sábado, 4 de enero de 2020

Una victoria de la Francia que quería la paz


voltairenet.org

Una victoria de la Francia que quería la paz



Este artículo es parte del libro De la impostura del 11 de septiembre a ‎Donald ‎Trump. ‎Ante nuestra ‎mirada, la gran farsa de las primaveras árabes.‎


JPEG - 34.3 KB
Claude Gueant (al micrófono) defendió una visión de Francia como ente de paz. Pero ‎Alain Juppé (sentado a la derecha) representó al partido de la guerra. La opinión pública ‎francesa no lo supo. Esta última, ve a Gueant como un alto funcionario de mano dura y a ‎Juppé como un político brillante. Años después, la opinión pública francesa ‎tampoco reacciona cuando Gueant es condenado a prisión mientras que Juppé, colmado de ‎honores, entra al Consejo Constitucional.‎

24- Siria: la guerra de cuarta generación


El 5 de septiembre de 2011, el presidente francés Nicolas Sarkozy recibe en el palacio del Elíseo ‎al patriarca maronita Bechara Rai. Y le explica sin rodeos que los países de la OTAN van a poner ‎a la Hermandad Musulmana en el poder en Damasco pero que los católicos y los maronitas ‎de Siria, y probablemente también los del Líbano, serán bien recibidos en Francia y que ‎el senador Adrien Gouteyron está examinando las condiciones para acogerlos [1]. Los ortodoxos ‎serán pasados a cuchillo. El patriarca Bechara Rai reacciona indignado ante la proposición, pero ‎finalmente acepta lo que Sarkozy le presenta como inevitable [2]. ‎
En Siria, Estados Unidos pone a prueba una nueva estrategia, que consiste en invertir los papeles y ‎utilizar contra la República Árabe Siria los métodos que los movimientos de resistencia utilizan ‎habitualmente contra el Imperio, pero agrega un factor fundamental que ciertamente no está en ‎manos de quienes resisten frente al imperialismo: el poderío de los medios de difusión ‎estadounidenses. Es este el principio básico de la «guerra de cuarta generación» (4GW): intervenir ‎poco pero dando la impresión de estar en todas partes. ‎

JPEG - 26.6 KB
El 5 de septiembre de 2011, el presidente francés Nicolas Sarkozy recibe ‎en París a monseñor Bechara Rai, Patriarca maronita de Antioquía y de Todo el Oriente. ‎El prelado, que llega a París creyendo en un inquebrantable apoyo de Francia, sufrirá una amarga decepcion.
En Siria, Estados Unidos pone a prueba una nueva estrategia, que consiste en invertir los papeles y ‎utilizar contra la República Árabe Siria los métodos que los movimientos de resistencia utilizan ‎habitualmente contra el Imperio, pero con el control de un factor fundamental que ciertamente ‎no está en manos de quienes resisten frente al imperialismo: el poderío de los medios de ‎difusión estadounidenses. Es este el principio básico de la «guerra de cuarta generación» ‎‎(4GW): intervenir poco pero dando la impresión de estar en todas partes [3]. ‎
Siguiendo esa línea, los miembros de la alianza atlántica utilizarán sólo pequeños grupos de ‎fuerzas especiales, extremadamente móviles, que actuarán con colaboradores sirios para sembrar ‎la confusión, realizando 3 tipos de operaciones:‎
- acciones contra símbolos del Estado, por ejemplo contra las estatuas de Hafez al-Assad, el ‎fundador de la Siria moderna y padre del actual presidente;‎
- sabotajes, como el descarrilamiento de trenes o la destrucción de centrales eléctricas;‎
- asesinatos al azar, para aparentar que existe un conflicto generalizado. ‎

JPEG - 29.9 KB
En uniforme, junto a Laurent Fabius, el inamovible general Benoit Puga comenzó su carrera ‎como paracaidista participando en la toma de Kolwezi, en 1978, y sólo sueña con aventuras ‎coloniales. Fue jefe del estado mayor particular del presidente Nicolas Sarkozy (de derecha) y ‎de su sucesor Francois Hollande (del Partido Socialista). Hoy es Grand Chancelier de la Orden ‎de la Legión de Honor.‎
Como el ejército francés es muy “reservado” en cuanto a esos métodos, el presidente Sarkozy ‎confía la dirección de las operaciones al jefe de su estado mayor personal, el general Benoit ‎Puga. Este militar fue sucesivamente jefe del Mando de Operaciones Especiales (COS, siglas ‎en francés) y de la Inteligencia Militar. Nacido en una familia de militares de extrema derecha ‎‎(su padre participó en el putsch de Argel), el general Puga es un católico partidario de la ‎colonización y seguidor de monseñor Lefevre –quien fue obispo de Dakar, la capital de Senegal. ‎Como oficial de paracaidistas, el general Puga participó en numerosas operaciones coloniales ‎en África y Líbano. También fue consejero militar del ex primer ministro sueco Carl Bildt cuando ‎este último estuvo a cargo de la administración de Kosovo, al final de la guerra, y cuando ‎se convirtió en administrador de Bosnia-Herzegovina. El general Puga supervisó además ‎la construcción de la extensión del muro de separación entre Israel y Egipto [4]. Su incuestionable coraje le garantiza gran ‎autoridad sobre los responsables políticos para quienes trabaja. Puga recurre a varios soldados de ‎la Legión Extranjera y del COS y los envía a operar en el terreno directamente bajo sus órdenes. ‎
Resulta imposible saber con precisión dónde estuvieron las fuerzas francesas al principio de ‎la guerra. Lo que se sabe es que el Ejército Árabe Sirio hizo prisioneros a 19 soldados franceses ‎durante el mandato presidencial de Sarkozy y que al menos un número similar murieron ‎en Siria. A sus familias, si la tienen, se les informará sólo que su ser querido resultó «muerto ‎en misión», sin precisar en qué país ni ofrecer más detalles [5]. ‎
JPEG - 46.9 KB
El 12 de octubre de 2011, en una manifestación multitudinaria realizada ‎en Damasco, el pueblo sirio expresa su agradecimiento a Rusia y China. Al recurrir al veto en ‎el Consejo de Seguridad de la ONU, Moscú y Pekín acaban de interrumpir la agresión occidental contra Siria.
En el Consejo de Seguridad de la ONU, Rusia y China vetan el proyecto de intervención militar ‎de Occidente contra Siria [6]. Una gigantesca ‎multitud, probablemente un millón de personas, sale a las calles en Damasco en agradecimiento ‎a Moscú y Pekín y como muestra de apoyo popular al presidente Bachar al-Assad [7]. ‎La Liga Árabe, bajo la presidencia de Qatar, despliega en Siria una misión de observación que ‎comprueba la falsedad de las informaciones propaladas por la prensa occidental y da la razón a ‎la República Árabe Siria [8]. Por consiguiente ya no habrá respaldo regional, ni marco legal para ‎montar una injerencia como la que se había orquestado contra Libia.‎

JPEG - 34.2 KB
Hillary Clinton, secretaria de Estado de Estados Unidos, organiza en Túnez ‎la primera conferencia de los “Amigos de Siria”. Allí arremete contra China y Rusia, ‎acusándolas de obstaculizar “las aspiraciones del pueblo sirio”.

Ante esa situación, las potencias occidentales deciden jugarse el todo por el todo. Washington ‎reúne unos 60 países para crear una alianza, designada como los «Amigos de Siria». Invitadas a ‎la reunión, Rusia y China descubren que el orden del día no les permitirá expresar ‎sus posiciones. Los participantes tendrán que aprobar un documento cuyo contenido ‎no conocen previamente y que sólo les será comunicado durante el transcurso del encuentro. ‎Moscú y Pekín boicotean la reunión, que se realiza en Túnez y es inaugurada por el presidente ‎de ese país, Moncef Marzouki. Las manifestaciones de protesta del pueblo tunecino incluso ‎retrasan la apertura de la conferencia. A pesar de su imagen cuidadosamente fabricada de ‎personalidad laica de izquierda, Marzouki en realidad sirve desde hace mucho tiempo ‎de fachada a la Hermandad Musulmana. Pronuncia, un discurso invitando al presidente sirio ‎Bachar al-Assad a huir del país que dirige y a Rusia a concederle asilo político para que ‎la Hermandad Musulmana pueda instalarse en el poder en Damasco. Al hacer uso de la palabra ‎en nombre de Francia, Alain Juppé lanza un llamado a la adopción de sanciones contra la ‎‎«dictadura alauita» [9]. ‎Por su parte, la secretaria de Estado Hillary Clinton anuncia que las potencias occidentales van a ‎cerrar sus embajadas en Damasco [10]. ‎
Todo este show es revelador de una serie de engaños:‎
- Primero que todo, los occidentales aún no han entendido la razón del apoyo de Rusia a Siria. ‎Creen que es una simple cuestión de fidelidad a un ex aliado de la era soviética y siguen ‎abrigando la esperanza de “convencer” a Moscú de que se una a ellos poniéndose «del lado ‎correcto de la Historia».
- Además, víctimas de su propia propaganda, los occidentales siguen afirmando que Siria es una ‎dictadura impuesta por la secta de los alauitas. La realidad es que, aunque la autoridad del presidente Assad se ejerce plenamente sobre las fuerzas armadas, muchos altos funcionarios ‎civiles hacen lo que quieren en vez de obedecer las órdenes del presidente. Además, la República ‎Árabe Siria no es de carácter confesional. Es una República laica fundada por el partido Baas, que ‎durante mucho tiempo controló todos sus mecanismos. Esta formación política lucha por ‎la unidad del Pueblo árabe en nombre de los principios de la Revolución Francesa. Lo peor que ‎podría decirse de Siria es que se trata de un Estado que vive, desde 1948, en una situación ‎permanente de guerra frente a un vecino expansionista –Israel– y que dispone por ello de un ‎régimen militarizado y ampliamente controlado por el Baas, que es un partido laico.
- Finalmente, al someterse al movimiento iniciado por Hillary Clinton y cerrar sus embajadas ‎en Damasco, los «Amigos de Siria» se privan de las vías legales que pudieran permitirles ‎verificar la información que creen poseer sobre Siria. En lo adelante, sólo Estados Unidos y el ‎Reino Unido dispondrán de un gran sistema común de espionaje a través de satélites (los ‎‎«Cinco Ojos») que les permite distinguir entre lo cierto y lo falso. ‎
El papel de las autoridades francesas será limitado. En todo caso, está demostrado que, desde el ‎principio, Francia dirigió la brigada yihadista Omar al-Faruq, en Homs y durante el ataque ‎contra Maalula, la primera ciudad cristiana de la historia. ‎

JPEG - 34.4 KB
Creyéndose intocable, el francés Gilles Jacquier (a la derecha), ‎simultáneamente periodista de la televisora France2 y agente del Mossad israelí y de la DGSE ‎francesa, muere por error bajo el fuego de morteros de los yihadistas con los que acababa de reunirse.
El 11 de enero de 2012, Gilles Jacquier, periodista de la televisión francesa France2, quien también ‎trabajaba simultáneamente para la DGSE francesa y el Mossad israelí, resulta muerto por un obús ‎de mortero en la ciudad siria de Homs. Gilles Jacquier debía ponerse en contacto con la “Brigada ‎Omar al-Faruq”. Primero, había pedido a los sirios que lo “incrustaran” en el Ejército Árabe Sirio ‎y poder seguir a los generales Maher al-Assad y Wajih Mahmud –los servicios de espionaje ‎de Occidente querían recoger información sobre estos dos militares sirios. Al llegar a Damasco, ‎lo primero que hace Jacquier es presentarse en un hotel que los servicios de seguridad de Siria ‎ya conocen como lugar de reunión de la Hermandad Musulmana con sus padrinos occidentales. ‎Cuando se le invita a reunirse con familias de víctimas de los yihadistas y con dirigentes de la ‎oposición política interna, Jacquier acusa a esas personas de «hacer propaganda para ‎el régimen». Posteriormente rechaza una escolta gubernamental y se va solo a Homs, ‎convencido de no tener nada que temer de parte de los “revolucionarios”. Pero, al encontrarse ‎en el barrio alauita, diariamente bombardeado por los yihadistas al anochecer, Jacquier muere ‎alcanzado por un obús, como tantos sirios [11]. ‎

JPEG - 46.2 KB
Alain Juppé se presenta ante el Consejo de Seguridad de la ONU para ‎denunciar el asesinato del periodista francés Gilles Jacquier como un crimen del “régimen de ‎Bachar al-Assad”. Al hacer uso de la palabra, el subconsciente lo traiciona y deja ver que el ‎‎“periodista” Jacquier era un agente secreto que cumplía una misión.
La DGSE (Dirección General de la Seguridad Exterior, la inteligencia exterior de Francia) trata de ‎atribuir la muerte de Jacquier a un «complot del régimen». El ministro de Exteriores Alain ‎Juppé viaja a Nueva York donde, al intervenir ante el Consejo de Seguridad de la ONU, rinde ‎homenaje «a la memoria de Gilles Jacquier, el periodista francés muerto en el ejercicio de ‎sus funciones». Juppé comete así un lapsus muy significativo ya que, en Francia, ‎esa formulación [en francés, “mort dans l’exercice de ses fonctions”] se utiliza únicamente ‎para los funcionarios que pierden la vida durante una misión, nunca para los periodistas, ‎ni siquiera tratándose de empleados de un medio de prensa estatal. ‎
Francia participa también, junto al ejército de Turquía, en la dirección de los yihadistas que ‎atacan dos veces la pequeña ciudad siria de Maalula, símbolo del cristianismo primitivo. ‎Los yihadistas destruyen la estatua de la Virgen, erigida en la montaña que domina la ciudad, y ‎saquean tanto las reliquias de Santa Tecla –considerada «el décimo tercer apóstol»– como ‎los monasterios de San Sergio y San Baco, la única pareja homosexual canonizada por la Iglesia ‎católica. Varios soldados franceses mueren en combate en la vecina aldea de Sanayeh.‎
La Brigada Omar al-Faruq impone su ley en la gobernación de Homs. Coincidiendo con lo que ‎el presidente francés Nicolas Sarkozy había anunciado al patriarca maronita libanés, ‎los predicadores que acompañan a los yihadistas anuncian con altoparlantes que los cristianos ‎tendrán que pagar el impuesto establecido para los infieles y que tendrán unos pocos días ‎de plazo para irse o ser pasados a cuchillo. Desde los tiempos del plan Beaudecourt, ‎en 1848, ha sido una constante la voluntad de Francia y de Turquía –que en aquella época ‎era otomana– de desplazar a los cristianos católicos y maronitas –fieles a Roma– y exterminar ‎a los ortodoxos. ‎
Las fuerzas especiales francesas acaban asumiendo la dirección de los takfiristas –una rama de ‎la Hermandad Musulmana– que se atrincheran en Baba Amro, un pequeño barrio de la ciudad ‎de Homs, y proclaman allí un emirato islámico. Según estos individuos, los musulmanes que ‎no siguen la doctrina de la Hermandad Musulmana deben ser excluidos del islam, condenados ‎a muerte y ejecutados en público [12]. Durante la guerra en Irak, predicadores takfiristas recorrieron las zonas rurales ‎sirias realizando una labor de proselitismo que les aportó cierta cantidad de adeptos. En algunas ‎regiones sirias, el medio rural no está organizado en forma de aldeas sino como ‎granjas aisladas y nadie notó la cantidad de adeptos que tenían los takfiristas, unos ‎‎2 000 hombres en total. Esa cifra aumentó con el reclutamiento de un millar de delincuentes ‎comunes, pagados con dinero contante y sonante. El objetivo de los takfiristas era convertir ‎el emirato islámico creado en Baba Amro en punto de partida de la conquista de toda Siria. ‎Es en ese contexto cuando, por segunda vez, Rusia y China recurren al veto en el Consejo ‎de Seguridad de la ONU, en contra de un proyecto de intervención militar de la OTAN. ‎
El Emirato Islámico de Baba Amro llega a ser estable porque el Ejército Árabe Sirio tiene que ‎limitarse a cercar el barrio donde se han atrincherado los yihadistas. Una unidad de ‎‎70 soldados sirios había quedado aislada dentro de Baba Amro, en un supermercado. ‎Resulta por tanto imposible bombardear a los yihadistas sin correr el riesgo de matar a esos ‎soldados del ejército regular sirio. Tampoco es posible penetrar en Baba Amro ya que todas ‎las vías de acceso están protegidas por baterías de misiles antitanque Milan –cada dispositivo ‎de lanzamiento de misiles Milan cuesta 100 000 euros y cada disparo cuesta 12 000 euros–, ‎baterías instaladas por las fuerzas especiales francesas, y por baterías de 9K115 Metis-M, de ‎fabricación soviética [13]. La única ‎posibilidad de salvar a los soldados cercados es tratar de avanzar casa por casa, evitando ‎exponerse al fuego enemigo en las calles. El pequeño Emirato Islámico de Baba Amro recibe ‎alimentos y municiones a través de una extensa red de túneles construidos previamente, ‎utilizando el alcantarillado, como parte de los preparativos para esta guerra. ‎
France24, la televisión informativa internacional de Francia, y Al-Jazeera tienen en Baba Amro ‎corresponsales asalariados, como el joven Abu Saleh. Este “informa” al mundo sobre ‎bombardeos cotidianos contra el barrio cercado. Pero la realidad es muy diferente. ‎Las explosiones que se oyen en sus videos provienen de las casas de los cristianos y de ‎los partidarios del gobierno sirio dinamitadas por los yihadistas. El humo negro que se ve en ‎las imágenes se obtiene quemando neumáticos de vehículos en los techos de las casas. ‎Los heridos son personas maquilladas y pagadas. El show está tan bien montado y corresponde ‎tan fielmente a lo que afirman las potencias occidentales que todo el mundo cree que el barrio ‎de Baba Amro está siendo salvajemente bombardeado… hasta que un periodista británico filma a ‎Abu Saleh durante la dirección del espectáculo. ‎
‎‎ ‎Grabación (en inglés) de la espera de Abu Saleh antes de su “reporte” en vivo para la ‎televisión qatarí Al-Jazeera.
La República Árabe Siria teme que el asedio de Baba Amro termine en un baño de sangre, como ‎sucedió durante el golpe de Estado de la Hermandad Musulmana, en 1982. El general sirio ‎Assef Chawkat se pone en contacto con el ministro francés del Interior, Claude Gueant, ‎contrario a la guerra contra Siria, quien ya se había opuesto antes a la guerra contra Libia. ‎El general sirio y el ministro francés del Interior llegan a un pacto de caballeros. Los oficiales ‎franceses cercados en Baba Amro podrán salir del barrio libremente, pero los takfiristas sirios ‎tendrán que rendirse. Gueant envía un brillante oficial de la Dirección Central de la Inteligencia ‎Interna (DCRI, siglas en francés), que después de haber trabajado en la embajada de Francia ‎en Damasco se hallaba estacionado en Jordania. El encargado de recibir en Siria al emisario ‎francés será precisamente Michel Kassoua, injustamente declarado en Francia personna ‎non grata en 1982. ‎

JPEG - 31.6 KB
Claude Gueant y Gerard Longuet prosiguen los esfuerzos a favor de la paz ‎que ya habían emprendido durante la guerra contra Libia. Claude Gueant, conocedor de Siria, ‎aprecia este país y negocia la liberación del Emirato Islámico de Baba Amro y la evacuación de ‎los soldados franceses allí cercados por el Ejército Árabe Sirio. Finalmente, Gueant ‎logra convencer al presidente Sarkozy de sacar a Francia del pantano sirio.
Ambas partes acuerdan que yo participe como «tercero de confianza» [14]. No es primera vez que la presidencia de Francia me pide un favor, mientras ‎ordena a la DGSE que me “neutralice”. Anteriormente, ya me había pedido que sirviera de ‎intermediario en una negociación secreta con Hugo Chávez porque no quería recurrir a su propio ‎ministerio de Exteriores, para evitar que Estados Unidos supiese de aquel contacto con ‎el presidente de Venezuela. Por supuesto, acepto el papel de intermediario, en interés de ‎ambos países. ‎
Después de varios días, se interrumpen las negociaciones para que Moscú pueda interceder ‎ante París. Finalmente, las partes aplican el acuerdo. Los militares franceses cercados en ‎Baba Amro son evacuados, junto con los “periodistas”. Siria libera también a los otros ‎‎19 militares franceses capturados por los soldados sirios durante la guerra [15]. ‎El embajador de Francia en Beirut, Denis Pieton, y el almirante Edouard Guillaud, jefe del estado ‎mayor de las fuerzas armadas de Francia, reciben personalmente a los dos grupos en la frontera ‎libanesa. Oficialmente, estos militares franceses eran «desertores» de la Legión ‎Extranjera. Pero en el momento de su captura varios de ellos portaban un maletín de ‎comunicación secreta de la OTAN y, al ser liberados, el jefe del estado mayor en persona ‎los recibe en la frontera libanesa. ‎

JPEG - 40.4 KB
El almirante Edouard Guillaud, jefe del estado mayor de la ‎fuerzas armadas de Francia, se desplaza personalmente hasta la frontera líbano-siria para ‎recibir a los militares franceses evacuados desde Siria. El ejército libanés no podrá registrar ‎la imponente caravana del almirante francés, protegida por la Convención de Viena.

Francia se retira de la guerra contra Siria, y con ello afecta los planes de Angus McKee, el agente ‎del MI6 que dirige las operaciones desde las embajadas británicas en Damasco y Beirut, y del jefe ‎del estado mayor británico, David Richards, quienes tenían previsto atacar la República Árabe ‎Siria con 100 000 hombres [16]. ‎
La retirada de Francia también siembra el pánico en Washington y la National Security Agency ‎‎(NSA, la agencia estadounidense a cargo del espionaje e intercepción de las comunicaciones ‎internacionales) recibe orden de piratear los ordenadores de la presidencia de Francia, para ‎tratar de entender la causa del cambio de actitud de París. Así se hace. ‎

JPEG - 55.8 KB
La prensa rusa reporta la detención de varios soldados regulares franceses ‎en Siria, pero la prensa francesa esconde esa información. ‎

El caso de los militares franceses detenidos en Siria aparece en la prensa no occidental, como el ‎canal de televisión Russia Today. Pero el equipo del presidente de Francia interviene ante los ‎grandes medios de prensa franceses y ninguno mencionará el asunto. ‎
En París, se inicia un ajuste de cuentas. El embajador de Francia en Damasco, Eric Chevalier, ‎cuya embajada ha sido cerrada y el personal repatriado, recibe en Francia a varios periodistas. ‎El embajador revela “off the record” que el ministro de Exteriores ha estado falsificando ‎los informes que él enviaba desde Damasco para hacerlos coincidir con las obsesiones coloniales ‎de París. El embajador y su ministro, Alain Juppé, habían entrado al parecer en contradicción ‎desde el inicio mismo de la guerra contra Siria ya que Juppé exigía que el embajador ‎confirmara las acusaciones de France24 sobre los niños supuestamente torturados y ‎las manifestaciones “por la democracia” [17]. El embajador mantuvo su posición señalando que no podía confirmar la historia de ‎los niños con uñas arrancadas y que las manifestaciones estaban lejos de ser tan numerosas como ‎se había dicho, además de que no había en ellas consignas a favor de la democracia. ‎
El 1º de abril, el ministro francés de Exteriores Alain Juppé participa en la segunda conferencia de ‎‎«Amigos de Siria», en Estambul, que reúne 83 países y organizaciones internacionales, cifra ‎superior a la de Túnez. Pero Francia no tiene ningún papel en ese encuentro. La conferencia ‎toma nota de que no será posible aplicar el plan inicial contra Siria ni hacer allí lo mismo que ‎en Libia sin entrar en conflicto directo con Rusia y China. Pero quizás sea posible atacar Siria ‎sin autorización del Consejo de Seguridad de la ONU, como se hizo contra Yugoslavia –‎la actual Serbia– con la guerra de Kosovo. El embajador estadounidense Stephen Rapp recibe ‎entonces la misión de crear el “Syria Justice and Accountability Centre”, una “ONG” con sede en ‎La Haya, que recogerá todos los testimonios posibles para elaborar un expediente acusatorio y ‎condenar al presidente Bachar al-Assad ante un tribunal internacional. Nicolas Sarkozy, por su ‎parte, ya no tiene tiempo para otra cosa que no sea ocuparse de su reelección. ‎

No hay comentarios.:

Publicar un comentario