibilidad de vender el inmueble.
La simulación no terminaba ahí. El departamento de Copilco 300 fue vendido en 2005 a Alejandro Juárez Durán. Juárez Durán era empleado del gobierno del Distrito Federal. Archivos públicos de Transparencia del gobierno de la Ciudad de México evidencian que, de hecho, era algo más que un empleado, pues llevaba varios años ejerciendo cargos directivos en las secretarías de Gobierno y Seguridad Pública del gobierno de López Obrador.
Así pues, es posible que tanto Alejandro Juárez como López Obrador estuvieran simulando una compraventa en vista de que el tabasqueño preparaba su primera candidatura presidencial y necesitaba “deshacerse” de sus propiedades para dar la impresión de ser un hombre “de pueblo”.
Juárez Durán no fue la primera opción de López Obrador para “deshacerse” del departamento de Copilco. En el folio citado se puede observar también un aviso de compraventa –un intento de venta del inmueble no concretado- a favor de la empresa Tabana Banana, SA de CV, propiedad de Rafael Marín Mollinedo. Marín Mollinedo, actual dirigente de MORENA en Quintana Roo, es primo del famoso ex chofer de López Obrador, Nico Mollinedo Bastar, y fue un cuestionado funcionario del gobierno de López Obrador cuando fungió como director general de Servicios Urbanos y como director general de la Red de Transporte de Pasajeros del gobierno del Distrito Federal.
Este no es el único ejemplo del modus operandi de López Obrador. Como se documentó en el reportaje previo de PejeLeaks, en 2016 AMLO ocultó de su declaración “Tres de Tres” que Beatriz Gutiérrez, su actual esposa, tenía dos departamentos en la CDMX; inmediatamente después de mentir, él y Beatriz Gutiérrez se apresuraron a “deshacerse” de los departamentos “vendiéndoselos” … a César Yáñez y Julio Scherer Ibarra, manos derecha e izquierda de López Obrador en MORENA.
La estrategia parece clara. AMLO simula no tener nada “trasladándole” sus propiedades a gente que en realidad trabaja para él. Y si no le “vende” a sus colaboradores, entonces finge donaciones.
Por su parte, César Yáñez demeritó la investigación de The Wall Street Journal aceptando que López Obrador fue copropietario de los departamentos de Odontología 57, pero informando que el tabasqueño había donado su parte a sus tres hijos mayores, por lo que ya no era dueño de nada. La historia era la siguiente: Rocío Beltrán Medina y AMLO, entonces esposos, eran dueños de varias propiedades en la CDMX, Tabasco y Chiapas. Luego, Rocío Beltrán falleció en 2003 y sus bienes pasaron a ser propiedad de López Obrador (50%) y sus hijos José Ramón, Andrés Manuel y Gonzalo Alfonso López Beltrán (el otro 50%). En un acto de “bondad”, AMLO decidió despojarse de todo y le donó su porcentaje de las propiedades a sus hijos, quedándose “sin nada”.
La prensa preguntó entonces por qué, si los departamentos de Odontología ya eran propiedad total de los hijos de López Obrador, no había constancia de este cambio en el Registro Público de la Propiedad. Yáñez contraatacó respondiendo que la culpable era la muerte de Rocío Beltrán: los departamentos seguían apareciendo a nombre de López Obrador porque el fallecimiento de Rocío Beltrán había retrasado el “papeleo” del juicio de sucesión intestamentaria (Beltrán no dejó testamento antes de morir).
La prueba máxima del contragolpe de Yáñez y López Obrador fue un documento elaborado por Adán Augusto López Hernández, notario público de Tabasco, quien testificó que, efectivamente, AMLO había donado todas sus propiedades a sus hijos. La prueba parecía tan contundente que López Obrador demandó por daño moral a The Wall Street Journal por medio de Julio Scherer, su abogado personal. El prestigiado diario estadounidense publicó una ampliación al artículo. En ella, señala que López Obrador y su equipo presentaron las mencionadas escrituras. Sin embargo, sostenían que López Obrador seguía registrado como dueño de los inmuebles. Días después, López Obrador retiró la demanda, la cual sabía que jamás ganaría.
Sin embargo, nadie pareció notar algunos elementos importantes: El primero, que era mentira que la fallecida Rocío Beltrán retrasara el “papeleo”, pues para 2005, como se mostró, AMLO ya había vendido el departamento de Copilco 300, que también era parte de la herencia, y el movimiento apareció de inmediato en el Registro Público, como se puede observar en la página 10 del folio de dicha propiedad. En segundo lugar, que los artículos 150 y 167 de la Ley del Notariado del Distrito Federal obligan a los notarios a inscribir cualquier cambio en el Registro Público, lo que, en el caso de los departamentos de Odontología, no ha sucedido en más de 14 años; y en tercer lugar y tal vez más importante, que es probable que Adán Augusto López, el notario que dio fe de las “donaciones” de López Obrador, haya mentido por completo, como se explicará más adelante.
Los folios reales 612504 y 613505 correspondientes a los dos departamentos de la calle de Odontología fueron consultados por PejeLeaks días antes de esta publicación. Como se puede observar, ambos inmuebles continúan siendo propiedad del líder de MORENA. Durante el pleito con The Wall Street Journal, López Obrador publicó un extenso expediente sobre el juicio intestamentario de su esposa. En él, se puede constatar que sus hijos reclamaban la propiedad de los tres departamentos de Coyoacán. El juicio concluyó y les permitió vender el departamento de Copilco 300. ¿Por qué entonces no pudieron modificar la propiedad de los dos departamentos de Odontología? The Wall Street Journal no mintió, sino que Andrés Manuel López Obrador logró salirse con la suya, hasta ahora.
AMLO vs The Wall Street Journal
El 10 de octubre de 2016, menos de un mes después de que The Wall Street Journal publicara el polémico artículo que exhibía las omisiones de López Obrador en su Tres de Tres, el ex Jefe de Gobierno inició un juicio por daño moral en contra del diario estadounidense. En el documento, publicado por el propio López Obrador, se señala que el artículo del periodista Juan Montes “difundió información notoriamente falsa al afirmar que el suscrito -López Obrador- había mentido en la Declaración -Tres de Tres-, cuando éste donó desde el año 2005 en favor de Andrés Manuel López Beltrán los Departamentos (lo que incluso consta en escritura pública)”.En otras palabras, lo que López Obrador alega en la demanda es que el diario estadounidense mentía al afirmar que AMLO había ocultado los dos departamentos ubicados en la calle de Odontología pues, desde 2005, Andrés Manuel habría donado dichos inmuebles a sus hijos.
El documento firmado por López Obrador ofrece como “prueba irrefutable” de lo anterior, la escritura pública número 22,441, firmada por el notario Adán Augusto López. ¿Quién es este hombre? Ni más menos que el actual candidato a gobernador de Tabasco por MORENA. Su hermana, Rosalinda López Hernández, quien también aspiró a ser gobernadora, es esposa de Rutilio Escandón, candidato de MORENA a gobernador de Chiapas. En otras palabras, el notario que “demostró” la inocencia de López Obrador carece por completo de independencia y es otra de las muchas personas que AMLO ha designado para competir por gubernaturas. ¿El documento notarial que Adán Augusto López preparó fue el costo pagado a cambio de una futura candidatura? ¿Por qué López Obrador y César Yáñez ocultaron que su notario era simpatizante de MORENA? De nueva cuenta, AMLO siendo juez y parte: “muestra” que es inocente con la ayuda de quienes trabajan para él.
El hecho de que un notario público, en este caso Adán Augusto López, haya emitido una escritura pública en la que se valida que López Obrador dona el total de sus propiedades a sus hijos, obliga a que todas las propiedades registren el cambio de propietario ante el Registro Público de la Propiedad. Es decir, el último paso para certificar que López Obrador deje de ser propietario de todos los inmuebles, no es la escritura del notario, sino la inscripción en el Registro, misma que hasta la fecha no se ha llevado a cabo. López Obrador lo puede seguir negando en los discursos, sin embargo, en los hechos continúa siendo propietario de los dos departamentos de Odontología.
La defensa de AMLO: Un tigre de papel
La defensa de López Obrador ante el artículo publicado por The Wall Street Journal estuvo a cargo de sus dos más cercanos y fieles escuderos: César Yáñez y Julio Scherer Ibarra. Yáñez se ocupó de la defensa ante los medios y la opinión pública, y Scherer se encargó de la batalla legal ante las autoridades, misma que fue suspendida antes de que fuera resuelta.El “tigre” que despertó el artículo de Juan Montes era en realidad un tigre de papel, basado, como se documenta, en simulaciones y engaños. Por si fuera poco, los encargados de su defensa están lejos de ser personajes íntegros y con la estatura moral que López Obrador pregona.
Cesar Yáñez ha sido vocero y consejero del candidato presidencial desde su campaña por la Jefatura de Gobierno en el 2000. Yáñez, un hombre tímido ante los reflectores, pero tirano tras bambalinas, saltó a la fama hasta octubre de 2016, cuando el periódico El Universal publicó una serie de audios en los que se exhibía a Yáñez negociando con autoridades del gobierno de Puebla para que ayudaran a Dulce Silva, su novia, a salir de la cárcel, pues había sido aprehendida por el delito de operaciones con recursos de procedencia ilícita. Yáñez confirmó la veracidad de las llamadas, sin embargo, argumentó que no se trataba de tráfico de influencias, pues Dulce Silva todavía seguía en la cárcel. López Obrador se negó a comentar sobre las acusaciones de tráfico de influencias en contra de su cercano colaborador.
Por otra parte, la defensa legal estuvo a cargo de Julio Scherer, consejero nacional de MORENA, coordinador territorial del partido y uno de los encargados de administrar el dinero que MORENA reunió para los damnificados por los terremotos de 2017. Aunque se mantiene alejado de los medios de comunicación, Scherer es uno de los principales operadores políticos y consejeros de López Obrador, encargado de acercarle el apoyo de personajes influyentes del medio político y empresarial.
Scherer fue exhibido por PejeLeaks los días 5 y 12 de marzo, cuando se descubrió que el cercano colaborador de Andrés Manuel recibió más de 25 millones de pesos de una red de empresas fantasma, con características similares a las del crimen organizado, que también hizo pagos millonarios a jugadores de futbol como Rafael Márquez y Guillermo Ochoa.
La “venta” a cercanos: El modus operandi
PejeLeaks ha documentado que Andrés Manuel López Obrador ha omitido, al menos, cuatro propiedades en su declaración Tres de Tres: dos departamentos ubicados en la delegación Benito Juárez, propiedad de Beatríz Gutiérrez Müller, su esposa; y dos más en la calle de Odontología, en la zona de Copilco, en la delegación Coyoacán.La historia de las cuatro propiedades confirma un claro modus operandi del candidato presidencial de MORENA: 1) Adquiere propiedades; 2) Cuando tiene la necesidad de transparentar su patrimonio, las dona o las “vende” para evitar que aparezcan como suyas; 3) La “venta” o donación se hace a personas de su círculo principal: ya sean sus hijos o sus operadores políticos más cercanos.
La transparencia no es el fuerte de Andrés Manuel López Obrador. ¿Cuántas propiedades le ha vendido a sus cercanos? ¿De qué tamaño es su patrimonio? López Obrador ocultó propiedades con la ayuda de quienes han trabajado para él, a quienes pagó con candidaturas y posiciones al interior de MORENA.
The Wall Street Journal no publicó información falsa. Andrés Manuel López Obrador efectivamente mintió al afirmar que ha donado todas sus propiedades a sus hijos. López Obrador le debe una disculpa al diario estadounidense y una explicación a todo México.
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