2013: prueba de fuego para @ManceraMiguelMx y @EPN
Este
2013 será una prueba de fuego para el gobierno federal y el gobierno
capitalino. Esto debido a que ambos gobiernos tendrán que demostrar con
hechos la capacidad que tienen para llevar a cabos sus propuestas y
reformas, motivo por el cual están en el poder, el capitalino sigue con
el PRD a la cabeza, y en el federal regresó el PRI.
El Distrito Federal es la joya de la corona, no sólo por ser la capital del país, o donde está la concentración económica, o la concentración de los tres poderes, sino porque México desde la época de la Reforma es un país centralista, esto tiene más desventajas que ventajas a mi parecer. Sin embargo, este modelo de concentración sigue así y es por ello que la capital del país es la que obtiene y tiene más recursos, atención mediática, labor política, apoyo cultural, turístico, educativo y social; por ello el gobierno de tan sólo 16 delegaciones se puede equipar al poder que se tiene al mando de todo el país.
En el D.F. la tarea para Miguel Ángel Mancera será difícil sí, pero no tanto como la del gobierno de Peña Nieto, esto porque en la capital seguirán las mismas políticas que ha tenido el PRD últimamente, de carácter social, con el fin de convertir la ciudad en un lugar de vanguardia y progresista. En cambio, para el gobierno de EPN la tarea será un poco más difícil, puesto que el PRI entra al poder como partido de oposición y con un país con saldo desfavorable en muchos rubros, como son la inseguridad, pobreza y desempleo.
La ventaja del capitalino y el priista es que cada uno posee apoyo dentro de su territorio gobernado, el PRD gobierna 14 de las 16 delegaciones, mientras que el PRI tiene el poder en 20 de 32 estados. Este representa un respaldo político, además la concentración suele beneficiar a quien este de su lado, en este caso a los partidos en el poder. Sin embargo, este apoyo no es garantía total, puesto que en la asamblea del DF, y la cámara de senadores y diputados existe oposición tanto para el PRD y PRI, y éste es benéfica —siempre y cuando haya congruencia—, en tanto que genera un contrapeso y replantea lo propuesto para darle un mejor acabado.
En este 2013, tanto Mancera como Peña Nieto tendrán una prueba de fuego desde ya, porque tendrán que demostrar y definir el rumbo que llevarán sus administraciones. Lo que sugiero contrasta con lo que —por desgracia, ironía o un absurdo— muchos piensan: que el primer año de gobierno es el año de prueba, el de estudio, pues les restan cinco años más… Esto es un absurdo porque llevar las riendas de un gobierno no es el primer round de una pelea de box, por ello no tienen que esperar que el primer año se les pase conociendo la forma en la cual gobernarán, porque ambos tienen experiencia y son políticos profesional, por eso decidieron estar dentro de la política.
Este primer de gobierno año será una prueba de fuego, no sólo en el corto plazo, —pues si bien la capital como todo el país tiene muchos pendientes— lo será en el mediano y largo plazo puesto que se avecinan elecciones intermedias. Es así como ahora gracias a las redes sociales y el escrutinio que logran hacer ciertos medios de información, el ciudadano está más al tanto de lo realizado por quienes los gobiernan y lo tendrán en consideración para las próximas elecciones.
Si Mancera y Enrique Peña Nieto logran pasar con éxito la prueba de fuego que representa este 2013, se consolidarán como políticos de hechos y no de palabras, de esos que en verdad pueden marcar la diferencia, con ello le darán un sólido respaldo a sus respectivos partidos políticos para las siguientes elecciones, de no ser así desperdiciarán la oportunidad de echar andar sus gobiernos desde el primer año. Ambos ya han dado muestra de su trabajo, con sus propuestas y reformas, esto habla bien de ellos, sin embargo, si se les ocurre bajar la guardia serán sólo unos boxeadores novatos.
El Distrito Federal es la joya de la corona, no sólo por ser la capital del país, o donde está la concentración económica, o la concentración de los tres poderes, sino porque México desde la época de la Reforma es un país centralista, esto tiene más desventajas que ventajas a mi parecer. Sin embargo, este modelo de concentración sigue así y es por ello que la capital del país es la que obtiene y tiene más recursos, atención mediática, labor política, apoyo cultural, turístico, educativo y social; por ello el gobierno de tan sólo 16 delegaciones se puede equipar al poder que se tiene al mando de todo el país.
En el D.F. la tarea para Miguel Ángel Mancera será difícil sí, pero no tanto como la del gobierno de Peña Nieto, esto porque en la capital seguirán las mismas políticas que ha tenido el PRD últimamente, de carácter social, con el fin de convertir la ciudad en un lugar de vanguardia y progresista. En cambio, para el gobierno de EPN la tarea será un poco más difícil, puesto que el PRI entra al poder como partido de oposición y con un país con saldo desfavorable en muchos rubros, como son la inseguridad, pobreza y desempleo.
La ventaja del capitalino y el priista es que cada uno posee apoyo dentro de su territorio gobernado, el PRD gobierna 14 de las 16 delegaciones, mientras que el PRI tiene el poder en 20 de 32 estados. Este representa un respaldo político, además la concentración suele beneficiar a quien este de su lado, en este caso a los partidos en el poder. Sin embargo, este apoyo no es garantía total, puesto que en la asamblea del DF, y la cámara de senadores y diputados existe oposición tanto para el PRD y PRI, y éste es benéfica —siempre y cuando haya congruencia—, en tanto que genera un contrapeso y replantea lo propuesto para darle un mejor acabado.
En este 2013, tanto Mancera como Peña Nieto tendrán una prueba de fuego desde ya, porque tendrán que demostrar y definir el rumbo que llevarán sus administraciones. Lo que sugiero contrasta con lo que —por desgracia, ironía o un absurdo— muchos piensan: que el primer año de gobierno es el año de prueba, el de estudio, pues les restan cinco años más… Esto es un absurdo porque llevar las riendas de un gobierno no es el primer round de una pelea de box, por ello no tienen que esperar que el primer año se les pase conociendo la forma en la cual gobernarán, porque ambos tienen experiencia y son políticos profesional, por eso decidieron estar dentro de la política.
Este primer de gobierno año será una prueba de fuego, no sólo en el corto plazo, —pues si bien la capital como todo el país tiene muchos pendientes— lo será en el mediano y largo plazo puesto que se avecinan elecciones intermedias. Es así como ahora gracias a las redes sociales y el escrutinio que logran hacer ciertos medios de información, el ciudadano está más al tanto de lo realizado por quienes los gobiernan y lo tendrán en consideración para las próximas elecciones.
Si Mancera y Enrique Peña Nieto logran pasar con éxito la prueba de fuego que representa este 2013, se consolidarán como políticos de hechos y no de palabras, de esos que en verdad pueden marcar la diferencia, con ello le darán un sólido respaldo a sus respectivos partidos políticos para las siguientes elecciones, de no ser así desperdiciarán la oportunidad de echar andar sus gobiernos desde el primer año. Ambos ya han dado muestra de su trabajo, con sus propuestas y reformas, esto habla bien de ellos, sin embargo, si se les ocurre bajar la guardia serán sólo unos boxeadores novatos.
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