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4 cosas extraordinarias del juicio al Chapo, considerado el mayor caso de drogas en la historia de EE.UU.
Gerardo Lissardy
BBC News Mundo, Nueva York
Cuando el mexicano Joaquín "el Chapo" Guzmán llegó a
Estados Unidos, las autoridades lo presentaron como "el criminal más
notorio de los tiempos modernos".
Y la magnitud de su juicio, que arranca este martes en Nueva York tras la selección del jurado, ciertamente parece encajar con esa definición.
Efectivamente, casi 22 meses después de haber sido extraditado por México, el futuro de Guzmán será definido, tal vez para siempre, en un proceso que solo puede calificarse de excepcional.
Los fiscales deberán probar más allá de una duda razonable que el acusado es el criminal que dicen que es: el líder del mayor cartel mundial de drogas que introdujo más de 150 toneladas de cocaína en el país usando una violencia despiadada.
Mientras que para Guzmán, quien tiene 61 años y se declara inocente, el reto es esquivar los 11 cargos que pesan en su contra o aguardar una condena que puede ser hasta de cadena perpetua.
El juez federal de la corte de Brooklyn que conducirá el juicio, Brian Cogan, advirtió la semana pasada que el caso en contra del presunto líder del cartel de Sinaloa "es cualquier cosa menos un procesamiento de drogas rutinario".
"El alcance internacional de la organización criminal alegada hace que sea un caso atípico incluso entre los mayores juicios de drogas hasta la fecha", indicó Cogan en una resolución.
Y en esto coinciden expertos como Daniel Richman, profesor de derecho en la universidad Columbia de Nueva York que fue fiscal federal y consultor de los departamentos de Justicia y Tesoro de EE.UU. en cuestiones criminales.
A continuación, cuatro facetas extraordinarias del juicio al Chapo en Nueva York, el que puede llegar a durar cuatro meses.
Y ahora pretenden confiscarle ese monto al Chapo, quien también está acusado de lavado de dinero.
Esa, sin embargo, va a ser una misión sumamente difícil incluso con un veredicto de culpabilidad, ya que hasta ahora se ignora dónde habría ido a parar esa fortuna.
Y algunos expertos consideran incluso que US$14.000 millones es un monto excesivo, que surge de estimaciones de ingresos por narcotráfico sin descontarle los costos operativos del cartel.
Por otro lado, EE.UU. ha invertido abundantes recursos durante más de una década para investigar las actividades de Guzmán.
Y, aunque se desconoce cuántos millones costará este juicio, hay quienes consideran que puede ser uno de los procesos más costosos que el país haya tenido jamás.
Al costo de la investigación se suma el de las medidas de seguridad adoptadas, dada la reputación de peligrosidad y los escapes de prisión protagonizados Guzmán en México, así como el costo de movilizar y proteger testigos, señala Richman.
"No sería sorprendente si este fuera uno de los casos más caros (de la historia de EE.UU.)", le dice a BBC Mundo.
Cientos de miles de páginas de documentos, fotografías y unas 117.000 grabaciones de audio son presentados por los fiscales, que también planeaban atribuirle a Guzmán participación en al menos 33 asesinatos.
En la última audiencia preliminar, sin embargo, el juez Cogan pidió al gobierno reducir la cifra de homicidios.
"Este es un caso de conspiración de drogas que involucra asesinatos. No dejaré que presenten un caso de conspiración de asesinato que involucre drogas", advirtió.
El magistrado también pareció molesto con un pedido de la defensa de aplazar nuevamente el juicio.
Los abogados privados de Guzmán, expertos en juicios de crimen organizado, aducían que los fiscales presentaron en la recta final 14.000 páginas nuevas de documentos y que les sería imposible revisarlas a tiempo.
Pero el juez Cogan respondió que la cantidad de documentos podría ser aún mayor en un juicio tan complejo y se negó a volver a postergar el inicio.
"Nadie va a estar tan preparado para este caso como le gustaría", dijo tras señalar que había estado recibiendo llamadas telefónicas de "pánico" tanto de la defensa como de la fiscalía.
Los especialistas advierten que, pese a la fama internacional de Guzmán, los fiscales tienen el reto de presentar pruebas admisibles y convincentes para asegurar su condena.
"Este caso tiene que ser juzgado en la corte y siempre hay desafíos cuando tienes un acusado muy bien representado y testigos que no claman por declarar", dice Richman.
Es un caso sin precedentes "en términos del número total de muertes que podemos conectar con el cartel de Sinaloa y la escala y alcance de su operación de narcóticos", señala Fritz Umbach, profesor asociado de historia en el colegio John Jay de justicia penal de la universidad neoyorquina CUNY.
Los fiscales han mantenido en reserva la identidad de decenas de potenciales testigos que prevén presentar durante el juicio, ante la sospecha de que podrían ser asesinados aunque estén en programas de protección o en unidades penitenciarias especiales.
El propio Guzmán, con dos antecedentes de escapes de cárceles mexicanas, ha estado recluido en una prisión de máxima seguridad en el sur de Manhattan, aislado en una celda 23 horas diarias.
Sin embargo, quizá durante el juicio al Chapo permanezca recluido en la misma corte donde se decidirá su suerte, para evitar repetir cada día los operativos de seguridad montados en audiencias previas para trasladarlo con caravanas de vehículos policiales y cierres del puente de Brooklyn.
Cada visita de Guzmán en la corte implica además el refuerzo de la seguridad en el edificio, con guardias armados hasta los dientes y detectores de metales al ingreso.
Y los 12 jurados que serán escogidos a partir de este lunes también tendrán su identidad bajo reserva y serán escoltados por alguaciles, medidas de protección ordenadas por el juez Cogan que solo se toman en casos especiales.
"El cartel tiene ramificaciones en todos lados y los jurados son de hecho vulnerables a la intimidación, así que no creo que el juez actúe de forma inapropiada", sostiene Umbach.
Al igual que en otros juicios, el jurado estará compuesto por ciudadanos comunes, seleccionados entre una lista inicial de cientos de potenciales miembros (que ya se redujo a decenas) en base a preguntas que incluyen temas raciales, de política de drogas y relaciones de seguridad entre EE.UU. y México.
"En algunos aspectos, este caso no tiene precedentes; la cantidad de atención pública ha sido extraordinaria", sostuvo el juez Cogan la semana pasada en una decisión sobre la reserva en que se escogerá el jurado.
"Basta decir que no hay muchos casos cuyas acusaciones se dramatizan en producciones populares de televisión y podcasts antes que el juicio haya siquiera comenzado", agregó.
Esto se debe a los delitos atribuidos al Chapo y al aura de todopoderoso que lo rodeó hasta que lo capturaron por tercera vez en enero de 2016, rastreado tras recibir a los actores Kate del Castillo y Sean Penn.
"No se trata simplemente de que sea un criminal o que la guerra contra las drogas sea un punto importante de disputa política", explica Umbach.
"(Guzmán) es un ícono de la cultura pop", le dice a BBC Mundo.
Y la magnitud de su juicio, que arranca este martes en Nueva York tras la selección del jurado, ciertamente parece encajar con esa definición.
Efectivamente, casi 22 meses después de haber sido extraditado por México, el futuro de Guzmán será definido, tal vez para siempre, en un proceso que solo puede calificarse de excepcional.
Los fiscales deberán probar más allá de una duda razonable que el acusado es el criminal que dicen que es: el líder del mayor cartel mundial de drogas que introdujo más de 150 toneladas de cocaína en el país usando una violencia despiadada.
Mientras que para Guzmán, quien tiene 61 años y se declara inocente, el reto es esquivar los 11 cargos que pesan en su contra o aguardar una condena que puede ser hasta de cadena perpetua.
El juez federal de la corte de Brooklyn que conducirá el juicio, Brian Cogan, advirtió la semana pasada que el caso en contra del presunto líder del cartel de Sinaloa "es cualquier cosa menos un procesamiento de drogas rutinario".
"El alcance internacional de la organización criminal alegada hace que sea un caso atípico incluso entre los mayores juicios de drogas hasta la fecha", indicó Cogan en una resolución.
Y en esto coinciden expertos como Daniel Richman, profesor de derecho en la universidad Columbia de Nueva York que fue fiscal federal y consultor de los departamentos de Justicia y Tesoro de EE.UU. en cuestiones criminales.
A continuación, cuatro facetas extraordinarias del juicio al Chapo en Nueva York, el que puede llegar a durar cuatro meses.
1. El dinero
Los fiscales de EE.UU. afirman que, como líder del cartel de Sinaloa, Guzmán condujo operaciones ilícitas de drogas entre 1989 y 2014 que le reportaron ganancias por US$14.000 millones.Y ahora pretenden confiscarle ese monto al Chapo, quien también está acusado de lavado de dinero.
Esa, sin embargo, va a ser una misión sumamente difícil incluso con un veredicto de culpabilidad, ya que hasta ahora se ignora dónde habría ido a parar esa fortuna.
Y algunos expertos consideran incluso que US$14.000 millones es un monto excesivo, que surge de estimaciones de ingresos por narcotráfico sin descontarle los costos operativos del cartel.
Por otro lado, EE.UU. ha invertido abundantes recursos durante más de una década para investigar las actividades de Guzmán.
Y, aunque se desconoce cuántos millones costará este juicio, hay quienes consideran que puede ser uno de los procesos más costosos que el país haya tenido jamás.
Al costo de la investigación se suma el de las medidas de seguridad adoptadas, dada la reputación de peligrosidad y los escapes de prisión protagonizados Guzmán en México, así como el costo de movilizar y proteger testigos, señala Richman.
"No sería sorprendente si este fuera uno de los casos más caros (de la historia de EE.UU.)", le dice a BBC Mundo.
2. La acusación
La acusación que presenta EE.UU. contra Guzmán también es colosal, aunque el mes pasado el gobierno haya bajado los cargos a 11 desde los 17 que anunció inicialmente.Cientos de miles de páginas de documentos, fotografías y unas 117.000 grabaciones de audio son presentados por los fiscales, que también planeaban atribuirle a Guzmán participación en al menos 33 asesinatos.
En la última audiencia preliminar, sin embargo, el juez Cogan pidió al gobierno reducir la cifra de homicidios.
"Este es un caso de conspiración de drogas que involucra asesinatos. No dejaré que presenten un caso de conspiración de asesinato que involucre drogas", advirtió.
El magistrado también pareció molesto con un pedido de la defensa de aplazar nuevamente el juicio.
Los abogados privados de Guzmán, expertos en juicios de crimen organizado, aducían que los fiscales presentaron en la recta final 14.000 páginas nuevas de documentos y que les sería imposible revisarlas a tiempo.
Pero el juez Cogan respondió que la cantidad de documentos podría ser aún mayor en un juicio tan complejo y se negó a volver a postergar el inicio.
"Nadie va a estar tan preparado para este caso como le gustaría", dijo tras señalar que había estado recibiendo llamadas telefónicas de "pánico" tanto de la defensa como de la fiscalía.
Los especialistas advierten que, pese a la fama internacional de Guzmán, los fiscales tienen el reto de presentar pruebas admisibles y convincentes para asegurar su condena.
"Este caso tiene que ser juzgado en la corte y siempre hay desafíos cuando tienes un acusado muy bien representado y testigos que no claman por declarar", dice Richman.
3. La seguridad
También son excepcionales las medidas de seguridad adoptadas para el juicio del Chapo, considerado por especialistas el mayor caso de drogas en la historia de EE.UU.Es un caso sin precedentes "en términos del número total de muertes que podemos conectar con el cartel de Sinaloa y la escala y alcance de su operación de narcóticos", señala Fritz Umbach, profesor asociado de historia en el colegio John Jay de justicia penal de la universidad neoyorquina CUNY.
Los fiscales han mantenido en reserva la identidad de decenas de potenciales testigos que prevén presentar durante el juicio, ante la sospecha de que podrían ser asesinados aunque estén en programas de protección o en unidades penitenciarias especiales.
El propio Guzmán, con dos antecedentes de escapes de cárceles mexicanas, ha estado recluido en una prisión de máxima seguridad en el sur de Manhattan, aislado en una celda 23 horas diarias.
Sin embargo, quizá durante el juicio al Chapo permanezca recluido en la misma corte donde se decidirá su suerte, para evitar repetir cada día los operativos de seguridad montados en audiencias previas para trasladarlo con caravanas de vehículos policiales y cierres del puente de Brooklyn.
Cada visita de Guzmán en la corte implica además el refuerzo de la seguridad en el edificio, con guardias armados hasta los dientes y detectores de metales al ingreso.
Y los 12 jurados que serán escogidos a partir de este lunes también tendrán su identidad bajo reserva y serán escoltados por alguaciles, medidas de protección ordenadas por el juez Cogan que solo se toman en casos especiales.
"El cartel tiene ramificaciones en todos lados y los jurados son de hecho vulnerables a la intimidación, así que no creo que el juez actúe de forma inapropiada", sostiene Umbach.
Al igual que en otros juicios, el jurado estará compuesto por ciudadanos comunes, seleccionados entre una lista inicial de cientos de potenciales miembros (que ya se redujo a decenas) en base a preguntas que incluyen temas raciales, de política de drogas y relaciones de seguridad entre EE.UU. y México.
4. La atención pública
El juicio a Guzmán ha despertado además un interés fuera de lo común."En algunos aspectos, este caso no tiene precedentes; la cantidad de atención pública ha sido extraordinaria", sostuvo el juez Cogan la semana pasada en una decisión sobre la reserva en que se escogerá el jurado.
"Basta decir que no hay muchos casos cuyas acusaciones se dramatizan en producciones populares de televisión y podcasts antes que el juicio haya siquiera comenzado", agregó.
Esto se debe a los delitos atribuidos al Chapo y al aura de todopoderoso que lo rodeó hasta que lo capturaron por tercera vez en enero de 2016, rastreado tras recibir a los actores Kate del Castillo y Sean Penn.
"No se trata simplemente de que sea un criminal o que la guerra contra las drogas sea un punto importante de disputa política", explica Umbach.
"(Guzmán) es un ícono de la cultura pop", le dice a BBC Mundo.
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