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contralinea.com.mxPeña, egresado del Opus Dei, aprendió derecho natural
Autor:
Álvaro Cepeda Neri *
I.En la revista El mundo del abogado publican una
entrevista a Enrique Peña, con su fotografía de medio cuerpo, su copete
disminuido y su sonrisa forzada; en ésta presume ser abogado y haber
desempeñado su función presidencial con “un enfoque jurídico”. Siempre
asistió a colegios, no a escuelas públicas. Culminando en una
universidad del Opus Dei, donde para su tesis copió otro trabajo y
aprendió sobre derecho natural; lo que demostró en los casi 6 años que
sólo fue inquilino de Los Pinos, producto del fraude electoral donde
participaron Televisa, Felipe Calderón, el Instituto Nacional Electoral,
el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación y hasta la
Suprema Corte de Justicia de la Nación. Y que ha dejado tras de sí un
desastre social por sus políticas del neoliberalismo económico, el
autoritarismo con el que tomó decisiones arbitrarias: sus “reformas
estructurales”, el nuevo aeropuerto, la destrucción de Petróleos
Mexicanos (con Emilio Lozoya y Odebrecht). Dejando en la pobreza a más
de 50 millones de mexicanos. Dice Peña que es abogado, pero sólo fue un
fallido y fracasado aprendiz del jusnaturalismo, tal vez válido para un
metafísico y religioso mundo utópico.
II. La entrevista debería estar en la sección “Leyes del estilo”, de la misma revista, sobre tendencias de la moda. Y es que Peña no es abogado ni político: es un presidente del montón. Y en las postrimerías de su mal sexenio solicita que lo “reconozcan”, cuando debería ser juzgado como un desgobernador que ha provocado ruina, indignación social y miseria, por su herencia de corrupción con los 17 priístas y panistas que saquearon los estados, y donde él es el factor común. Así que como no es jurista ni político ni administrador, su sexenio está repleto de los Ruiz Esparza, Miranda, Nuño, Videgaray, Robles, Coldwell. Y se autoadorna con sus “cinco principios” con los que asegura coordinó a sus empleados. Para nada menciona la honradez. Y dice que ya “todos” los presuntos culpables por la desaparición de los 43 estudiantes normalistas de Ayotzinapa están presos, lo cual no es una verdad ni política ni jurídica.
III. Y es que, como todos sus funcionarios, ya encontró la manera de no atender ningún reclamo; recibiendo con cara de palo a quienes le presentan informes como lo acaba de hacer la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, por medio de su presidente Luis Raúl González Pérez. Ambos se sonrieron gesto de “no pasa nada”. Y es que las recomendaciones de la CNDH tampoco producen nada. Todas las instancias de gobierno que las reciben, las archivan. Y despiden a dos que tres funcionarios menores por no acatar resoluciones definitivas de los amparos; pero no tocan a Peña. Las auditorías arrojan desfalcos de los desgobernadores. Los subsidios federales a las 31 entidades son para comprar votos del PRI, PAN y PRD. Y la Organización de las Naciones Unidas y otros organismos internacionales dictaminan que Peña y los desgobernadores permiten torturar para fabricar culpables… pero sigue sin pasar nada. Así que queda confirmado: del derecho positivo, Peña no sabe ni jota. Sarcástico, recibió en ceremonia –para que los acarreados le aplaudan– el informe de la CNDH, y por sexto año descaradamente dijo que pondrá cuidado en el respeto a los derechos humanos, de los que el muy cretino abiertamente se ha burlado.
cepedaneri@prodigy.net.mx
II. La entrevista debería estar en la sección “Leyes del estilo”, de la misma revista, sobre tendencias de la moda. Y es que Peña no es abogado ni político: es un presidente del montón. Y en las postrimerías de su mal sexenio solicita que lo “reconozcan”, cuando debería ser juzgado como un desgobernador que ha provocado ruina, indignación social y miseria, por su herencia de corrupción con los 17 priístas y panistas que saquearon los estados, y donde él es el factor común. Así que como no es jurista ni político ni administrador, su sexenio está repleto de los Ruiz Esparza, Miranda, Nuño, Videgaray, Robles, Coldwell. Y se autoadorna con sus “cinco principios” con los que asegura coordinó a sus empleados. Para nada menciona la honradez. Y dice que ya “todos” los presuntos culpables por la desaparición de los 43 estudiantes normalistas de Ayotzinapa están presos, lo cual no es una verdad ni política ni jurídica.
III. Y es que, como todos sus funcionarios, ya encontró la manera de no atender ningún reclamo; recibiendo con cara de palo a quienes le presentan informes como lo acaba de hacer la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, por medio de su presidente Luis Raúl González Pérez. Ambos se sonrieron gesto de “no pasa nada”. Y es que las recomendaciones de la CNDH tampoco producen nada. Todas las instancias de gobierno que las reciben, las archivan. Y despiden a dos que tres funcionarios menores por no acatar resoluciones definitivas de los amparos; pero no tocan a Peña. Las auditorías arrojan desfalcos de los desgobernadores. Los subsidios federales a las 31 entidades son para comprar votos del PRI, PAN y PRD. Y la Organización de las Naciones Unidas y otros organismos internacionales dictaminan que Peña y los desgobernadores permiten torturar para fabricar culpables… pero sigue sin pasar nada. Así que queda confirmado: del derecho positivo, Peña no sabe ni jota. Sarcástico, recibió en ceremonia –para que los acarreados le aplaudan– el informe de la CNDH, y por sexto año descaradamente dijo que pondrá cuidado en el respeto a los derechos humanos, de los que el muy cretino abiertamente se ha burlado.
cepedaneri@prodigy.net.mx
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