I. La “aplanadora” legislativa del Congreso de la Unión
–integrada por los diputados y senadores del partido lópezobradorista
Movimiento Regeneración Nacional, que trabaja bajo la divisa de “juntos
haremos historia”– ha estado aprobando las leyes, reformas a la
Constitución (que sin problema se completarán con la aprobación en las
legislaturas de los estados, ya que ahí también son “aplanadora”) y
demás decretos, para establecer ingresos y egresos de los presupuestos
federales. Buscan de esta manera ahorrar dinero para los gastos e
inversiones que ha estado anunciando el presidente electo Andrés Manuel
López Obrador, así como para sus programas sociales que apoyarán a
estudiantes, a mexicanos de la tercera edad que carecen de pensiones o
jubilaciones o que incluso teniéndolas son insuficientes para su
bienestar. Fue, originalmente, en 1909-1910 –nos informa en su trabajo
de investigación y opinión Andreu Missé, en El País, 16 de
octubre de 2018)–, cuando en Gran Bretaña el entonces ministro de
Hacienda David Lloyd George lo estableció, llamándolo “presupuesto del
pueblo”, poniendo las bases de lo que se empezó a llamar Estado de
bienestar.
II. Ahora, López Obrador y sus legisladores hasta crearán una secretaría de Bienestar, eliminando a la de Desarrollo Social. Como dice la sobada frase: “no hay nada nuevo bajo el sol”: aunque hay quienes, como Heinrich Pleticha y cinco autores más, afirman lo contrario en su libro Todo es nuevo bajo el sol, editorial Espasa-Calpe, con traducción del alemán al español de Manuel Vázquez. El caso es que como los morenistas dominan ampliamente las dos Cámaras del Congreso, hacen y deshacen legislativamente. Y han aprobado leyes al por mayor para los fines económicos de López Obrador. Aseguran que tienen “tela de dónde cortar” para obtener recursos que financien los gastos que exigen las promesas al pueblo. No sobran las dudas y ya han estado criticando cuanto el tabasqueño implica en su “no les voy a fallar”. Pues echará a la calle a no menos de 500 mil burócratas de confianza con lo cual habrá más desempleo formal, sumando a los que se están jubilando por la amenaza de que les rebajarán su salario.
III. Empero, López Obrador y sus morenistas no quitan el dedo del renglón y consideran que tendrán los recursos necesarios para sus planes de política económica de carácter social. Si las sumas y restas les cuadran, entonces éste será el sexenio del populismo del bienestar. Así que, el “presupuesto del pueblo” lópezobradorista está en marcha con las ayudas económicas que serán entregadas sin intermediarios para sacarle la vuelta a la corrupción, como la que existió en la Sedesol de Enrique Peña y Rosario Robles, a quien, en su comparecencia, la acusaron de corruptísima. López Obrador estrenará el “presupuesto del pueblo” –copia del británico– a partir de su toma de posesión, tras jurar que respetará y hará respetar una Constitución en vísperas de tener reformas a modo. La cuestión ahora es si realmente el bienestar será en provecho del pueblo. Pues éste deberá utilizar la ayuda para resolver sus problemas largamente olvidados.
cepedaneri@prodigy.net.mx
II. Ahora, López Obrador y sus legisladores hasta crearán una secretaría de Bienestar, eliminando a la de Desarrollo Social. Como dice la sobada frase: “no hay nada nuevo bajo el sol”: aunque hay quienes, como Heinrich Pleticha y cinco autores más, afirman lo contrario en su libro Todo es nuevo bajo el sol, editorial Espasa-Calpe, con traducción del alemán al español de Manuel Vázquez. El caso es que como los morenistas dominan ampliamente las dos Cámaras del Congreso, hacen y deshacen legislativamente. Y han aprobado leyes al por mayor para los fines económicos de López Obrador. Aseguran que tienen “tela de dónde cortar” para obtener recursos que financien los gastos que exigen las promesas al pueblo. No sobran las dudas y ya han estado criticando cuanto el tabasqueño implica en su “no les voy a fallar”. Pues echará a la calle a no menos de 500 mil burócratas de confianza con lo cual habrá más desempleo formal, sumando a los que se están jubilando por la amenaza de que les rebajarán su salario.
III. Empero, López Obrador y sus morenistas no quitan el dedo del renglón y consideran que tendrán los recursos necesarios para sus planes de política económica de carácter social. Si las sumas y restas les cuadran, entonces éste será el sexenio del populismo del bienestar. Así que, el “presupuesto del pueblo” lópezobradorista está en marcha con las ayudas económicas que serán entregadas sin intermediarios para sacarle la vuelta a la corrupción, como la que existió en la Sedesol de Enrique Peña y Rosario Robles, a quien, en su comparecencia, la acusaron de corruptísima. López Obrador estrenará el “presupuesto del pueblo” –copia del británico– a partir de su toma de posesión, tras jurar que respetará y hará respetar una Constitución en vísperas de tener reformas a modo. La cuestión ahora es si realmente el bienestar será en provecho del pueblo. Pues éste deberá utilizar la ayuda para resolver sus problemas largamente olvidados.
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