San José del Progreso, explotación y miseria
San José del Progreso, el tercer municipio más pobre de Oaxaca. Paradójicamente, un pueblo rico en oro y plata, ahora extraídos por la filial de la canadiense Fortuna Silver Mines, Compañía Minera Cuzcatlán.
Érika Ramírez, texto y fotografías/ enviada
San José del Progreso, Oaxaca. El Catálogo de localidades,
de la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol), indica que en este
municipio habitan 6 mil 579 personas que viven en un alto grado de
marginación municipal. Esta situación lo coloca como el tercero más
pobre en todo el estado gobernado, hasta 2010, por el Partido
Revolucionario Institucional y ahora por el aliancista Gabino Cué
Monteagudo (partidos de la Revolución Democrática y Acción Nacional). A
nivel nacional ocupa el sitio 481, de los casi 2 mil 500 municipios que
conforman la nación.
Datos de la Sedesol muestran que el 16.67 por ciento de las
personas de este municipio viven en muy alto grado de marginación; el 75
por ciento, en alto grado y sólo 1 por ciento en grado medio.
Andrés Vásquez, padre de Bernardo Vázquez –dirigente opositor a la
minera Cuzcatlán, asesinado el 15 de marzo de 2012– de la Coordinadora
de Pueblos Unidos del Valle de Ocotlán, es uno de los campesinos que ha
padecido las condiciones de pobreza.
Huérfano de padre y madre, don Andrés ha vivido toda su vida del
trabajo en el campo. A sus 62 años de edad, es padre de 10 hijos que
ahora viven en un afán de lucha por su tierra. Para él todo ha cambiado
desde la llegada de la mina: la división del pueblo, la administración
de los programas para aquellos que están a favor del proyecto extractivo
y la amenaza de degradación y contaminación ambiental que ve
aproximarse.
Contrario a la pobreza que hay en el lugar, actualmente, la empresa
de origen canadiense Fortuna Silver Mines –representada en México por
la Compañía Minera Cuzcatlán– tiene en sus registros la extracción de
millones de onzas de metales preciosos del suelo oaxaqueño.
Incertidumbre en la salud
Los problemas de salud que pueda acarrear la extracción minera en
San José del Progreso es una de las preocupaciones que crece entre la
población. Tal es el caso de Mayra Cruz López, quien desde hace algunos
meses siente un continuo ardor en los ojos; a su pequeña hija le
comenzaron los problemas en la piel, unas manchas que parecen de
resequedad en sus piernas.
Son máculas en forma de flor que han aparecido en la piel de la
niña de casi 4 años de edad. “Me dicen que es el jabón, pero antes no
pasaba. Le he puesto pomadas pero no se le quieren quitar”.
Algunos de los pobladores atribuyen este tipo de problemas a la
probabilidad de que se esté contaminando el agua, o al polvo que hay en
la región; sin embargo no tienen certeza de esto, pues no cuentan con
información clara del impacto ambiental que trae consigo la extracción
que hace la minera canadiense.
La organización internacional Hesperian, en su Guía comunitaria para la salud ambiental,
indica que con la minería “la contaminación del agua y el excesivo uso
de los recursos de agua da lugar a muchos problemas de salud. Además, la
destrucción de la tierra da lugar a la escasez de alimentos y al
hambre. Y la contaminación del aire, proveniente de las centrales
eléctricas y las fundiciones construidas cerca de las minas, ocasiona
enfermedades graves… El carácter de la industria minera es explotar
hasta el último pedazo de tierra y hasta el último trabajador
disponible, sacrificando la salud, los derechos humanos y el medio
ambiente de las comunidades”, entre otros aspectos.
Minería, oscuro panorama
Rurik Hernández, integrante del Frente Amplio Opositor a la Minera
San Xavier, en el Cerro de San Pedro, San Luis Potosí, comenta que
actualmente la minería deja un “panorama oscuro” para el país, con más de 26 mil concesiones en todo el territorio nacional, en su mayoría de oro y plata.
Como lo documentó Contralínea (edición 268),
México ha otorgado 26 mil 43 concesiones a mineras para explotar 51
millones 994 mil 312.7 hectáreas, con base en los padrones de expedición
de títulos de concesión minera, de la Secretaría de Economía. “Se trata
de más de una cuarta parte de la superficie de la nación.
Trasnacionales canadienses son las principales beneficiarias. Como en la
época de la Colonia, la explotación de oro y plata es el principal
objetivo de las empresas extranjeras”.
Hernández, también integrante e investigador de la Red Mexicana de
Afectados por la Minería, comenta que ante las reformas constitucionales
en derechos humanos, esta actividad extractiva viola los mismos, así
como la Ley Minera: “garantiza la actividad minera, otorga los recursos
naturales a cambio de algunos pesos. No es posible que se esté otorgando
el territorio nacional sin importar nada, que haya despojos y coacción
para despojar a los pueblos de sus territorios”.
—¿Es un nuevo colonialismo? –se le pregunta.
—Es el mismo principio, pero con una capacidad de destrucción
mayor. En 10 años, los canadienses han sacado mucho más de lo que
sacaron los españoles en 2 siglos. Los niveles de destrucción y
capacidad de trabajo con la nueva tecnología son impresionantes. Las
minas mueven entre 60 y 300 toneladas en un sólo camión, detonan miles
de toneladas de explosivos al año y mueven millones de minerales y de
tierra. Son desarrollos gigantes.
“Las minas subterráneas no son diferentes, es todo un enjambre
que construyen bajo tierra y luego regresan los desechos a la mina. El
problema más grande que estamos viendo aquí con la actividad minera
subterránea (que no es visualmente tan impactante como con la mina de
tajo a cielo abierto) son los impactos a los acuíferos, es algo muy
serio. Toda el agua que se filtra y baja al espejo de agua de las
comunidades. También, regresar los desechos pone en riesgo la integridad
por contaminación de todo un acuífero. Esto es espantoso y no vamos a
saber hasta dónde va a llegar toda la contaminación.”
Fortuna Silver Mines extrae riqueza mexicana
La empresa de origen canadiense Fortuna Silver Mines, representada
en México por la Compañía Minera Cuzcatlán, ha extraído del suelo
oaxaqueño 1 millón 967 mil 96 onzas de metales preciosos.
De acuerdo con el Reporte anual 2012 de la trasnacional, la
producción ese año ascendió a 1 millón 949 mil 178 onzas de plata y a 17
mil 918 onzas de oro. Ésta es una de las 302 compañías, principalmente
de capital canadiense, que tienen concesionada una cuarta parte del
territorio nacional.
La trasnacional que inició operaciones de extracción en el tercer
municipio más pobre del estado paga anualmente al erario mexicano 2
millones de pesos por la concesión de 58 mil hectáreas, asegura en
entrevista Juan Carlos Gómez Muñoz, gerente de Administración y Finanzas
de la Compañía Minera Cuzcatlán.
Con la producción extraída y la cotización del oro a nivel
internacional por el World Gold Council –organización de desarrollo de
mercado para la industria del oro–, la minera canadiense podría haber
ganado 360 millones 80 mil 128 pesos ese año, sólo por este metal. La
institución cotiza, al 4 de marzo de 2013, la onza de oro en 1 mil 570
dólares. En tanto, el Banco de México mantiene el precio del dólar en
12.78 pesos.
Las desigualdades
En marzo de 2012, Contralínea (edición 274) documentó que
las “trasnacionales mineras pagaron a México sólo un equivalente al 1.18
por ciento de los recursos obtenidos del territorio nacional. Las
multinacionales extrajeron recursos minerales por más de 552 mil
millones de pesos entre 2005 y 2010, pero sólo pagaron al país
‘derechos’ por 6 mil 500 millones. Tan sólo en 2008, las empresas
canadienses, estadunidenses, australianas y brasileñas sacaron de este
país más de 50 toneladas de oro y 2 mil 600 de plata”.
El estudio Minería en México. Referencias generales, régimen fiscal, concesiones y propuestas legislativas
–elaborado por el Centro de Estudios Sociales y de Opinión Pública de
la Cámara de Diputados de la recién saliente legislatura– indica que “la
próspera situación de los consorcios minero-metalúrgicos en el país, el
auge internacional del mercado de metales y el favorable escenario de
políticas públicas han propiciado –por ejemplo– que nunca antes en la
historia de México se hayan extraído tanto oro y plata como ahora.
“Este bonancible entorno cohabita con otra faceta de la minería
mexicana contemporánea, la de los accidentes que sepultan a decenas de
mineros, la de las difíciles condiciones laborales para amplios
porcentajes de trabajadores y la del otorgamiento de enormes concesiones
del territorio nacional a empresas mineras que no están sujetas al pago
fiscal de regalías.”
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