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¿Ha cerrado Turquía la puerta para siempre al FMI?
Después de pagar sus deudas con el FMI en 2013, las
autoridades turcas han decidido no volver a recurrir a la asistencia de
la organización. Pero... ¿será Turquía capaz de mantener su palabra y no
acudir a la institución financiera en tiempos de crisis?
Expertos consultados por Sputnik comentaron los posibles desarrollos de la situación económica en Turquía, considerando la declaración de Recep Tayyip Erdogan, presidente del país, de que Ankara no planea volver a solicitar ayuda financiera al Fondo Monetario Internacional (FMI).
"Turquía cerró el capítulo del FMI para no volver a abrirlo", afirmó Erdogan el 7 de octubre, citado por la agencia turca Anadolu.
De acuerdo con el mandatario, el país está "lejos de necesitar" un nuevo préstamo del FMI.
Cuando el Partido de la Justicia y el Desarrollo (Adalet ve Kalkinma Partisi, AKP) llegó al poder en Turquía en 2002, la deuda de Ankara con el FMI era de 23.500 millones de dólares. En 2010, las autoridades turcas dejaron de tomar préstamos del ente y, en 2013, el país pagó la totalidad de su deuda con la institución de crédito internacional.
En una entrevista con Sputnik, el profesor Ercan Enc, vicepresidente del Partido Patriótico (Vatan Partisi) de Turquía, considera la decisión del presidente como algo positivo para el país.
"Ninguno de los programas propuestos por el FMI han podido ser implementados con éxito no solo Turquía, sino tampoco en otros países en desarrollo (...) Está claro que las recetas de asistencia ofrecidas por el FMI son ineficaces. Nuestro partido considera que la decisión de abandonar la interacción con esta estructura es oportuna y razonable", afirmó el vicepresidente del partido de ideología nacionalista y de izquierda.
Ercan Enc también subrayó que, al acudir al FMI en busca de ayuda, "Turquía reconocería su dependencia de Occidente y quedaría a su merced".
Por su parte, el economista Ergun Kaya, miembro del comité ejecutivo del Partido de la Felicidad (Saadet Partisi), considera que la actual política económica de las autoridades turcas hace que sea inevitable que el país termine necesitando préstamos del FMI.
"A lo largo de este año, Turquía debe pagar su deuda externa por un monto de 230.000 millones de dólares. Sin embargo, no observamos ninguna entrada de capital significativa en el país. Incluso para el simple mantenimiento de las actividades bancarias y del sector privado, tarde o temprano Turquía tendrá que pedir préstamos al FMI", afirmó el economista.
Kaya apuntó que la principal contradicción radica en la inconsistencia de las declaraciones de las autoridades turcas acerca del fin de la cooperación con el FMI y la realidad, ya que todo el sistema del país fue originalmente construido por el Gobierno del AKP de acuerdo con las políticas del FMI.
En una entrevista con Sputnik, el experto consideró que Turquía ha elegido su propio camino y ve la solución a la situación económica en el aumento de la inversión extranjera en el país y en la creación de lazos de confianza con las empresas extranjeras.
Según el experto, Turquía ya ha superado la crisis en su economía:
"Turquía se ha adaptado a la situación actual. La lira turca ya no continúa su declive, por el contrario, ya se ha fortalecido un poco. Por lo tanto, la estabilización es obvia y el mercado interno en Turquía opera sin ningún problema. No hay escasez de bienes. De manera general, la población no mira con pesimismo hacia el futuro de su país. Está absolutamente claro que los fenómenos de la crisis en la actualidad ya no representan un grave peligro para la economía del país", concluyó Fitin.
Expertos consultados por Sputnik comentaron los posibles desarrollos de la situación económica en Turquía, considerando la declaración de Recep Tayyip Erdogan, presidente del país, de que Ankara no planea volver a solicitar ayuda financiera al Fondo Monetario Internacional (FMI).
"Turquía cerró el capítulo del FMI para no volver a abrirlo", afirmó Erdogan el 7 de octubre, citado por la agencia turca Anadolu.
De acuerdo con el mandatario, el país está "lejos de necesitar" un nuevo préstamo del FMI.
Cuando el Partido de la Justicia y el Desarrollo (Adalet ve Kalkinma Partisi, AKP) llegó al poder en Turquía en 2002, la deuda de Ankara con el FMI era de 23.500 millones de dólares. En 2010, las autoridades turcas dejaron de tomar préstamos del ente y, en 2013, el país pagó la totalidad de su deuda con la institución de crédito internacional.
En una entrevista con Sputnik, el profesor Ercan Enc, vicepresidente del Partido Patriótico (Vatan Partisi) de Turquía, considera la decisión del presidente como algo positivo para el país.
"Ninguno de los programas propuestos por el FMI han podido ser implementados con éxito no solo Turquía, sino tampoco en otros países en desarrollo (...) Está claro que las recetas de asistencia ofrecidas por el FMI son ineficaces. Nuestro partido considera que la decisión de abandonar la interacción con esta estructura es oportuna y razonable", afirmó el vicepresidente del partido de ideología nacionalista y de izquierda.
Ercan Enc también subrayó que, al acudir al FMI en busca de ayuda, "Turquía reconocería su dependencia de Occidente y quedaría a su merced".
"Esto no traería al país nada más que problemas aún mayores, ya que pedir ayuda al FMI no es solo un paso económico, sino que también implica el cumplimiento de una serie de demandas políticas. Y esto sería el equivalente a que Turquía abriera la mano de su independencia. Es decir, nuestro país no solo haría concesiones, sino que, de hecho, quedaría a merced de Occidente", apuntó Enc."Turquía debe encontrar una salida a esta situación sin la ayuda de los países occidentales", subrayó el vicepresidente del Partido Patriótico.
Por su parte, el economista Ergun Kaya, miembro del comité ejecutivo del Partido de la Felicidad (Saadet Partisi), considera que la actual política económica de las autoridades turcas hace que sea inevitable que el país termine necesitando préstamos del FMI.
"A lo largo de este año, Turquía debe pagar su deuda externa por un monto de 230.000 millones de dólares. Sin embargo, no observamos ninguna entrada de capital significativa en el país. Incluso para el simple mantenimiento de las actividades bancarias y del sector privado, tarde o temprano Turquía tendrá que pedir préstamos al FMI", afirmó el economista.
Kaya apuntó que la principal contradicción radica en la inconsistencia de las declaraciones de las autoridades turcas acerca del fin de la cooperación con el FMI y la realidad, ya que todo el sistema del país fue originalmente construido por el Gobierno del AKP de acuerdo con las políticas del FMI.
"Por supuesto, nuestro partido no considera al FMI como la opción correcta en cuanto a sistema económico. Sin embargo, la posición en la que las autoridades, por un lado, ajustan los mecanismos existentes en la economía a los pedidos del FMI y, por otro lado, declaran que ya no interactuarán con esta estructura, genera una profunda contradicción y desconfianza en la sociedad. Inicialmente, no había necesidad de llevar a cabo una política con el FMI. Pero, desafortunadamente, desde 2001 y hasta la fecha, Turquía se ha adherido consistentemente a esta política", dijo Kaya a Sputnik.Desde el punto de vista del economista e internacionalista Vladímir Fitin, director del Centro para Oriente Medio y Próximo del Instituto de Estudios Estratégicos de Rusia, Turquía entiende que recurrir al FMI no sería el paso correcto y que ello no puede proporcionar una mejora en la situación económica del país.
En una entrevista con Sputnik, el experto consideró que Turquía ha elegido su propio camino y ve la solución a la situación económica en el aumento de la inversión extranjera en el país y en la creación de lazos de confianza con las empresas extranjeras.
"La práctica de trabajar con el FMI ha llevado a Turquía a concluir que una mayor cooperación con él no será conveniente y efectiva. Y lo principal ahora es apoyarse en sus propias fuerzas, y desarrollar la economía mediante la atracción de inversión extranjera", dijo Vladímir Fitin.El experto consideró, además, que debido al deterioro de las relaciones turco-estadounidenses, otra prioridad del país otomano es dejar de realizar transacciones comerciales en dólares.
Según el experto, Turquía ya ha superado la crisis en su economía:
"Turquía se ha adaptado a la situación actual. La lira turca ya no continúa su declive, por el contrario, ya se ha fortalecido un poco. Por lo tanto, la estabilización es obvia y el mercado interno en Turquía opera sin ningún problema. No hay escasez de bienes. De manera general, la población no mira con pesimismo hacia el futuro de su país. Está absolutamente claro que los fenómenos de la crisis en la actualidad ya no representan un grave peligro para la economía del país", concluyó Fitin.
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