martes, 26 de marzo de 2013

La maniobra de Slim (Segunda Parte)

La maniobra de Slim (Segunda Parte)

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El “miedo” a Slim
Carlos Slim 01 

 
Desde las reuniones del lunes 18 de marzo, en vísperas de que se discutiera la iniciativa de reforma constitucional en la Cámara de Diputados, los principales negociadores del Consejo Rector del Pacto por México, del gobierno federal y de las tres bancadas principales (PRI, PRD y PAN) comenzaron a discutir e incorporar las observaciones de otros legisladores y de especialistas.
“Lo que pude observar fue un gran miedo de ciertos negociadores al poder de Slim y querer meterle más candados a la iniciativa”, admitió uno de los testigos del jaloneo que se provocó durante los días previos a la discusión en el pleno de San Lázaro, la noche del 21 de marzo.
Todavía en la mañana de ese jueves representantes del PRI quisieron introducir en la iniciativa candados para prohibir que agentes dominantes en telecomunicación participaran en las licitaciones de televisión abierta, colocar mayores barreras para el must carry y el must offer, establecido en el artículo octavo transitorio. El senador Javier Corral, en conferencia de prensa, le llamó la “cláusula Angoitia” a estos candados, en referencia al otro vicepresidente de Grupo Televisa, Alfonso de Angoitia.
El su análisis sobre la iniciativa de reforma, el especialista Jorge Fernando Negrete, director general de Mediatelecom, advirtió que entre los “claroscuros” de la reforma estaban las restricciones al must offer y el must carry, así como la definición de “agente económico preponderante”.
“Los conceptos de must carry y must offer (de la legislación estadounidense) deben ceder su lugar al concepto jurídico integral de servicio público. Resulta una contradicción que se busque fortalecer la libertad de expresión y el derecho a las telecomunicaciones y la radiodifusión y se condicione la gratuidad de las señales radiodifundidas a los concesionarios con poder sustancial en el mercado. Un derecho fundamental no admite restricciones, ni siquiera de tipo económico o regulatorio”, escribió Negrete en su análisis “El ABC de la Reforma Constitucional a las Telecomunicaciones”.
En el mismo documento, el director de Mediatelecom criticó que “la definición del agente económico preponderante sólo contempla servicios de telecomunicaciones (50 por ciento de participación nacional en número de usuarios, tráfico o capacidad en redes) y no de radiodifusión. El decreto debe garantizar criterios propios de radiodifusión como audiencia, publicidad, producción o distribución de contenidos. De lo contrario, se corre el riesgo de que la declaración de agente preponderante sólo aplique a los operadores de telecomunicaciones y no de radiodifusión”.
La misma sugerencia planteó en su memorándum del 13 de marzo el senador Javier Corral. En su observación 5, de un total de 13, el legislador panista advirtió que era necesario incorporar los criterios de “concentración en ingresos publicitarios, audiencia potencial, mercado de distribución de contenidos y zona de cobertura”.
Finalmente, el dictamen incorporó sólo el criterio de “audiencia” y “suscriptores”. Así quedó en la redacción final:
“Para efectos de lo dispuesto en este decreto, se considerará como agente económico preponderante, en razón de su participación nacional en la prestación de servicios de radiodifusión o telecomunicaciones, a cualquiera que cuente, directa o indirectamente, con una participación nacional mayor al 50 por ciento, medido este porcentaje ya sea por el número de usuarios, suscriptores, audiencia, por el tráfico de sus redes o por la capacidad utilizada de las mismas de acuerdo con los datos con que disponga el Instituto Federal de Telecomunicaciones”.
Otro candado asimétrico, según el especialista Jorge Fernando Negrete, es la llamada “desagregación efectiva de la red local del agente predominante en servicios fijos (Telmex) para que los competidores puedan hacer uso de los elementos que la integran”.
De acuerdo con el director de Mediatelecom, “esta política no crea incentivos a la inversión y a la innovación, como declaró el presidente Peña Nieto en su discurso. Asimismo, los competidores gozarán de un subsidio directo a sus tesorerías y no verán ningún estímulo para invertir en nuevas redes”.
“La desagregación y compartición de infraestructura se opone a la cobertura universal de los servicios de telecomunicaciones, porque éstos sólo pueden prestarse donde existe infraestructura disponible. Si se desagrega la red de Telmex, la competencia será sólo en los mercados donde ya existe competencia y una oferta de servicios y no en zonas rurales o marginadas”, explicó el especialista.
TV restringida, el pastel en disputa
La verdadera batalla entre Grupo Televisa y América Móvil es en el terreno de la televisión restringida, tanto vía cable como vía satelital.
Durante todo el sexenio de Felipe Calderón, el crecimiento del número de abonados a los sistemas de televisión restringida se caracterizó por una creciente concentración de Televisa en el sistema de cable y la rudeza contra Grupo Dish, competidor de Sky, también de Azcárraga Jean.
De acuerdo con datos aportados por el especialista Ramiro Tovar, al cierre de 2012 existían un total de 10.9 millones de hogares con televisión restringida: 4.4 millones vía cable y 6.5 vía satélite. De los primeros, el 55 por ciento están en alguno de los sistemas dominados por Grupo Televisa: Cablevisión, Cablemás o Cablevisión Monterrey. Este grado de concentración se incrementa a 80 por ciento, al sumarse la alianza con Megacable, de la familia Yamuni.
De los 6.5 millones de abonados en televisión satelital, Sky tiene el 66 por ciento y Grupo Dish el 30 por ciento, según Tovar. Este es el sector más dinámico. Creció 27 por ciento entre 2011 y 2012.
Si América Móvil ingresa al mercado de la televisión restringida, de manera directa, los números cambiarán sustancialmente. Telmex posee 19 millones de líneas telefónicas actualmente. Se calcula que, al menos, la mitad pueden convertirse en señales también de televisión por cable, es decir, 9.5 millones de nuevos abonados.
Estos 9.5 millones duplicaría la cifra actual de 10.9 millones de hogares que actualmente tienen televisión restringida y es más del doble de los 4.4 millones que tienen sistema de televisión por cable.
“Imaginemos lo que esto tendría de impacto para disminuir los precios de los servicios de televisión restringida”, aventuró el especialista Ramiro Tovar.
De acuerdo con datos de Cofetel, en 2010 la inversion en televisión restringida fue de 1,091 millones de dólares, que disminuyó a 870.6 y 850 millones de dólares, entre 2011 y 2012, respectivamente.
Esta disminución coincidió con el periodo de mayor disputa entre América Móvil, por un lado, y Televisa y TV Azteca, por el otro. En estos dos años, Telcel y Telmex dejaron de anunciarse en las pantallas de televisión abierta, a raíz de un conflicto por las tarifas publicitarias.
Ahora, América Móvil se convertirá en otra plataforma de distribución de contenidos y de publicidad en televisión abierta y restringida. Y su ingreso al mercado televisivo en México prefigura una batalla aún más dura, a pesar de la reforma constitucional.

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