lunes, 17 de septiembre de 2018

AMLO sí es republicano y de liberalismo político


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AMLO sí es republicano y de liberalismo político 

 

 

Autor: Álvaro Cepeda Neri *

Prólogo Político
I. De lo que no hay duda es que López Obrador sí es republicano y militante del liberalismo político. Conoce la historia patria y ha fijado sus puntos de partida denominándolos como las tres transformaciones: con Hidalgo y Morelos (aunque no los menciona). A Juárez-Ramírez. A Madero-Cárdenas. O sea a las generaciones, desde el pueblo, de 1810-1814, 1854-1857 y 1910-1917 en cuyas etapas históricas se reafirmó al pueblo como sujeto de las grandes reformas o transformaciones, de las que seguimos viviendo a pesar de los Santa-anna o presidentes del montón, con sus contadas excepciones: Guadalupe Victoria, Guerrero, Bocanegra, Gómez Pedraza, Gómez Farías, Bravo, Anaya, Juan Álvarez, Comonfort, Lerdo de Tejada, Madero, Carranza, De la Huerta, Obregón, Elías Calles, Cárdenas. Algunos de ellos son el ejemplo de López Obrador. Sin duda alguna, Benito Juárez, su factor común, con cuyo retrato aparecía tras ser electo presidente. Y luego agregó a Madero y Cárdenas.
II. Ha mencionado a Ignacio Ramírez. Pero no al siervo de la Nación: Morelos. Se ha declarado luchador social, insistiendo en que no traicionará al pueblo, por lo que lo tachan de populista; en la mejor veta de esta corriente política de la democracia directa, donde se sustenta la democracia representativa y las manifestaciones populares ancladas en el liberalismo político. De ellos ha obtenido sus normas de conducta política, su pasión popular por el pueblo como aglutinante de individualidades indígenas, campesinas, obreras, pobres, etcétera, que constituyen la sociedad hasta una clase media diferenciada de la clase media alta, los ricos y los millonarios; para defender a aquéllos e intentar que los que tienen ventajas económicas contribuyan a la distribución de la riqueza para lograr la máxima igualdad económica, el ejercicio de todos los derechos y compartir las obligaciones vía el aumento de los salarios, educación gratuita y laica, atención de la salud, pensiones-donativos y becas para los de la tercera edad, jóvenes sin trabajo y oportunidades en la educación superior.
III. López Obrador ha demostrado sus férreas convicciones convertidas en principios, más que de honestidad, de honradez republicana y democrática. No hay dudas sobre su personalidad, que no ha de variar en el ejercicio del poder presidencial y su ascendencia política sobre el Congreso de la Unión, donde la pedacería de los partidos arrasados en las elecciones son el único contrapeso, mermado y desacreditado. Por eso es que AMLO debe balancear la división de los tres poderes, donde su calidad política ha de ser el fiel de la balanza para no perder el rumbo tripartito de los contrapoderes. Y administrar y gobernar desde el Ejecutivo Federal, sujetándose al pacto del federalismo para afianzar el Estado federal ante las tentaciones del Estado unitario y la centralización, con la Constitución como imperio de la ley. Así que, conocedor de las transformaciones de la historia nacional, AMLO ha de normar su conducta en ella para sus propósitos de cambio, no de sus raíces, sino de las ramas torcidas del árbol por la corrupción.
cepedaneri@prodigy.net.mx

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