lunes, 17 de diciembre de 2012

Jubilados denuncian descuentos por préstamos inexistentes


Jubilados denuncian descuentos por préstamos inexistentes

Política •
Pensionados del ISSSTE. Maltrato de empleados: Durante los dos últimos meses, trabajadores retirados que enfrentan deducciones hasta de 50 por ciento de su salario mensual y que acuden a las oficinas de la institución señalan que el personal no hace nada por ayudarlos.
México • Los jubilados y pensionados del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales para los Trabajadores del Estado (ISSSTE) se enfrentan no solo al maltrato de los empleados que tienen la obligación de atenderlos, sino también al daño económico que causan las pifias de la burocracia institucional.
En los últimos dos meses el ISSSTE ha realizado descuentos en las pensiones de trabajadores jubilados por concepto de préstamos inexistentes o que fueron saldados años atrás.
Para reclamar los descuentos, los jubilados del servicio público se han visto obligados a pasar largas horas en las oficinas delegacionales de la institución, a las cuales tienen que regresar varios días para aclarar su situación y soportar maltrato del personal que los atiende.
En sus talones de pago de noviembre y diciembre los septuagenarios y octagenarios notaron descuentos que van de mil a 3 mil pesos, lo que representa una disminución de entre 25 y 50 por ciento de sus percepciones, pues las pensiones oscilan entre 5 mil y 8 mil pesos mensuales.
MILENIO hizo un sondeo con varias personas afectadas.
Una de ellas, María Enriqueta López, jubilada desde hace tres años de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores, explicó que le descuentan 3 mil 400 pesos, por un préstamo que solicitó en 2001, lo que contraviene incluso la ley, que señala que prescriben todos los préstamos no cobrados en un periodo de diez años.
Sin embargo, en entrevista con MILENIO muestra su carta de finiquito como trabajadora de gobierno, en la que se asienta el descuento de todos los saldos pendientes por concepto de préstamos y se le otorga la jubilación.
La pregunta de los quejosos es: “¿Si se les está quitando dinero a los ancianos con el pretexto de que tienen que pagar préstamos inexistentes, quién se queda con ese dinero?”
También Rosa Chávez, jubilada de la UNAM desde hace cuatro años, se ha presentado en cuatro ocasiones en distintas oficinas de la Dirección de Prestaciones Económicas, Sociales y Culturales del ISSSTE para que después de una espera de cuatro o cinco horas, le repitan que debe presentarse en otra subdelegación para que se le suspenda el descuento de mil 500 pesos por un préstamo que terminó de pagar en 2005 y del cual cuenta con documentación probatoria.
En una plática a las 12 del día comenta que llegó a la delegación número cuatro del ISSSTE, en la avenida Copilco, desde las ocho de la mañana para acceder a una de las 100 fichas de atención que se entregan. Tras cuatro horas aún no llegaba su turno, pero sus quejas van más allá de la lentitud o del descuento injustificado: “Muy mal, son muy majaderos. Nos tratan con la punta del pie como trabajadores”, lamenta.
A pesar de los múltiples testimonios recabados por este diario, Raúl Martínez, presidente de la Asociación Mexicana de ex Trabajadores al Servicio del Estado, una de las organizaciones que atiende las quejas de jubilados en la Federación de Sindicatos de Trabajadores al Servicio del Estado, justificó la actuación del ISSSTE, al explicar que cada fin de año se lleva a cabo una depuración de cuentas pendientes y por eso los ex trabajadores registran deducciones en sus pensiones.
Rosa Chávez, quien ya liquidó su préstamo, da cuenta de que mientras trabajaba se le descontaban 856 pesos quincenales, pero desde noviembre le deducen mil 506 pesos por algo que ya terminó de pagar.
También Pedro Leopoldo Martínez López, jubilado desde 1999 del ISSSTE, señala que ha realizado varias visitas a distintas dependencias para arreglar su situación sin lograr nada.
Martínez López tuvo un recorte en su salario de mil 52 pesos en noviembre y diciembre, el cual corresponde a un préstamo que saldó desde hace cinco años.
“Parece una mafia lo que hay aquí, en lugar de beneficiar al trabajador lo perjudican y se burlan de los jubilados”, se queja tras esperar tres horas en una fila en la que más de 20 pensionados y jubilados aguardan para solicitar que se suspendan los descuentos.
En un recorrido por las subdelegaciones de Prestaciones del ISSSTE, MILENIO constató que los ex trabajadores que protestan por descuentos injustificados van desde cinco hasta 20 todos los días.
Entre estos casos también se encuentra Virginia Ramírez, jubilada de la Secretaría de Educación Pública desde hace una década, a quien descuentan un préstamo que solicitó en calidad de ex trabajadora en 2004 y del que cuenta con todos los talones hasta el último pago.
Virginia comenta que esto no solo ocurre en el momento de intentar aclarar algún descuento injustificado, también al solicitar servicios médicos, pues desde hace un semestre se le prescribieron radiografías que no ha podido realizarse debido a que el aparato de rayos X está descompuesto desde hace más de seis meses en la clínica que le corresponde.
Otra de las personas que MILENIO entrevistó es SanJuana Gutiérrez, pensionada desde 2007, a quien se le realizan pagos de 4 o 5 mil pesos mensuales, cuando su jubilación establece un salario de 6 mil pesos. Para la ex trabajadora de la UNAM, el motivo del descuento sigue siendo un misterio, a pesar de sus constantes visitas a las delegaciones del ISSSTE.
Pero un caso que es de llamar la atención, es el de la señora Hernández, a quien se le han hecho dos descuentos por 2 mil 466 pesos por un préstamo que nunca solicitó y que según personal del ISSSTE tiene registro de 1989, fecha en la que supuestamente habría recibido 813 pesos.
La jubilada comenta que el personal del ISSSTE no solo la trató de manera despectiva y majadera, sino que además le dieron a conocer que por concepto de intereses debería pagar 7 mil 38 pesos en cuatro descuentos de 2 mil 827 pesos, pero la suma de esas mensualidades da como resultado 9 mil 866 pesos, cantidad aún mayor a la que se le quiere imponer por algo que nunca solicitó.
Luego de seis visitas a la delegación del ISSSTE para entregar documentos recabados en todas las dependencias en que laboró, la Hernández lamenta que los descuentos continúen a pesar de que ya presentó una carta de la institución en la que trabajó; ahí se informa que ella nunca solicitó un préstamo.
“Me dijeron: lo único que podemos hacer por usted es reducirle lo más posible los réditos y regresarle, en enero o febrero, lo que corresponde al segundo descuento. De no aceptar, tiene que traerme los comprobantes de pago de 1989 para que verifiquemos que usted no solicitó ningún préstamo.”
A través del Departamento de Comunicación Social del ISSSTE, MILENIO solicitó información sobre estos casos, pero después de una semana de espera no dieron respuesta alguna.

 

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