La posibilidad de fuertes quebrantos en el sistema financiero
internacional (riesgo sistémico) ha crecido de forma importante a lo
largo de 2018 impulsado por dos factores: (i) Serios problemas en las
finanzas públicas y/o inestabilidad política en importantes países
emergentes –tema tratado en la columna Tendencias Financieras Multiva
del 10 de septiembre de 2018— y (ii) La errática, pero agresiva
política proteccionista de los Estados Unidos, que comenzó por poner en
duda la viabilidad del bloque comercial de América del Norte y ahora
amenaza con desatar una catastrófica guerra comercial con China, sin
mencionar la posibilidad de otra guerra comercial contra la Comunidad
Económica Europea.
De acuerdo con los datos de la oficina del censo de los Estados Unidos, el intercambio comercial entre Estados Unidos y China, las dos economías más grandes del mundo, alcanzó 635 mil millones de dólares (mmd) en 2017.
En ese año China exportó a los Estados Unidos más de 505 mmd e importó de ese país apenas 130 mmd, por lo que el déficit comercial de los EU con China fue superior a US$ 375 mmd. En perspectiva, el déficit que Estados Unidos tuvo con México ese mismo año fue cercano a los 71 mdd, en un patrón comercial mucho más balanceado donde el volumen del intercambio comercial fue de 557 mdd.
Con la intención de corregir el déficit comercial con China, la administración Trump inició una espiral arancelaria que en poco tiempo ha alcanzado proporciones suficientes como para afectar la buena marcha del comercio mundial y generar alta volatilidad en los mercados de divisas y capitales.
• El 23 de marzo, Estados Unidos impuso aranceles globales de 25% y 10% a las importaciones de acero y aluminio —respectivamente—, que afectaron 3,000 mmd de exportaciones chinas. En respuesta, el 2 de abril, China aplicó aranceles a la importación de 128 productos estadunidenses por un monto similar de 3,000 mdd.
• El 5 de julio, la administración Trump anunció su intención de ampliar los aranceles a los productos chinos hasta por 50,000 mdd por robo de propiedad intelectual. El 6 de julio, Estados Unidos y China se aplicaron mutuamente aranceles por 36 mdd.
• El 10 de julio, el gobierno de EU anunció nuevamente su intención de gravar las importaciones de productos chinos con un impacto de hasta 200 mmd.
• En la primera semana de septiembre, Donald Trump amenazó con imponer nuevos aranceles a los productos chinos, esta vez por 267 mmd, adicionales a los 200 mmd anunciados en julio, en caso de no lograr avances en las negociaciones con ese país.
En esta escalada proteccionista, China ha mantenido una actitud prudente de consultas y quejas ante la Organización Mundial de Comercio y donde las respuestas arancelarias ante las medidas adoptadas por Estados Unidos han sido simétricas y limitadas. Es posible que el conflicto fluya hacia una solución similar a la encontrada por México y Estados Unidos en el entendimiento comercial anunciado el pasado 27 de agosto; es decir, con un deterioro respecto de la situación original, pero con el beneficio de evitar grandes males que, en el caso de estos dos gigantes económicos, tendrían repercusiones muy negativas para la economía mundial, entre las que destacan:
1. La contracción del comercio internacional con la consiguiente desarticulación de cadenas productivas y una fuerte desaceleración del crecimiento económico mundial.
2. Presiones inflacionarias en los países desarrollados por la elevación de sus costos de producción.
3. Presiones deflacionarias en los países en desarrollo por la caída en los precios de las materias primas que exportan.
4. La posibilidad de una crisis en los mercados internacionales de capital, pues el Banco de China es el principal financiador del abultado déficit fiscal estadunidense al adquirir los bonos del Tesoro de los Estados Unidos con los recursos generados por su superávit comercial.
Llama al 01-800-2262668 o síguenos en twitter: @bancomultiva o ingresa a www.multiva.com.mx
De acuerdo con los datos de la oficina del censo de los Estados Unidos, el intercambio comercial entre Estados Unidos y China, las dos economías más grandes del mundo, alcanzó 635 mil millones de dólares (mmd) en 2017.
En ese año China exportó a los Estados Unidos más de 505 mmd e importó de ese país apenas 130 mmd, por lo que el déficit comercial de los EU con China fue superior a US$ 375 mmd. En perspectiva, el déficit que Estados Unidos tuvo con México ese mismo año fue cercano a los 71 mdd, en un patrón comercial mucho más balanceado donde el volumen del intercambio comercial fue de 557 mdd.
Con la intención de corregir el déficit comercial con China, la administración Trump inició una espiral arancelaria que en poco tiempo ha alcanzado proporciones suficientes como para afectar la buena marcha del comercio mundial y generar alta volatilidad en los mercados de divisas y capitales.
• El 23 de marzo, Estados Unidos impuso aranceles globales de 25% y 10% a las importaciones de acero y aluminio —respectivamente—, que afectaron 3,000 mmd de exportaciones chinas. En respuesta, el 2 de abril, China aplicó aranceles a la importación de 128 productos estadunidenses por un monto similar de 3,000 mdd.
• El 5 de julio, la administración Trump anunció su intención de ampliar los aranceles a los productos chinos hasta por 50,000 mdd por robo de propiedad intelectual. El 6 de julio, Estados Unidos y China se aplicaron mutuamente aranceles por 36 mdd.
• El 10 de julio, el gobierno de EU anunció nuevamente su intención de gravar las importaciones de productos chinos con un impacto de hasta 200 mmd.
• En la primera semana de septiembre, Donald Trump amenazó con imponer nuevos aranceles a los productos chinos, esta vez por 267 mmd, adicionales a los 200 mmd anunciados en julio, en caso de no lograr avances en las negociaciones con ese país.
En esta escalada proteccionista, China ha mantenido una actitud prudente de consultas y quejas ante la Organización Mundial de Comercio y donde las respuestas arancelarias ante las medidas adoptadas por Estados Unidos han sido simétricas y limitadas. Es posible que el conflicto fluya hacia una solución similar a la encontrada por México y Estados Unidos en el entendimiento comercial anunciado el pasado 27 de agosto; es decir, con un deterioro respecto de la situación original, pero con el beneficio de evitar grandes males que, en el caso de estos dos gigantes económicos, tendrían repercusiones muy negativas para la economía mundial, entre las que destacan:
1. La contracción del comercio internacional con la consiguiente desarticulación de cadenas productivas y una fuerte desaceleración del crecimiento económico mundial.
2. Presiones inflacionarias en los países desarrollados por la elevación de sus costos de producción.
3. Presiones deflacionarias en los países en desarrollo por la caída en los precios de las materias primas que exportan.
4. La posibilidad de una crisis en los mercados internacionales de capital, pues el Banco de China es el principal financiador del abultado déficit fiscal estadunidense al adquirir los bonos del Tesoro de los Estados Unidos con los recursos generados por su superávit comercial.
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