¿Nos darán atole con el dedo?
La Comisión Anticorrupción de Peña NietoLa Comisión Anticorrupción de Peña Nieto
¿Nos darán atole con el dedo?
.Aún no se instala formalmente en Los Pinos, pero el presidente electo Enrique Peña Nieto parece querer mover sus fichas con rapidez. Ya anunció que enviará tres iniciativas de ley que buscan cubrir los flancos más vulnerables en el ejercicio de su gobierno en el estado de México y en la campaña. Una de ellas tiene que ver con medidas para atacar la corrupción en el país.
Pero, al menos aquí, dicen los especialistas, ha empezado con el pie equivocado: los detalles de la Comisión Anticorrupción ya se empiezan a conocer y dejan un mal sabor de boca. Tendrá alcances limitados y será apenas un pequeño parche en comparación con la Fiscalía Anticorrupción ya aprobada en marzo pasado en el Senado y que espera ser ratificada en la Cámara de Diputados.
Los augurios, de entrada, no son buenos. Se trata de una medida efectista, juzgan los conocedores y políticos de oposición.
Están convencidos de que nos van a tratar de dar, una vez más, atole con el dedo.
.
Por Rafael Cabrera
@rafflescabrera
@rafflescabrera
Otra vez. Como si no hubieran pasado 12 años. La promesa de atacar la corrupción en México está de regreso. En el año 2000 esa fue en particular una de las banderas y arietes propagandísticos del PAN y Vicente Fox para sacar al PRI y a sus tepocatas, víboras prietas y alimañas de Los Pinos.
Y ahora, con el regreso del PRI a la Presidencia de la República, la oferta es exactamente la misma:
acabar, ahora sí, con las mordidas y los entres y castigar a todos los
funcionarios corruptos, de cualquier nivel, sin excepciones.
El presidente electo Enrique Peña Nieto y
su círculo más cercano han apostado a ese tema como uno de los tres con
los que piensa recuperar terreno y simpatías entre los mexicanos.
Por eso, Peña Nieto ya anunció que presentará en breve una iniciativa de ley para crear una Comisión Nacional Anticorrupción, a
pesar de que en el Senado ya existe una reforma constitucional para
crear una Fiscalía Nacional contra la Corrupción, aprobada por
unanimidad desde marzo de este año, que actualmente duerme en la Cámara
de Diputados.
Aunque la nueva iniciativa aún no se hace
pública, Emilio Lozoya Austin, integrante del equipo de transición del
PRI y responsable de la elaboración de la propuesta, ha adelantado que
por principio de cuentas se planea desaparecer la Secretaría de la
Función Pública para ser sustituida por la comisión.
“Esta comisión tiene que estar dotada de
las facultades necesarias para enfrentar este cáncer. La intención es
combatir a la corrupción de raíz y tienes que tener un sistema de
contrapesos”, aseguró Lozoya Austin hace unos días a la agencia Reuters.
Apenas en unas cuantas líneas estableció su
característica principal, lo que en los hechos la hace parecer como una
instancia “descafeinada” desde antes de nacer: la Comisión no
tendrá funciones de investigación, pues apenas presionará y exhortará a
“las autoridades competentes a investigar y castigar”.
Y aunque se conocen apenas las líneas
generales del proyecto final, los especialistas en el tema le dan poco
crédito aun desde ahora.
“Sin importar qué tipo de organismo se
cree, su fracaso está escrito”, apuesta Mauricio Merino, investigador
del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE) y uno de los
especialistas más reconocidos en esta área.
“Se tratará —dice— de una simulación para atacar la corrupción y no se hará nada de fondo por prevenirla, ya que jugará con las mismas reglas legales y administrativas que no han dado frutos hasta ahora”.
Tal y como ha ocurrido con la Secretaría de
la Función Pública, cuyos antecedentes radican en el gobierno de la
“renovación moral” del priista Miguel de la Madrid.
“Las propuestas que están haciendo se encuentran diseñadas sólo para aparentar que se combate”, advierte Merino, doctor en Ciencia Política por la Universidad Complutense de Madrid y ex consejero del IFE.
El escepticismo no sólo es del académico.
Eduardo Bohórquez, presidente de Transparencia Mexicana, una
organización internacional dedicada a monitorear el nivel de corrupción
en decenas de países, lo acompaña.
Bohórquez piensa que un organismo
anticorrupción sólo funcionará si es parte de una política de Estado que
busque prevenir esta conducta: “El problema es que no hay una agenda
nacional sobre el tema; está la del gobierno federal, las de las 32
entidades y, luego, vienen las de los municipios. Cada uno busca
combatir la corrupción de diferente modo”.
Así que las apuestas de los especialistas no dejan espacio al optimismo: se va tratar de dar, una vez más, “atole con el dedo”.
* * *
Eran los tiempos del “cambio”. Así lo creyeron 15 millones 989 mil votantes. Habían pasado cuatro meses después de que el PRI había sido derrotado por primera vez en una elección presidencial, cuando el panista y ganador Vicente Fox anunció lo que parecía el primer paso para concretar sus promesas de campaña.
El 7 de noviembre del año 2000, unas
semanas antes de asumir el poder, el ex gobernador de Guanajuato anunció
una “gran cruzada” para limpiar la casa y atacar cualquier acto ilegal:
“Vamos a asegurarnos de realizar este ataque a fondo a la
corrupción y seguramente en el camino, en estos 100 días, pescaremos a
algunos tiburones, a algunos peces gordos, si es que se descuidaron, si es que hicieron acciones corruptas”.
Fox lo había dicho, en su estilo ranchero,
durante la campaña presidencial: sacarían de Los Pinos a las tepocatas,
víboras prietas y alacranes. Limpiarían la corrupción que había
acumulado el PRI durante 70 años de gobierno.
Algo similar ocurrió seis años después con
las promesas de campaña del presidente Felipe Calderón. “Manos limpias”
fue su lema. Uno de sus primeros pasos fue presentar su declaración
patrimonial ante el IFE, renunciando voluntariamente al secreto
bancario.
Y el 2 de junio de 2006, justo un mes antes
de su polémico triunfo ante Andrés Manuel López Obrador, aseguró:
“Estoy absolutamente tranquilo, tengo la ventaja de tener las manos
limpias y de no tener cola que me pisen, y por eso estoy muy tranquilo”.
Pero 12 años después, el panorama es muy
distinto al prometido por las administraciones panistas. Tan distinto
que en septiembre de 2011 un senador del PAN, el coahuilense
Ricardo García Cervantes, presentó una iniciativa de reforma
constitucional para crear una Fiscalía Nacional contra la Corrupción.
Se trata de una adición al artículo 102 de la Constitución para crear
la Fiscalía, órgano autónomo, con presupuesto propio, cuyo titular será
elegido por el Senado para ocupar el cargo durante ocho años, con la posibilidad de repetir la encomienda por una ocasión más.
El punto más importante de la reforma es que la
Fiscalía podrá investigar a “cualquier integrante de los Poderes de la
Unión, así como de los poderes públicos de las Entidades Federativas, de
los Municipios y de los Organismos Constitucionales Autónomos”.
Además, a la Fiscalía le corresponderá la
“persecución, ante los tribunales federales, de todos los delitos de
corrupción, además de los que se deriven del uso de recursos financieros
de procedencia ilícita, será de oficio, por tratarse de delitos contra
la economía nacional”.
Le tocará, también, “solicitar a la
autoridad judicial las órdenes de aprehensión contra los inculpados,
buscar pruebas, investigar, perseguir y llevar a juicio a los
responsables”.
A la par, esa Fiscalía deberá crear un Registro Nacional de Situación Patrimonial de Servidores Públicos de todos los niveles y poderes, y al que tendrá acceso sin límite el titular y personal investigador del organismo.
La iniciativa fue aprobada el
pasado 13 de marzo por el pleno del Senado. Logró unanimidad: 98 votos
en favor de todos los partidos. Ni un voto en contra, ni una abstención.
Y su aprobación fue un acuerdo entre los
líderes de todas las fracciones parlamentarias, entre ellos Manlio Fabio
Beltrones, quien ahora coordina a la bancada del PRI en la Cámara de
Diputados, a donde posteriormente fue turnada la iniciativa.
Sin embargo, fue el propio Beltrones quien
anunció hace un mes que el equipo de Peña Nieto trabajaba tres
iniciativas para enviarlas a la Cámara de Diputados: una reforma al
Instituto Federal de Acceso a la Información (Ifai), una más para
regular la asignación de publicidad oficial a los medios de comunicación
y, por último, una propuesta para crear una Comisión Anticorrupción.
Hasta ahora, ninguna de las tres se ha
hecho pública a pesar de que se aseguró que serían presentadas en los
primeros días del arranque del primer periodo ordinario de la Cámara
baja.
Según fuentes del PRI consultadas por este
medio, el retraso se debe a que las iniciativas todavía están siendo
elaboradas por gente de confianza de Peña Nieto. Mientras Claudia Ruiz
Massieu fue asignada para coordinar la iniciativa para reformar al Ifai,
a Jorge Carlos Ramírez Marín le corresponde supervisar la de publicidad
oficial, y a Lozoya Austin la propuesta de la Comisión Anticorrupción.
Aunque aún no se conoce el texto completo
de la iniciativa, Lozoya Austin adelantó algunas características de la
misma hace unos días a la agencia Reuters.
La principal sería que la Secretaría de la Función Pública desaparecerá para ser sustituida por el nuevo organismo:
“Esta comisión tiene que estar dotada de las facultades necesarias para
enfrentar este cáncer. La intención es combatir a la corrupción de raíz
y tienes que tener un sistema de contrapesos. Hoy en día la Secretaría
de la Función Pública es juez y parte y evidentemente esto, a pesar de
las buenas intenciones, no ha generado los resultados que la ciudadanía
demanda”, explicó el priista.
Como ejemplo, puso los presuntos actos de corrupción que habría cometido Walmart México para abrir numerosas sucursales en el país, o el caso de Néstor Moreno Díaz, ex director de Operaciones de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), actualmente preso por recibir sobornos millonarios, incluido el yate Dream Seeker,
con valor de un millón 800 mil dólares, y un auto deportivo Ferrari, de
más de un cuarto de millón de dólares, para facilitar contratos a
empresas extranjeras:
“Se pretende perseguir dos tipos de delito
principalmente. Uno, los grandes casos de corrupción como CFE. Por eso
la importancia de esta comisión que tendría capacidad de todos los
niveles”, explicó Lozoya Austin.
Y en el último párrafo del despacho
noticioso, la agencia dio un detalle fundamental: “Lozoya dijo que la
Comisión Anticorrupción recibiría denuncias de casos cotidianos como las
usuales en trámites que realizan los ciudadanos, pero no se ocuparía de resolverlas sino de obligar a las autoridades competentes a investigar y castigar”.
Es decir, no investigará, sino que
sólo se limitará a exhortar a otras autoridades, a diferencia de la
propuesta que ya fue aprobada en el Senado, donde a la Fiscalía sí se le
otorgan facultades de investigación.
Ante el anuncio de la iniciativa priista,
los coordinadores de los diputados del PAN y del PRD, Luis Alberto
Villarreal y Silvano Aureoles, respectivamente, recordaron que el Senado
ya tiene aprobada una iniciativa y que el tema no les resulta ajeno
puesto que ambos la votaron en su calidad de senadores.
Adelantaron que no permitirán que se busque
aprobar una propuesta menor a la que ya existe, como todo apunta será
la iniciativa del PRI.
“En Acción Nacional creemos en la Fiscalía
Anticorrupción y, de hecho, ya está en el Senado y la minuta fue enviada
a la Cámara de Diputados.
El tema que propone el PRI no es nuevo para
nosotros. Estamos abiertos a analizar la propuesta que ellos traigan,
pero no daremos un cheque en blanco”, aseguró el líder de los diputados
panistas en entrevista con emeequis.
Una postura similar tiene Silvano Aureoles: “La
propuesta del órgano anticorrupción ya está presentada como iniciativa
en el Senado desde hace meses y cuenta con el apoyo de todas las
fracciones. Parece que el PRI se quiere adelantar para decir
que ya propusieron y que ya no se les muela con que hubo recursos de
procedencia no clara para la elección presidencial. Para mí, esa y las
otras iniciativas son un mea culpa”.
Expresó que esperarán a que lleguen. “Si
son reformas cosméticas, no vamos a ir, porque hay que recordar que la
corrupción es el tema distintivo del PRI”, criticó el coordinador de los
diputados del PRD.
* * *
Mauricio Merino se exaspera. Alza la voz y
parece regañar. Tiene el tono desesperado de quien ha sido cuestionado
muchas veces sobre el mismo tema, pero al que no le hacen caso. Y tal
parece que así es, pues señala que las propuestas para combatir la corrupción no atienden las recomendaciones académicas que se han hecho una y otra vez.
Por eso, asegura Merino, la promesa de crear un nuevo órgano para combatir la corrupción es simplemente efectista y no busca atacar el fondo. A juicio de una de las voces autorizadas en México en materia de rendición de cuentas, tanto la iniciativa aprobada en el Senado como la que prepara el equipo de Peña Nieto tienen una falla de origen.
Y esa deficiencia es que ambas plantean
combatir la corrupción cuando ésta ya fue cometida y no buscan abatirla
desde su origen. “No hay manera de que un problema público mal
enfrentado se corrija en el camino si desde el origen está mal diseñado. Eso es lo que veo en estas iniciativas”.
Merino explica que durante la última década
en México se han hecho diversos esfuerzos para atacar la corrupción. Y
pone como ejemplo la creación de la Secretaría de la Función Pública, el
Ifai y otros mecanismos. Sin embargo, son esfuerzos desarticulados, lo
que ha debilitado su efectividad.
–¿Estas iniciativas serán efectivas para combatir la corrupción?
–Se busca el efectismo. Como hay corrupción, hay que atacarla creando una comisión o fiscalía que sirva para anunciar que se está combatiendo, pero no van más allá. Sólo servirán para tapar el ojo al macho porque las razones y causas de la corrupción siguen intactas. Los órganos que se han propuesto y la iniciativa que ya fue votada en el Senado atacan los actos cuando éstos ya se cometieron y el daño patrimonial ya fue causado.
–Se busca el efectismo. Como hay corrupción, hay que atacarla creando una comisión o fiscalía que sirva para anunciar que se está combatiendo, pero no van más allá. Sólo servirán para tapar el ojo al macho porque las razones y causas de la corrupción siguen intactas. Los órganos que se han propuesto y la iniciativa que ya fue votada en el Senado atacan los actos cuando éstos ya se cometieron y el daño patrimonial ya fue causado.
El problema de fondo en materia de
corrupción es que no existen mecanismos eficaces para detectar cuándo se
está cometiendo un acto de corrupción en una institución pública, o si
se está haciendo un mal manejo del presupuesto público.
De ese modo, argumenta Merino, sólo se
puede conocer un acto de corrupción cuando éste ya se cometió y sólo si
“la persona fue estúpida y cometió un error para quedar en evidencia”.
Para que de verdad funcione el nuevo
organismo, enlista, se deben hacer cambios profundos en los procesos
para contratar y despedir personal, en la contratación de obras y
servicios, arrendamientos, tener procedimientos para mantener calidad en
la gestión pública, y un sistema de vigilancia para supervisar cómo se
está gastando el presupuesto y si se está cumpliendo con los objetivos
planteados.
México no sería el primer país en contar
con un organismo especializado para combatir la corrupción. En
Iberoamérica existen los casos de la Comisión Especial Anticorrupción
del Congreso peruano, la cual investigó y llevó a la cárcel al ex
presidente Alberto Fujimori y a su asesor, Vladimiro Montesinos.
Este organismo eventualmente derivó en la
creación de una Comisión de Alto Nivel Anticorrupción que opera de forma
autónoma e investiga a todos los niveles de gobierno. También existen
comisiones o fiscalías similares operando en Colombia, Argentina, Brasil
y España.
–Crear un organismo de este tipo, ¿es una forma de curarse en salud aunque no se ataque de fondo el problema?
–La experiencia internacional nos dice que los mecanismos de vigilancia deben ser desde que alguien está cometiendo actos de corrupción, no sólo cuando ya los cometió.
–La experiencia internacional nos dice que los mecanismos de vigilancia deben ser desde que alguien está cometiendo actos de corrupción, no sólo cuando ya los cometió.
La iniciativa del Senado señala que su
funcionamiento será autónomo, pero no se puede crear un órgano autónomo
que no esté asociado al sistema de justicia del país. Tendrá que jugar
con reglas que no funcionan. Crear una fiscalía con este propósito sólo
dará la apariencia de que se está combatiendo el fenómeno pero seguirá
intacto.
Y con dureza, Mauricio Merino concluye: “El
nuevo organismo tendrá que pasar por todos los pasillos del laberinto
de la burocracia y el principal problema para atacar la corrupción en el
país son esos pasillos”.
* * *
Durante los últimos 12 años, el combate a la corrupción en México se estancó en los bajos niveles en que ha estado. Al menos es lo que dicen las mediciones de Transparencia Internacional.
Su último informe disponible,
correspondiente a 2011, ubica a México en el lugar 100 de 183. Un puesto
muy por debajo del registrado en 2000, cuando el PRI dejó la
Presidencia de la República. En 2000, el país ocupaba el puesto 59. Y la
mejor clasificación obtenida en esta medición fue en 2001, cuando se
colocó en el puesto 57 de 178 países que integraban el índice.
Pero Eduardo Bohórquez, presidente
de Transparencia Mexicana, matiza los resultados del índice: aunque
México ha bajado de puesto, esto no equivale a que la situación se haya
agravado sino a que más países se han integrado a la medición.
Lo importante de este índice, explica, es la calificación que se da a cada país: México tenía 3.3 en el año 2000, y para 2011, pasó a 3.6: “Estos últimos 12 años hemos visto un estancamiento; por decirlo de algún modo, no ha habido avances”.
El especialista recuerda que a nivel
mundial han existido esfuerzos exitosos de órganos anticorrupción. Pero
también ha habido fiascos. En el grupo de aquellos que han tenido
resultados favorables, dice, están los casos de Singapur, Hong Kong y
Corea del Sur, mientras que Argentina y Colombia se ubican entre los que
han quedado cortos en sus objetivos.
–¿Qué debe reunir esta nuevo organismo para que sea exitoso en el combate a la corrupción?
–Varias cosas. La principal es que un órgano de esta naturaleza si no se acompaña de una política anticorrupción preventiva y corrija el problema de raíz, se tendrá sólo una parte de la ecuación.
–Varias cosas. La principal es que un órgano de esta naturaleza si no se acompaña de una política anticorrupción preventiva y corrija el problema de raíz, se tendrá sólo una parte de la ecuación.
Bohórquez recuerda que México suscribió hace varios años la Convención Anticohecho de la OCDE, pero el país se ha quedado corto:
“Mientras en Estados Unidos hay cientos de casos bajo esta convención, en el país apenas tenemos dos casos”.
Otro factor que explica el fracaso es que
la Función Pública sólo tiene facultades de sanción administrativa y la
PGR no cuenta con una fiscalía especializada: “Una fiscalía exitosa debe
tener la posibilidad de iniciar una investigación sin que haya
denuncia”.
–La propuesta del PRI perfila desaparecer la Secretaría de la Función Pública…
–Hay que revisar el tema. Ha sido frecuente que se hable de la desaparición de la Secretaría. Mi impresión es que la Función Pública es mucho más que un instrumento anticorrupción, pues también tiene otros brazos, como el servicio profesional de carrera, la unidad de compras gubernamental y la simplificación y modernización administrativa, donde ha dado resultados.
–Hay que revisar el tema. Ha sido frecuente que se hable de la desaparición de la Secretaría. Mi impresión es que la Función Pública es mucho más que un instrumento anticorrupción, pues también tiene otros brazos, como el servicio profesional de carrera, la unidad de compras gubernamental y la simplificación y modernización administrativa, donde ha dado resultados.
* * *
Sin importar cuál sea el modelo para
combatir la corrupción de servidores públicos que el Congreso apruebe,
México se encuentra actualmente muy por debajo de países como Estados
Unidos, Brasil, Canadá o España. Y, por el contrario, está en el mismo
nivel de países como Indonesia, Madagascar, Malawi, Surinam o Tanzania.
Será en los próximos meses cuando los legisladores definan qué alcances tendrá el nuevo organismo.
Ya se sabrá si, como ha ocurrido en ocasiones anteriores, se quedará a medias y a la sociedad le darán atole con el dedo. ¶
No hay comentarios.:
Publicar un comentario