La guerra en Afganistán está cerca de transformarse en el
conflicto bélico con más víctimas mortales a nivel mundial en 2018, por
delante de la de Siria.
“Con el alza del número de víctimas en Afganistán y el posible final de la guerra en Siria, puede que se convierta en la contienda más mortífera del mundo”, afirma John Walsh, analista del Instituto por la Paz de Estados Unidos (USIP).
En el mismo sentido, el país de Medio Oriente superará los 20 mil muertos en 2018, entre ellos los civiles, de acuerdo con la consultora del International Crisis Group (ICG).
“Todo indica que superará los 20 mil muertos en 2018, incluyendo a los civiles”, señala Graeme Smith, consultora de ICG.
En comparación, más de 15 mil personas, entre ellas 5 mil 300 civiles, murieron en Siria este año, según el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos (OSDH).
Las cifras del conflicto en Yemen tampoco alcanzan la cantidad de personas que murieron en Afganistán.
La agencia de derechos humanos de las Naciones Unidas revela que 6 mil 660 civiles murieron desde marzo de 2015 hasta el 23 de agosto de 2018 en Yemen.
Desde el año 2001, Afganistán se encuentra en un conflicto en el que una fuerza de coalición internacional liderada por Estados Unidos se enfrenta a grupos terroristas. A la par, estas células se confrontan por problemas religiosos y étnicos.
“Es una de las guerras más largas y crudas porque el conflicto es en diferentes frentes y planos. Hay una parte que tiene raíces religiosas y étnicas importantes”, explica Arlene Ramírez Uresti, doctora en relaciones internacionales.
Además, las cifras colocan a 2018 como el año con más muertes en Afganistán, después del récord de 19 mil 694 víctimas mortales contabilizadas en 2017 por el Uppsala Conflict Data Program (UCDP).
La ONU también revela cifras alarmantes sobre el país de Medio Oriente. El número de fallecidos civiles fue de 1 mil 692 personas en los primeros seis meses de este año, de acuerdo con el último informe de Naciones Unidas sobre el tema.
La Misión de Asistencia de las Naciones Unidas en Afganistán (UNAMA) señala que se trata de un incremento del 1 por ciento con respecto al mismo periodo el año pasado y la cifra más alta registrada en la última década.
La principal causa de los fallecimientos de civiles es por bombardeos que causaron 427 muertes y 986 heridos. El Estado Islámico estuvo detrás de un 52 por ciento de los letales ataques suicidas y grandes atentados, según el informe. Uno de los últimos actos violentos en que provocó fallecidos en Afganistán fue un atentado suicida contra un grupo de personas que protestaba en el este del país el martes pasado.
El ataque provocó la muerte 68 personas y otras 165 más resultaron heridas, declaró Attahullah Khogyani, vocero del gobernador de la provincia de Nangarhar.
El atentado del martes fue uno de los más letales en lo que va de año. En enero, los talibanes se atribuyeron un atentado suicida que mató a 103 personas en la capital, Kabul.
De acuerdo con consultoras y organizaciones, los militares estadounidenses y las agrupaciones terroristas son igualmente culpables del fallecimiento de ciudadanos.
“Estados Unidos duplicó sus ataques aéreos con relación al año pasado y las dos partes creen que la presión en el campo de batalla hace que sus adversarios estén más dispuestos a negociar”, menciona el informe de International Crisis Group.
En este sentido, Estados Unidos decidió en 2018 aumentar los medios militares al tiempo que aboga por una solución pacífica, según el secretario de Estado Mike Pompeo.
En este sentido, alrededor de 14 mil soldados estadounidenses apoyan a las fuerzas afganas.
Estados Unidos hoy sigue teniendo sus efectivos militares, pero finalmente no son para estabilizar a Afganistán, sino para combatir al Estado Islámico desde Afganistán”, señala Ramírez Uresti.
Oficialmente, el general John Nicholson, al frente hasta septiembre de las fuerzas de la OTAN en Afganistán, ve progresos hacia una solución, con oportunidades de paz.
“Afganistán sigue avanzando hacia la paz y la estabilidad con el apoyo de la comunidad internacional”, publicó Nichol- son en Twitter.
“Afganistán no representa ninguna moneda de cambio por la cual Trump estuviera interesado como para tener alguna política que salve a la población”, señala la doctora en relaciones internacionales.
La internacionalista explica que Afganistán aparece otra vez en las agendas políticas y en los medios de comunicación porque Estados Unidos quiere reactivar sus activos militares.
“Estados Unidos en el fondo quiere ganarle nuevamente el paso a los rusos en el aprovechamiento de Afganistán como un territorio coyuntural para el establecimiento de bases militares y para la reactivación de sus activos militares”, comenta Ramírez Uresti.
Ante la violencia de la guerra, no se descarta el aplazamiento de las primeras elecciones parlamentarias en Afganistán previstas para octubre.
“Con el alza del número de víctimas en Afganistán y el posible final de la guerra en Siria, puede que se convierta en la contienda más mortífera del mundo”, afirma John Walsh, analista del Instituto por la Paz de Estados Unidos (USIP).
En el mismo sentido, el país de Medio Oriente superará los 20 mil muertos en 2018, entre ellos los civiles, de acuerdo con la consultora del International Crisis Group (ICG).
“Todo indica que superará los 20 mil muertos en 2018, incluyendo a los civiles”, señala Graeme Smith, consultora de ICG.
En comparación, más de 15 mil personas, entre ellas 5 mil 300 civiles, murieron en Siria este año, según el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos (OSDH).
Las cifras del conflicto en Yemen tampoco alcanzan la cantidad de personas que murieron en Afganistán.
La agencia de derechos humanos de las Naciones Unidas revela que 6 mil 660 civiles murieron desde marzo de 2015 hasta el 23 de agosto de 2018 en Yemen.
Desde el año 2001, Afganistán se encuentra en un conflicto en el que una fuerza de coalición internacional liderada por Estados Unidos se enfrenta a grupos terroristas. A la par, estas células se confrontan por problemas religiosos y étnicos.
“Es una de las guerras más largas y crudas porque el conflicto es en diferentes frentes y planos. Hay una parte que tiene raíces religiosas y étnicas importantes”, explica Arlene Ramírez Uresti, doctora en relaciones internacionales.
Además, las cifras colocan a 2018 como el año con más muertes en Afganistán, después del récord de 19 mil 694 víctimas mortales contabilizadas en 2017 por el Uppsala Conflict Data Program (UCDP).
La ONU también revela cifras alarmantes sobre el país de Medio Oriente. El número de fallecidos civiles fue de 1 mil 692 personas en los primeros seis meses de este año, de acuerdo con el último informe de Naciones Unidas sobre el tema.
La Misión de Asistencia de las Naciones Unidas en Afganistán (UNAMA) señala que se trata de un incremento del 1 por ciento con respecto al mismo periodo el año pasado y la cifra más alta registrada en la última década.
La principal causa de los fallecimientos de civiles es por bombardeos que causaron 427 muertes y 986 heridos. El Estado Islámico estuvo detrás de un 52 por ciento de los letales ataques suicidas y grandes atentados, según el informe. Uno de los últimos actos violentos en que provocó fallecidos en Afganistán fue un atentado suicida contra un grupo de personas que protestaba en el este del país el martes pasado.
El ataque provocó la muerte 68 personas y otras 165 más resultaron heridas, declaró Attahullah Khogyani, vocero del gobernador de la provincia de Nangarhar.
El atentado del martes fue uno de los más letales en lo que va de año. En enero, los talibanes se atribuyeron un atentado suicida que mató a 103 personas en la capital, Kabul.
¿Por qué hay tantas víctimas mortales?
“La guerra ha provocado tantas víctimas mortales porque tiene mucho tiempo y los grupos más conservadores del islam, los más fundamentalistas que están asociados a las prácticas del Estado Islámico, no están de acuerdo en permitir la existencia pacífica de tribus árabes y otras prácticas islámicas menos conservadoras”En el mismo sentido, Michael Kugelman, investigador del centro de reflexión estadounidense Wilson Center, dice que el récord de víctimas se debe en parte a que el Estado Islámico acelera el ritmo de los ataques y contribuye mucho a la desestabilización de Afganistán.
- Arlene Ramírez Uresti
Doctora en relaciones internacionales
De acuerdo con consultoras y organizaciones, los militares estadounidenses y las agrupaciones terroristas son igualmente culpables del fallecimiento de ciudadanos.
“Estados Unidos duplicó sus ataques aéreos con relación al año pasado y las dos partes creen que la presión en el campo de batalla hace que sus adversarios estén más dispuestos a negociar”, menciona el informe de International Crisis Group.
En este sentido, Estados Unidos decidió en 2018 aumentar los medios militares al tiempo que aboga por una solución pacífica, según el secretario de Estado Mike Pompeo.
En este sentido, alrededor de 14 mil soldados estadounidenses apoyan a las fuerzas afganas.
Estados Unidos hoy sigue teniendo sus efectivos militares, pero finalmente no son para estabilizar a Afganistán, sino para combatir al Estado Islámico desde Afganistán”, señala Ramírez Uresti.
Oficialmente, el general John Nicholson, al frente hasta septiembre de las fuerzas de la OTAN en Afganistán, ve progresos hacia una solución, con oportunidades de paz.
“Afganistán sigue avanzando hacia la paz y la estabilidad con el apoyo de la comunidad internacional”, publicó Nichol- son en Twitter.
Trump no está interesado en el país
No obstante, Ramírez Uresti menciona que el presidente Donald Trump realmente no está interesado en apoyar a Afganistán para alcanzar la paz.“Afganistán no representa ninguna moneda de cambio por la cual Trump estuviera interesado como para tener alguna política que salve a la población”, señala la doctora en relaciones internacionales.
La internacionalista explica que Afganistán aparece otra vez en las agendas políticas y en los medios de comunicación porque Estados Unidos quiere reactivar sus activos militares.
“Estados Unidos en el fondo quiere ganarle nuevamente el paso a los rusos en el aprovechamiento de Afganistán como un territorio coyuntural para el establecimiento de bases militares y para la reactivación de sus activos militares”, comenta Ramírez Uresti.
Ante la violencia de la guerra, no se descarta el aplazamiento de las primeras elecciones parlamentarias en Afganistán previstas para octubre.
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